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Tomé mis cosas y me termine de preparar para ir al cumpleaños de sil, la mamá de Nicolás. Mientras alma de daba su apoyo logístico.

— Ese me gusta - indico señalando un labial.

— Este entonces - me puse el labial que eligió alma.

Cuando ya estaba por irme me arrepentí pero era demaciado tarde, alma ya me estaba empujando para que vaya.

— Dale, tenes que ir se lo prometiste -

— Vení conmigo, no lo quiero ver - dije aferrada a la puerta.

— Pero estás en pedo, dale, dale. - logro hacerme salir a empujonazos.

Mientras iba manejando sentía un raro sudor en mis manos, tenía un presentimiento raro. No quiera verlo pero a la vez no necesitaba, al llegar a la casa donde había pasado gran parte de mi adolescencia la vi tan distinta. Para bien obviamente, se nota que metió mucha mano ota.

Al tocar la puerta me abrió sil, la cumpleañera.

— Mi chiquita veniste! — me abrazo hasta dejarme casi sin respirar.

— Feliz cumple sil, toma — dije entregándome mi regalo el cual era una remera con unas pulseras.

— ahora lo veo, vení pasa — cuando entre estaban los tres hermanos de Nicolás sentados por una parte de la mesa. Y por otro lado estaba Nicolás con Paula sentados enfrentados a los otamendi.

Cuando Gaby me vio vino directo a abrazame. — Cómo estás mara tanto tiempo? — dijo con esa sonrisa tan característica de la familia.

— bien, — le devolví el abrazo. Saludé a todos, incluso a Paula y a Nicolás porque soy educada y el saludo no se le niega a nadie.

El papá me ota me tocaba el pelo mientras que Gaby me servía gaseosa.

— Mar, en esta casa te tratan como una princesa — acotó Paula con cierta seriedad.

Ota la miró con una cara de incómodad, — No, como una princesa no. Como una reina — hablo el padre de los otamendi.

A lo cual los hermanos se rieron. Ella sonrió incómoda, Nicolás no saco la vista de sus hermanos encima mio. Parecía que paula le hablaba pero el no le daba importancia o si le contestaba le decía respuestas como "Ah sí" "bueno".

Charle con los chicos, hace años no nos veíamos. Y si nos veíamos no teníamos oportunidad de entablar una concesión, siguen siendo los mismos adolescentes de siempre.

— Y yo voy a hacer papá, — dijo el mayor.

— Vas a ser tía mar — hablo el papá de Nicolás.

Sonreí y le seguí preguntando cosas por su paternidad, Silvia se quedó mirando hacia el otro lado de la mesa donde se encontraban nicolas y paula. Estaban abrazados, Paula parecia estarle diciendo algo al oido y el solo sonreía.

Los ví y parecía que la garganta se me cerraba, la corriente de aire cada vez se hacía más pesada y mi corazón parecía desprenderse poquito a poquito.

— Voy al baño — me pare y todos se me quedanron mirando. Menos Paula que parecía estar pasándola bien en el pecho de Nicolás.

Me metí al baño, y trate de calmarme. No hacia falta que Nicolás tuviera que fingir ser una pareja para ayudarla en una situación difícil de su vida.

Pero la verdad no entendia porque lo hacía, seguramente Leandro me hubiera mentido para que me quedara callada. Pero no quiero creer eso y quiero creer que me dijo la verdad.






─𝐈𝐧𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚𝐛𝐥𝐞 ⠀𓄼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora