𝑨𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒂 𝒍𝒂𝒗𝒂𝒏𝒅𝒂 ~ [𝙹𝚘𝚝𝚊𝚔𝚊𝚔]

Capítulo 15: [Enséñame]

⚠️ Recordatorio ⚠️ esto: °•°•°•°•°•°•°•°•°•°•° significa que narra Kakyoin, no vayáis a confundirlo con esto: *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- que es un cambio de escena. Lo recuerdo por si alguien se ha olvidado JKAJAJAJ.
Ahora sí, dentro capítulo:

- ¿Qué coño Kakyoin, por qué le respondes?, ¡lo vas a atraer aquí! - Le susurré al pelirrojo, que me miró, con los ojos desorbitados.

- Corre, sal por la ventana que da al patio trasero - Me apuró, ignorando mi pregunta.

- Joder - Murmuré, mientras corríamos por los pasillos, lo más sigilosamente que podíamos, en dirección a la ventana, que abrimos tratando de hacer el mínimo ruido.

- ¡Noriaki! - Bramaba su padre.

- ¡Voooy! - Respondía él, tratando de fingir calma. - Venga afuera, ya nos veremos - Me alentó, cuando la ventana estuvo frente a mí, abierta de par en par.

- Voy... Ostias Kakyoin - Dije, mientras mi expresión se tornaba preocupada.

- ¡Joder Jotaro! ¡¿Quieres salir ya, por favor?! - Dijo él, tratando de no levantar la voz.

- ¡Noriaki!, ¿Dónde estás? Necesito hablar contigo -

- ¡Voy, padre, voy! - Me miró, alarmado - ¡Que salgas! ¿Qué mierda haces ahí parado? -

- Mis zapatos... - Dije yo - Están en la entrada... -

- Me cago en... - Dijo Kakyoin, reparando en nuestro error - Tú sal y quédate en el jardín, yo voy a por los zapatos y ahora te los llevo -

Asentí con la cabeza y salí por la ventana, mientras oía las pisadas de Kakyoin alejarse.

°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Corría en dirección a la entrada de la casa, listo para recibir a mi progenitor con una sonrisa en la boca, que se me borró enseguida, al hallar al hombre con el par de zapatos de Jotaro en la mano.

Lo miré, pensando en algo sensato que decirle, pero se me adelantó.

- ¿Dónde está? - Preguntó, en un tono, serio y tan frío, que sentí que el aire de el corredor se congelaba a mi alrededor.

- Padre... - Comencé

-Quiero respuestas, no excusas Noriaki -

- Yo... -

- ¡No oses desobedecerme! ¡Responde! Ahora -

Mantuve la mirada fija en el suelo, sin saber que hacer.

- Mírame a los ojos, Noriaki, y responde -

Le hice caso, encontrándome con sus pupilas vacías de expresión clavadas en mi cuerpo.

- En el patio trasero... - Murmuré. Él emprendió el camino hacia el lugar, pasando al lado mía sin volver a mirarme.

°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Esperaba impaciente, apoyado contra el muro del jardín, cunado divisé a Kakyoin con mis zapatos entre las manos.

- ¡A buenas horas! - Exclamé, alegre. Mi alegría no duró mucho, al divisar detras suya a su progenitor, que andaba a paso firme hacia mí.

- Me parece que es usted algo corto, ¿No, señor Kujo? - Me espetó - Esta es la residencia Kakyoin y nada más Kakyoin -

- Disculpe, señor Kakyoin, pero debería entender que... -

- ¡No hay nada que entender aquí! ¡Y menos nada que usted, un niñato irresponsable cualquiera, pueda enseñarme a mí! - Aclaró.

- Padre... - Murmuró Kakyoin, con la mirada clavada en la espalda de su progenitor.