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TUVE MUCHOS SENTIMIENTOS CON ESTE CAPÍTULO.

La Agencia de Detectives Armados se había tomado un descanso. Ranpo dormía sobre el sofá, con una bolsa de papitas fritas esparcidas sobre él y parte del suelo.

Kunikida, por su parte, escribía más de sus nuevos ideales en su cuaderno, sin perder detalle de cada movimiento que el bebé azabache hacía dentro de la oficina.

Naomi y Kyouka tenían varios juguetes sobre el suelo, sentadas junto con el niño en un tatami.

Tía Naomi, ¿Y mami?

La pelinegro sonrió y dejó más peluches sobre el tatami, tratando de distraerlo de sus pensamientos.

Está en el hospital. Él te lo dijo.

Respondió Naomi con una sonrisa.

Ohh.. ¿Y papi?

También está en el hospital.

Ahora fue Kyouka quien contestó.

Tenían unos bloques de construir y hacían torres con ellos. Haruo se divertía, pero de repente recordaba que sus padres estaban lejos y preguntaba por los dos.

Chicas, ¿el niño no les ha dado problemas?

Entró Fukuzawa a la habitación. Traía un gato color amarillo y muy suave que dejó en el suelo.

Haruo-kun, él es Miko, ¿quieres tocar su pelaje?

¡Shí! ¡Ga-tito!

Haruo se sintió emocionado con la presencia del felino. El gato tenía su cola alzada, y se frotaba contra ellos muy cariñoso.

— Al mocoso le agradan los gatos porque su madre es un gato.

Comentó Kunikida a lo lejos.

*★*★*★*

Hace más de veintidós años...

Dazai cargaba en brazos a su recién nacido y prematuro Ryūnosuke. Vivían en malas condiciones en los barrios bajos, en busca de comida en botes de basura.

A quienes tienen hijos y los necesitan llevar al lugar de trabajo, no se les acepta en ningún trabajo. Por esa razón, Dazai no podía trabajar, prefería quedarse cuidando a su pequeño y buscar comida o pedir limosna en las calles.

Hasta que miró en una de las calles de la ciudad a su amado, el padre de su bebé.

— Amor, el bebé ya nació. Nuestro hijito nos necesita a los dos. Dividamos roles, tú trabajas y yo me hago cargo de él.

— ¿Cómo te atreves a hablarme trayendo esa ropa de vagabundo indigente, Dazai? Por supuesto que no te ayudaré. Ni siquiera lo hicimos sin protección. ¿Cómo voy a creerte el cuento de que el niño es mío?

— Es un bebé de habilidades. Una anciana me dijo que la fusión de tu habilidad y la mía dió como resultado a este bebé. ¿No es una reacción hermosa?

El contrario se quedó en silencio y sólo actuó. Jaló uno de los brazos de Osamu hacia un lugar solo dónde podrían hablar sin que haya personas cerca.

— He escuchado de eso pero aún así, me niego a cuidarlo. El bebé es feo. No se parece a ninguno de los dos, y aparte es prematuro. Parece una rata callejera.

BEBÉ DE HABILIDADES [SHIN SOUKOKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora