Era de noche.
Dazai y Chūya se habían reunido para tener uno de sus encuentros de placer, de manera que nadie los viera llegar juntos a la casa de Chūya.Solían hacerlo tres o cuatro veces por semana y en las noches, después del trabajo.
— Hace frío afuera, Chūya, pero tu cuerpo calientito me quita el frío. Esta vez, es mi turno. Ahora serás mi perro y me vas a obedecer.
— ¡¡¿AHH?!! Me niego. Te toca a tí ser el de abajo, Dazai. Hace dos días fui yo.
Chūya fue puesto en la parte inferior en un abrir y cerrar de ojos. Dazai ya estaba sobre él, lamiendo ferozmente desde su abdomen hasta el medio de su pecho, pasando así a dar pequeños mordiscos en su cuello.
— ¡O-Oye!
— La mayoría de las veces soy yo quien recibe. Es tu turno, Chūya. Deberías de disfrutarlo.
— Te prohíbo las marcas, idiota.
*★*★*★*
Una tormenta invernal se acercaba. Atsushi y Ryūnosuke habían salido de compras a una tienda de conveniencia cercana. El mafioso llevaba a Haruo en sus brazos, muy arropado por las bajas temperaturas, mientras que el albino traía las bolsas de las compras con él.
— ¿Agarraste la leche en polvo de Haruo, Jinko?
— Sí. Eché dos latas grandes... Haruo ya no tenía qué comer..
Contestó avergonzado.
Haruo apretaba uno de los mechones de su padre con su pequeño puño, y con el otro, sujetaba bien su camiseta. Volteó hacia arriba en dirección al rostro de Akutagawa, bastante curioso, que su gorro de tigre descubrió su cabeza con el movimiento.
— ¡Hola, Haruo! ¿Me quieres decir algo? ¿Te incomodan los brazos de papá?
Preguntó Ryū, mirando la tierna y adorable carita que lo observaba. El niño le sonrió.
— Yo creo que a Haruo le agradas, Akutagawa.
Continuaron su camino a casa, el cual no era muy largo. Solían salir a lugares de corta distancia para no tardar mucho en regresar.
— Jinko.
Habló de repente, deteniéndose frente a la puerta principal de su mansión.
— ¿Si?
— ¿Por qué sigues siendo así?
— ¿Cómo?
— El destino con nuestras habilidades nos dió un hijo. Si me casé contigo no fue por la obligación de cuidar de Haruo, sino que...
Hubo un silencio inesperado. Akutagawa acomodó mejor a Haruo en la cangurera donde lo cargaba, y se situó frente a Atsushi, justo antes de entrar a su hogar.
— Odio rebajar mi orgullo a esto pero, me enamoré de tí, Jinko. Por eso, queda prohibido sentirse apenado frente a mí, o llamarme por mi apellido. A excepción de estar en presencia con los demás. Quiero que nuestra relación cambie, que seamos un verdadero matrimonio y una familia unida. Hagámoslo por nosotros y por Haruo.
Atsushi se sentía más nervioso de lo normal. Si bien, estaba enamorado, o eso creía, temía demostrar sus sentimientos. Su corazón estaba acelerado, y sin darse cuenta, tenía sus mejillas ruborizadas y eso era notorio para Ryū, incluso bajo la poca luz de las lámparas locales.
El azabache se aproximaba a su rostro, y con una de sus manos, sujetó su barbilla, mirándolo a los ojos, después de haber estado observando sus labios.
— Akuta... Ryū, yo...
Akutagawa no le permitió terminar la frase. Simplemente lo besó por primera vez, y para su sorpresa, Atsushi estaba correspondiendo. Ambos eran inexpertos en el amor, y con ese beso podía notarse.
De suave, pasó a ser más profundo. Akutagawa atrajo hacia él a Atsushi, tomándolo de la cintura de manera atrevida. Todo terminó, cuando el bebé azabache soltó el llanto en medio de los dos, recordándoles que ahí se encontraba y que tenía sueño.
— Mi Haruo ya se molestó... Deberíamos entrar ya, Ryū...
Aún le costaba pena pronunciar el nombre. Se sonrojó.
— Entremos. Cuando se duerma Haruo, haremos algo divertido, Atsushi.
"¿Atsushi?"
— ¿Qué cosa....?
— Invitaremos a Dazai-san y Chūya-san a cenar con nosotros. Alcanza para los cuatro. Mi abuela me enseñó a cocinar.
— Supongo que está bien... Hay que llamarles...
Dijo no muy convencido. Atsushi conocía los planes de Dazai con Chūya para esa noche, pero no se atrevía a decirle nada a Akutagawa.
— O podemos cenar sólo nosotros dos...
— Ibas a decirme algo antes del beso. ¿Qué era?
— Y-Yo también te amo, Akuta.... Ryū...
ESTÁS LEYENDO
BEBÉ DE HABILIDADES [SHIN SOUKOKU]
FanfictionAtsushi Nakajima, de la Agencia de Detectives Armados y Ryūnosuke Akutagawa, de la Port Mafia, dos seres totalmente opuestos y rivales. Tras haber fusionado su habilidad un par de veces en una misión, usando el Tigre Lunar con Rashōmon, surge la ex...