- Joder pues lo que te he dicho, Kakyoin - Dije, dándome la vuelta de nuevo para tratar de abrir la puerta. - Está atascada -
- ¿Estás seguro? ¿No habrás echado el pestillo sin querer al cerrar tan fuerte? - Me preguntó, acercándose a mi espalda.
- ¡Claro que no está echado, se ha quedado atascada! - Exclamé yo, poniéndome cada vez más nervioso.
- ¿Quieres tranquilizarte, por favor? - Dijo entonces Kakyoin, alargando su mano hacia el pomo -
- ¡No joder, no me pidas que me tranquilice, Kakyo - Me interrumpí a mí mismo, al notar el calor de la mano de Kakyoin sobre la mía.
- Vale, pues no te tranquilices, Jotaro, peor para tí - Dijo, tirando del pomo.
Traté de darme la vuelta al notar la peliaguda situación en la que habíamos acabado, pero lo único que conseguí fue pararme cara a cara con Kakyoin, que seguía tratando de abrir la puerta.
- Kakyoin... - Dije yo, al notar como el pelirrojo se me arrimaba más y más.
- Que sí, Jotaro, que estamos encerrados, pero habrá que ver cómo salir - Me interrumpió, mientras se pegaba más y más a mí.
Ya no quedaba espacio entre nosotros, Kakyoin tenía su pecho pegado al mío y forcejeaba tratando de hacer que la puerta cediera.
- Kakyoin... - Repetí yo, notando como se me subían los colores al sentir la tela de sus pantalones rozando la mía.
- ¡¿Qué Jotaro, qué?! - Bramó el chico, separándose finalmente de mi cuerpo.
Suspiré, aliviado cuando nuestras ropas se despegaron, pero mi tranquilidad no duró mucho ya que acto seguido, Kakyoin, enfurecido, estampó sus manos contra la puerta, una a cada la do de mi ser.
- ¡Ahora me estás estresando tú a mí, Jotaro! - Exclamó.
- ¡Joder! - Grité yo - ¡No me rodees con los brazos, Kakyoin, que me da más sensación claustrofóbica! - Exclamé, dándome de nuevo la vuelta para agarrar el pomo de la puerta.
Comencé a forcejear enfurecido, me daba igual si acababa rompiendo la puerta.
Kakyoin se alejó de un salto de la taza del váter, tratando de no rozar su ropa contra esta. Vaya un finolis. Alargó su brazo tratando de forzar el pomo, mientras yo empujaba con mi cuerpo el cacho de madera.
Sentía el cuerpo de Kakyoin pegado al mío. Cada uno de los movimientos que producía el roce de la tela de nuestras vestimentas.
El espacio era demasiado limitado, y Kakyoin se movía contra mí frenéticamente, desesperado por hacer ceder el pomo entre sus dedos.
Se me erizó cada pelo del cuerpo.
Podía notar mis mejillas coloradas y comenzaba a sentir ese cosquilleo familiar en la entrepierna.
El cosquilleo fue en aumento y pude notar como mi cuerpo, ardiente, comenzaba a reaccionar.
Esa última sensación fue la gota que colmó el vaso.
Manifesté a Star Platinum sin pensarlo dos veces, que tiró la puerta abajo de un fuerte puñetazo. Kakyoin cayó encima mía y me miró fijamente.
- ¿Qué mierda acabas de... - Comenzó, pero yo no le di pie a que continuara, huyendo de la escena en cuestión de segundos.
Bajé las escaleras corriendo y salí de la casa lo más rápido que pude, notando, por supuesto, las miradas de los jóvenes clavadas por todo mi cuerpo.
Caminé sin rumbo por las calles, esperando a que el bulto que se había formado bajo mis pantalones, aminorara su tamaño.
Cuando finalmente conseguí calmar a mi cuerpo, recordé la verdadera razón por la que había entrado el baño hacía un rato.
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𝑨𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒂 𝒍𝒂𝒗𝒂𝒏𝒅𝒂 ~ [𝙹𝚘𝚝𝚊𝚔𝚊𝚔]
Romance⭐Jotaro ha vivido toda su vida en la gran ciudad, y no está en sus planes cambiar de ambiente. ⭐Todo cambia cuando su madre decide irse a vivir a un pueblo totalmente alejado de las metrópolis ,para descansar del bullicio y las grandes masas de gent...