Cada vez hay más -3° parte-

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De camino a casa estaba pensando que significaba esa "R". ¿Que debía de significar?

~*~

Estaba en casa literalmente tirada al sofá.
Sonó el timbre:

Xx*¡ABRE LA PUERTA!

Esa voz... Debía de ser mi madre.

-¡ABRE TÚ! -grité cansada-.

*¡TÚ ESTAS MÁS CERCA Y NO ME DISCUTAS! ¡OBEDECEME! -gritó mi madre enfadada-.

Decidí acabar en ese momento la conversación. Sabía que si seguía discutiendo tendría un castigo aún peor. Me dirigí a la puerta, y... adivinen. ¡TENÍA QUE SER SARA! ¡LA PERSONA A LA QUE TENÍA MENOS GANAS DE VER!

*Dame mi cuaderno -dijo cortante).

-No lo tengo -digo fríamente-.

*Te he visto con muy cuaderno cuando caminabas a tú casa.

-¿Me espias? Que acosadora, ¿no?

*Como veo que no me vas a invitar a pasar, pasaré voluntáriamente -dijo sin más-.

Me quedé boquiabierta. Ella no puede hacer eso, bueno ni ella ni nadie. Simplemente no dije nada.

*¿Dónde está tú cuarto? No tengo tiempo. Vamos. -dijo sinceramente-.

"Okay" -pensé-.

Xx*¡¿Quien es?! -debía de ser la voz de mi madre-.

-Es... -me quedé cortada, ¿que decía? "Hey, mama, es una persona que me cae fatal, o simplemente que la odio".

*Disculpe señora. Soy su amiga, me llamo Sara.

¿Amiga? Ja que te lo crees tú...

Subimos silenciosamente al piso de arriba donde se encontraba mi cuarto. Le señalé con el dedo cuál era la puerta de mi habitación y pasó sin más. Se puso al medio de la habitación como esperando algo, pero a mí eso no me importaba.

-¿Amigas? -pregunté sin más-.

*Lo he dicho para que estuvieses como media hora pensando en alguna estupidez metida de escusa. -dijo sin rodeos-.

-Okay... -dije por la contestación tan directa-.

*¡No me molestes más! Dime, ¿donde está mi cuaderno? -preguntó nerviosa-.

-¿Quién es "R corazón"? -pregunté sin más-.

*¡¿Lo has leído, pero tu que te crees?! ¡Damelo ya! -gritó furiosa-.

-Está en mi mochila -respondí sinceramente-.

Ví como sacó el cuaderno, le pegó un vistazo y se fué con su cuaderno en las manos ya muy cabreada. Me la quedé mirando fijamente y ella lo notó.

*¡NO ME MIRES! ¡ME IRRITAS! -gritó con todas sus fuerzas-

-Me encanta irritarte -le dije con una sorisa en la cara para ponerla aún más furiosa-

Esta vez la seguí mirando pero no se dió la vuelta.

¿Cuál era el secreto que ocultaba? La curiosidad me comía por dentro. Creo que soy demasiado cotilla...

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Me estoy complicando mucho en hacer los capítulos. Quiero hacerlos más chulos. Pero no lo consigoooo.

¡Muchas graciaaas y adiooos!

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