Capítulo 16: [Deja de darle vueltas. Hazlo.]

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Las chicas nos miraron perplejas, un par de segundos, y luego se marcharon entre risas. Kakyoin se apartó de mí.

- Por fin nos las quitamos de encima - Dije, exasperado.

- Dios, no hacía falta que fueras así - Dijo Kakyoin. Lo miré y fue entonces cuando pude notar el tono rojo vivo que iluminaba su cara. Había algo en verlo así que me encantaba. En general, él me encantaba - Anda, ve y dile a la chica que irás con ella al festival, antes de perder la oportunidad - Me ordenó. Yo lo miré, dudoso.

- ¿Acaso no has pillado lo que he dicho? Ya tengo alguien con quién ir -

El pelirrojo me miró, incrédulo.

- Tú... ¿Quieres decir... -

- ¿Qué mayor guía que tú puedo tener en este pueblo? - Pregunté.

- Sí... Guía, por supuesto - Dijo Kakyoin - Yo te enseñaré lo que haga falta durante el festival.

- Me alegro de oírlo - Sonreí.

(...)

Cada vez me costaba más y más controlar las reacciones de mi cuerpo. El simple hecho de verlo sonrojarse o de estrecharlo entre mis brazos, provocaba a mi joven cuerpo efervescer en un calor incontrolable que me sometía.

Cuando veía partes de su cuerpo desnudo, vulnerable, tras las cortinas de las duchas, mi único pensamiento era el de lanzarme encima suyo y devorarlo allí mismo, como si de un fruto se tratase.
Me gustaría decir que esos eran los pensamientos predominantes en el pantano de mi mente por esa época, pero no era así. Había un pensamiento al que le daba vueltas una y otra vez, incansablemente hasta estresarme al punto de gritar de rabia.

¿Qué es lo que siente él por mí?

Era cariñoso conmigo, pero era así con todo el mundo...

Pero, ¿es así con el resto de chicos?... ¿O es solo conmigo?

Me preguntaba.

De todas maneras, somos dos chicos... Si llegara a gustarle, ¿Me lo diría?

¿Debería decírselo yo?

Esa última cuestión me carcomía la cabeza.

Imposible

Me decía a mí mismo.

Sólo voy a conseguir ahuyentarlo... No puedo arriesgar una amistad así por un capricho...

- ¡Kujo! -

El alarido de Akihko me sacó de mis pensamientos.

- ¿Dónde tienes la cabeza, tío? - Me preguntó el joven, que me miraba de pie.

Yo estaba sentado sobre uno de los banquillos del cambiador.

- Ah, disculpa Akihko, estoy muy liado últimamente - Traté de excusarme.

- A veces me preocupas, macho - Me reprochó.

   *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

- Jojo, cariño, pásame la soja, anda - Me pidió mi madre, mientras cenábamos.

- Toma - Le respondí, acercándole el objeto con la salsa.

- ¡No hables con la boca llena, niño! - Me reprendió mi abuelo. En respuesta, abrí mi boca mostrándole todo el salmón masticado, y mezclado con el arroz.

- ¡Damn kid! - Gritó mi abuelo, mientras manifestaba su stand, que me agarró de brazos y piernas, inmovilizándome en mi sitio. - ¡Qué fucking asco! - Bramó. Yo comencé a reírme.

𝑨𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒂 𝒍𝒂𝒗𝒂𝒏𝒅𝒂 ~ [𝙹𝚘𝚝𝚊𝚔𝚊𝚔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora