Capítulo 13: [Subir hacia arriba, bajar hacia abajo]

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Al levantar la mirada, Kakyoin y yo nos topamos  cara a cara con Miyamura, que nos observaba con una curiosa expresión en el rostro.

- ¿Interrumpo algo? - Preguntó, con una maliciosa sonrisa. Kakyoin se alejó de mí en un movimiento brusco.

- Para nada Naoko... Esto, ¿Qué haces... Qué haces aquí? - Preguntó el chico, mientras se ponía en pie. Yo le imité.

- Podría preguntarle lo mismo, Señor delegado - Dijo ella. Me reí.

- Razón no le falta, Kakyoin - Dije - ¿Qué haces aquí arriba? Sabes perfectamente que está prohibido a los alumnos subir a la azotea -

- ¿Te quieres callar, Jotaro? No mejoras la situación, ¿sabes? - Me dijo, clavándome esa mirada lavanda. Se giró bruscamente hacia Miyamura - Naoko, por favor no se lo cuentes a nadie, confío en tí como compañera de clase y como arquera - Dijo

- ¡Por favor Naoko! - Imité al delegado, en un tono burlón - ¡No arruines mi preciosa reputación! - Dije.

Miyamura soltó una carcajada.

- Jotaro no tienes ninguna gracia - Dijo Kakyoin, destrozándome con la mirada.

- Tiene razón, Kujo - Habló entonces la chica - Te estás ganando otro puñetazo en la barriga - Rió. Kakyoin también soltó alguna que otra risita - ¿No querrás acabar otra vez en la enfermería? -

- Ja ja, chicos, muy graciosos - Dije, en un tono extremadamente sarcástico. - Me parto con vosotros -

Miyamura ignoró mis palabras y se acercó a Kakyoin.

- No tienes nada de qué preocuparte, Kak, yo mantendré tu pequeño secreto - Dijo, sonriendo. La noté entonces detenerse observando a Kakyoin - Bonitos pendientes, delegado - Dijo.

¿Pendientes? Pensé yo, mientras me acercaba a Kakyoin ¿Qué pendientes...

- Os dejo haciendo lo que sea que estuvierais haciendo - Sentenció entonces Miyamura, mientras se dirigía al portón de la azotea.

- ¡No pienses nada raro, Naoko, solo... - Comenzó Kakyoin, mientras la chica se alejaba

- ¡No es de mi incumbencia, delegado! - Dijo ella, en un tono tranquilo, mientras cerraba la puerta tras sus espaldas.

- ¿Que no piense nada raro? - Dije yo, mirando a Kakyoin - ¿Qué sugieres que pensaría, Kak? - Traté de provocarlo. El chico bufó.

- ¿Por qué me llamas así? - Preguntó, volviendo a sentarse junto a sus instrumentos de dibujo.

- Espera - Dije yo, fingiendo estar extremadamente ofendido - ¿Ella puede y yo no? - Pregunté, expectante.

Kakyoin me miró, sonriendo maliciosamente.

- ¿Qué tiene eso? - Preguntó.

- ¡¿Que qué tiene?! - Bramé - ¡Eres un desconsiderado, Kak! - Dije.

- Qué pesado eres a veces - Me respondió, entre risas.

- En efecto, llevas pendientes - Exclamé, sorprendido.

- Cambiando de tema, ¿eh? ¿Ya te has cansado de compararte con Naoko? - Dijo.

- ¿Qué son? ¿Bolas rojas? - Pregunté, ignorándole por completo. Él me siguió el rollo.

- Son cerezas, palurdo - Me respondió. Yo acerqué mi mano para acariciar los objetos colgantes.

- Son bonitas... - Dije, embelesado por el brillo de las pequeñas esferas.

- Gracias... Supongo - Dijo Kakyoin.

- ¿Por qué no te las he visto hasta ahora? - Indagué.

- Por que estás ciego - Me respondió.

𝑨𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒂 𝒍𝒂𝒗𝒂𝒏𝒅𝒂 ~ [𝙹𝚘𝚝𝚊𝚔𝚊𝚔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora