- ¿Qué mierda... ¿Qué hacéis aquí? - Se extrañó Isagi, mirándonos desde la entrada. Llevaba una enorme caja y parecía costarle cargar con ella.
- ¡Isagi!, Ese es el material de entrenamiento que te recomendé para los de tercero, ¿No? - Dijo entonces Kakyoin, acercándose al chico - Déjalo por aquí, por esta estantería -
- Ah sí, voy Kakyoin sempai - Obedeció el chico.
La respuesta de Kakyoin me había dejado aún más perdido.
¿Humanos?
¿Kujo y Kakyoin?
...
Eso ya lo sé...
La incertidumbre pasó a ser ira, una ira que no pude manejar...
- ¿Humanos? - Le reproché - ¿Eso es lo que me respondes? - Dije, subiendo cada vez más el tono de voz.
- Kujo... - Comenzó Kakyoin - Luego hablamos de eso, ¿quieres? Ahora tengo con organizar esto con Isagi y -
Le corté antes de que pudiera seguir hiriéndome con sus palabras.
- ¿Sabes qué, Noriaki? - Dije, en un tono serio, notando como me comenzaba a temblar el labio inferior - Que paso de hablar... Ya paso... Paso de tí y de todo tu rollo misterioso, Kakyoin - finalicé, y dejé el cuarto con la voz del joven retumbándome en lo oídos.
- ¡Kujo! ... ¡Jotaro! - Lo escuché gritar, asomado por la puerta de la sala, mientras avanzaba a grandes zancadas por el pasillo. Noté mis ojos volverse cristalinos mientras cruzaba el lugar.
- ¡Jotaro! ¡Jotaro, no te vayas así! ¡Por favor! - Lo oía, mientras se me contraían las facciones - ¡Jota... Jojo -Una lágrima luchó por salir de mi ojo y rodar suavemente por mi rostro. Me rocé ambos ojos con las mangas tratando de disimular lo rojos que debían estar.
- Anda, tira para allá - Escuché decir de pronto a Miyamura - El pobre Isagi lleva llamándote un hora -
- ¡Ya voooy! - Se quejó Akihko - ¿Me das un besito de despedida? -
Noté mis pulmones aplastarse como una bola de papel en el interior de mi pecho.
Me crucé con Akihko, que corría con otra caja hacia el almacén. Me dijo algo que no llegué a entender. No lo miré a la cara, no quería que nadie me viera en el estado en el que estaba. Fue entonces cuando me topé cara a cara con Naoko, que parecía tener la intención de irse.- Jota... ro... - Dijo. Comenzó en un tono alegre pero su verso se ensombreció conforme me observaba - ¡Jotaro! ¿Ha pasado algo? - Me preguntó acercándose a mi cuerpo.
- Yare yare daze... Estoy bien... - Dije, bajándome la gorra en un intento de taparme el rostro -
- Jotaro... No puedo verte así - Me dijo. Se acercó a mí y me abrazó. - Subamos a la azotea y te desahogas como prefieras.
°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°
Miré por el pasillo,tratando de hallar su enorme figura. Ya no estaba allí.
- Me tengo que ir, Isagi - Dije, sin mirar al chico.
- ¡Pero!, ¡Delegado! - Me reprochó Isagi - ¡Estas cajas!... -
- Estoy seguro de que puedes tú solo - Dije, y eché correr por el pasillo.
No sabía por qué. No sabía qué iba decirle. Pero sabía que debía verlo. Y debía dejar de evitar la conversación...
- ¡Aki! - Exclamé, frenándome en seco en el pasillo, al hallar al joven - ¿Has visto a Jotaro? -
- ¿A Kujo? Eh... Sí, hace poco, por allí - Explicó, señalando un camino - ¿Qué es lo que necesitas... - Comenzó. No pude escuchar el resto de la pregunta, enseguida eché a correr por el camino que el joven me había marcado.
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𝑨𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒂 𝒍𝒂𝒗𝒂𝒏𝒅𝒂 ~ [𝙹𝚘𝚝𝚊𝚔𝚊𝚔]
Romansa⭐Jotaro ha vivido toda su vida en la gran ciudad, y no está en sus planes cambiar de ambiente. ⭐Todo cambia cuando su madre decide irse a vivir a un pueblo totalmente alejado de las metrópolis ,para descansar del bullicio y las grandes masas de gent...