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¿Qué diablos había ahí, aparte de esos horribles dientes parecidos a los de un cocodrilo? ¿Quizás cadáveres?

—Augh...

Se me puso la piel de gallina en la espalda. Retrocedí apresuradamente, mordiéndome la lengua para evitar gritar. Hizo un sonido extraño, aleteando su brazo extraño, que parecía tener garras en las partes en forma de alas.

—Po, po...

—M-mantente alejado...

—Po, po, po, po...

... Debería haberse sentido amenazador, pero de alguna manera sonaba gracioso.

Sus brazos aleteadores tampoco se veían bien en él.

—Por ahí...

—Po, po.

—Vamos...

—Po, po, po, po.

A pesar de mis desesperados esfuerzos, la misteriosa criatura se acercó a mí haciendo un ruido misterioso.

La vista en su boca abierta era horrible, así que cerré los ojos, cuando mi cuerpo fue lanzado al aire de nuevo.

Hubo un extraño grito desde lejos.

Sonaba como si alguien estuviera llorando con tristeza. 'Quizás fue solo el sonido de mi corazón.'

¿No era demasiado inútil que una chica muriera así? Estaba tratando de que mi esposo no me matara, ¡pero no quiero que me mate un monstruo Popo! El monstruo Popo me levantó con sus brazos cortos y se contoneó para buscar un lugar cuando no había nadie. Me arrastraron hasta una roca cercana. Quería gritar, pero sentí que tan pronto como gritara, me iba a arrancar la cabeza de un mordisco.

Además, un escalofrío repentino y ominoso me hizo sentir sofocado. El sonido de cascos acercándose.

Estaba tratando de gritar, pero de alguna manera me sentía incómodo.

Tuve el presentimiento de que no debería mostrar ningún signo de estar aquí, instintivamente.

De un vistazo, el monstruo Popo contenía la respiración, sosteniéndome con fuerza en sus brazos.

Por fin, el que se acercaba a nosotros llegó a un punto en el que se podía ver.

—¡Wuuu!

Si no fuera por la luz de la luna, pensaría que es solo un caballero. Sentado en un caballo azul pálido, ciertamente parecía un caballero. Solo en un estado decapitado.

Lo que parecía una cabeza cortada estaba pegado a su costado.

¿Era esto de lo que se trataba Durahan¹?

Fue incluso más aterrador en realidad de lo que había imaginado. Durahan detuvo su caballo por un momento y se quedó quieto, pero solo cuando Popo y yo estábamos a punto de morir por asfixia, volvió lentamente la cabeza.

Un sudor frío corrió por mi mejilla.

—Whoo...

—Po.

Mis pies tocaron el suelo. El monstruo Popo me acostó suavemente y se contoneó. Lo estaba mirando desde lejos, y luego de repente noté los escombros esparcidos en el lugar donde estaba acostado. Las gruesas enredaderas parecidas a pitones eran pedazos de escombros.

Mi tobillo palpitaba.

Levanté la mano y me limpié el sudor que me caía por la barbilla, pero cuando miré la palma, era sangre, no sudor.

RudbeckiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora