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— Nico, apúrate que llegamos tardísimo! — apure a mi novio para no llegar otra vez tarde al trabajo y el a su práctica.

— No la encuentro! — se quejo él desde el segundo piso. — ¿El que no encontras? — proteste.

— Mi otra media — Alargó la "a". — Deja de gritar como loco ahí voy — apoye mis cosas de nuevo en el sillón y camine hacia arriba.

De camino al pasillo encontré la media faltante tirada, camine hacia la habitación para dársela.
Se la tire en el pecho mientras me miraba con fascinación — que haria yo sin vos — puso su mano en mi cintura empujándome hacia él para darme un lindo beso.

— Dale, apura — trate de esconder mi sonrisa inútilmente.

Cerré la puerta y antes de dar un paso tenía a el pequeño canino a mis pies, me agache a hacerles unos mimos para después seguir mi ruta hacia abajo.

Mire la hora, 8:49 otra vez tarde. Aunque en la semana la mayoría de las veces fue mi culpa hoy era de él hacia dos o tres días venía con la cabeza en las nubes.

Supongo que es culpa mía por no decidirme si ir o no con él a Portugal, pero no era fácil.

Bajo y nos fuimos, como buena patrona yo maneje. — Almorzamos juntos? — dijo nico con la mirada fija en el celular. — Te aviso si llego gordo — según la cantidad de pacientes puedo permitirme el salir a almorzar o no.

Deje a nico en el predio para después llegar a mi lugar de trabajo, — Buenos días — dije en general con una sonrisa hacia la recepcionista.

Cerré la puerta y abrí las persianas, gracias al esplandor pude ver una nota arriba de mi escritorio.

Mara: lamentablemente no tuve la oportunidad de poder despedirme personalmente, acá en Argentina no me queda más nada. Más allá de lo que pasó con nosotras quiero desearte las mejor de las vidas y quiero que sepas que sigo conservando los momentos lindos que compartimos y todo lo que hiciste por mi estos años de amistad. Gracias por todo y perdón por tan poco.
Atte: alma

Abajo de esa nota una enorme caja de bombones con una foto nuestra para ser más precisa la noche de mi cumpleaños.

Mi corazón se debilitó un poco, solo un poco tire la foto pero conserve los bombones y la nota.

Convide todos los bombones a mis pacientes, no toque ni uno. Almorze nada más ni nada menos que una manzana con jugo baggio. Al terminar mi día largo, laboral me tocaba volver sola a casa porque el auto de Nico estaba en el predio así que no hizo falta que lo vaya a buscar.

Maneje todo el camino pensando en esa estúpida nota de despedida de alma, baje el auto cargada de papeles y otras cosas lidiando con poder abrir la puerta. — ¡Truco! — se escuchó desde los interiores de la casa.

— NO, NO, NO QUIERO — grito nacho parándose de la silla quejándose. — Te rompí el hoyo — susurro mi novio.

Me acerque a la mesa sin entender un pingo porque las lindas no sabemos jugar al truco, — Encima tengo que cocinar? — apoye mis manos en los hombros de nico bajando mi cabeza para dejarle un beso en su mejilla pero el bendito corrió la cara y lo terminé besándo.

— No, ya pedimos — dijo nacho frotándose un ojo.
— Otra? — dijo nico mezclado las cartas mientras mi hermano menor sacudía la cabeza.

Camine hacia la pieza para cambiarme y ponerme algo más cómodo, no había agarrado el celular en todo el día asi que antes de cambiarme me colgué con el celular tirada en la cama.

Después de unos treinta minutos me digne a soltar el celular y cambiarme. — Amor ya llegó la comida — dijo nico mientras me miraba terminar de cambiarme. — Vamos — me di vuelta regalandole un sonrisa.

Bajamos y comimos esas riquísimas hamburguesas de la M, — Si me permiten, me voy a cambiar. — dijo nacho y ambos con nico nos miramos desconcertados — Hoy me la doy en la pera — dijo nacho y se fue riéndose.

Negué con la cabeza de forma irónica y nico solo reía.



















Mira el reloj de mi mesa de luz al escuchar ruidos abajo, 8:34 en unas pocas horas me tenía que levantar. Busque con mi mano al que siempre duerme al lado mío, me espante al no encontrarlo a mi lado, me senté y busque en la pieza pero no había rastros.
Baje medía no, super dormida. — Cállate boludo que se va a despertar — la voz se me hizo muy familiar. — Sh! — sono y hubo silencio.

— Que hacen acá? — levanté una ceja. Nicolas y Nacho parecían estar en una misión espia. —Mala mía, estoy en pedo y desperté a nico — dijo antes de que nico pudiera hablar. — Eso — salió de su boca.

─𝐈𝐧𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚𝐛𝐥𝐞 ⠀𓄼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora