Las visitas a la clínica con su control prenatal estaban siendo más recurrentes. Quien lo había estado acompañando era Inko con la accesibilidad de horario, recalcando que ese última cita ella estuvo insistiendo en algo que llamaba la atención desde hace tiempo y ahora con ocho semanas de gestación era radical saberlo.
Que se tratase de un producto con sano desarrollo desde luego que era primordial, también que Izuku no estuviese sufriendo encinta algún síndrome por ese alboroto hormonal mixto era una vigilancia extenuante en sus citas con la doctora. Había un detalle, uno sigiloso y relevante que por algún motivo la gran mayoría evadía preguntar en los ultrasonidos, todo fue así hasta que Inko Midoriya rompió el silencio a la pregunta.
Ya estaba anocheciendo, una vez terminaron ese seguimiento médico llevaron a Izuku a su hogar. Sus salidas al exterior fueron con un modo incógnito ya que aún no se reportaban indicios de ese joven héroe desaparecido más de dos meses. Llevando un cubrebocas oscuro, una gorra y un saco ancho era el modo en que iba al exterior.
—Debí dejarte en casa antes —mencionó Izuku no muy convencido de la idea de primero haber dejado a él frente su departamento.
—Para nada, debes comer y descansar luego de este ajetreado día. ¿Qué quieres que te prepare de cena? —Respingó con calidez su madre cargando un bolso de mano paciente de que el joven abriera la puerta.
—Ya que lo mencionas... —exclamó emocionado de la idea de cenar algo preparado por su madre.
Izuku adentró la llave al cerrojo con entusiasmo empujando la puerta y un fuerte aroma salió sorprendiendo a ambos, un aroma salado y condimentado muy delicioso.
—¡Oh! Saliste temprano, hola Kacchan —saludó retirando los zapatos en el recibidor desde sus talones al igual que el cubrebocas y la gorra para avanzar. —No esperaba verte aquí tan pronto.
—¿Por qué rayos no estaría aquí? —Objetó con desagrado por imaginar que no era bien recibido. —Hoy salí antes porque dijiste que irías a tu cita con la médico.
—Pues sí, pero...
—¡Ya está la cena! —A regañadientes golpeó un plato servido con un cuenco de arroz cubierto con una chuleta de cerdo rebozada, huevo revuelto y condimentos. La boca de Izuku hizo agua.
La señora Inko con mayor indulgencia retiró su calzado y dejó su bolso en la mesita de la entrada asomando curiosa hacia la cocina, donde estaba un rubio con un delantal blanco manipulando el área con maestría.
—Vaya, Katsuki-kun. ¿Cómo has estado? —Mencionó relajada al notar ese particular toque hogareño. El rubio rodó sus ojos haciendo un ruido de "hm" en sus labios. —He visto en las noticias que los villanos han estado cesando un poco, ¿va todo bien?
—Nada que no podamos manejar —respondió con firmeza extendiendo su mano a servir otro plato mientras Izuku sentaba en la mesa haciendo señal a su madre para que acompañara.
La mujer estaba más que enterada de todo lo que había sucedido. El incidente con ese quirk que sometió a su hijo terminar encinta, quien era el padre y el por qué Katsuki había mudado con él. Mientras todo marchara de forma saludable recompensada con un nieto no tuvo objeción alguna. Izuku lucía más relajado desde que entró en el lugar a pesar de la extenuante cita de hace unas horas y algunas noticias que tal vez debía mencionar a su compañero de hogar.
Inko cerró sus ojos con una sonrisa parsimoniosa y tomó su bolso dejando un poco incrédulos al par.
—No cariño, estoy bien, no cenaré con ustedes ya que empecé una dieta —siseó avanzando a la mesa. —Me alegra que te estés alimentando bien, así debe ser. Gracias por cuidar de él, Katsuki-kun.
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Tengamos un hijo [BkDk MPreg]
FanfictionSer un héroe profesional con un excelente debut es bueno, sin embargo, con ello también surgen fanáticos que llegan a la obseción y anhelan tener todo lo que su héroe favorito les pueda dar, entre eso... un hijo. -AU QUIRK /PRO HERO -KatsuDeku -MPre...