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— Decime que no está porque me doy la media vuelta y me voy — le dije a alma.

— Pero no se va dar cuenta vení, vamos — dijo y me llevo a la fuerzas.

— Alma si nos lo llegamos a cruzar te juro que te mato — dije entre dientes mientras alma buscaba ropa entre las perchas.

— Quédate tranquila, anda a mirar ropa que el está del otro lado — le hice caso y busque algo que le pueda gustar a alma.

La concha, se me callo una percha. Me agache para levantar y ví dos pies a mi lado, reconoci los tatuajes y las zapatillas deportivas. Cerré los ojos todavía agachada, me quería quedar ahí.

Me pare y lo tenía frente a frente.

— Eso te quedaría lindo — dijo el viendo la percha que tenía en mi mano.

— No vine a comprarme ropa a mi — volví a dejar la percha dónde estaba.

Agarro la prenda de nuevo — Yo te la compro —

— No necesito que me compres nada, yo solita puedo — hice algunos pasos hacia otro perchero.

— Dale mara, no hagas esto más largo — me siguió.

Lo evite y fingi que estaba mirando ropa. Se paró atrás mío, me agarró de la cintura y me susurro en el oido — mira que a mí no me importa comerte la boca donde sea —

Me solté de su agarre y lo ignore, busque a alma por todo el loca mientras el me seguía.

— holaa — dijo alma viendo con cara de que le pasa a este.

Se saludaron, rei porque el pensó que yo estaba sola. Me alejo de alma para despedirse — Algun día me vas a dar una chance? — me miro a los ojos.

Sonreí, mire hacia afuera del local para evitar mirarlo a los ojos y estaba su hermano al cual le levanté la mano y lo saludé de lejos. Nicolas se dió vuelta y lo vio, amago con besarme pero yo le puse el cachete.

— Así quedamos — dijo y se fue.

Fui a dónde alma que al parecer ya había encontrado dos vestidos. — Que te dijo? — dijo ella mientras caminábamos hacia los probadores.

— Nada, normal — le abrí la cortina para que entrara.

— Si, ponele. — me miro con desconfianza.

Le cerré la cortina una vez que ya estaba adentro del probador.

Compro el vestido que le gustó y nos volvimos a mi casa, alma dejo su vestido en el sillón y nos sentamos comer.

— Que ganas de una buena.. — me miro mordiéndose el labio.

— Una buena? — alma me guiño el ojo.

— Dale estupida — le dije abriendo el Mac que nos habíamos comprado.

— Una buena coca —

— No tengo coca, Leandro compro Pepsi — fui a buscarla en la heladera.

— Ay dios este pendejo — renegó alma.

— Que hablan de mi? — bajaba medio dormido mientras se estiraba.

— Cómo vas a comprar Pepsi? — se saludaron.

— Uuh, que rico espero que me hayan traído una Mac a mi — se sentó al lado mío.

Saque la otra mac que le había comprado a el, yo sabía que iba a querer una. Cuando lo vio me abrazo, — bueno a comer — dije.

Comimos y alma le contó como era y para que servia el estudio que le habían echo hoy a la tarde.

─𝐈𝐧𝐨𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚𝐛𝐥𝐞 ⠀𓄼 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora