Tengamos un hijo [BkDk MPreg]

Vocabulario irregular

Los horarios como héroe son irregulares dependiendo del nivel de crímenes que se efectuarán en el día o la noche, en esta ocasión Katsuki tuvo la oportunidad de volver a su hogar al mediodía, debía recoger un par de archivos de carpetas en seguimiento de una organización criminal y de paso aprovecharía para almorzar.

Al entrar a la casa obtuvo el aroma de la cocina, un sartén con empanizado de pescado y otros condimentos, la arrocera marcando el límite y una olla con sopa de miso borboteando al hervir. Ni siquiera se quitó los zapatos y caminó rápido para darle control a eso, bajando el fuego de la sopa, rescatando el empanizado del sartén de no tostarse y apagar la arrocera. Miró de un lado a otro buscando al descuidado culpable.

―¡¿Izuku?! ―Gruñó en demanda de respuesta.

Una cabeza asomó por la puerta de cristal del balcón con las manos ocupadas en una canasta de ropa y muchas sábanas en pila dobladas encima.

―Kacchan, ¿qué haces aquí tan temprano? ―Parpadeó perplejo asomando por un lado de la carga.

―¿En qué diablos estás pensando? Si vas a hacer una cosa o la otra hazlas por turno y no a la vez ―regañó con molestia.

―Lo siento, lo siento, el viento casi se llevaba una sábana y salí atraparla, entonces aproveché para tomar el resto que secó... ―lamentó nervioso dejando la canasta en el suelo y aproximándose a la cocina para indagar lo que pasó.

Respiró con alivio de que todo estaba bien, aunque fue restregado un pellizco en la mejilla jalando la piel.

―¿Pero por qué estás aquí? ―Balbuceó confundido provocando a Katsuki brotar una vena en la frente.

―Pues yo vivo aquí.

―No hablo de eso, es que ibas a salir más tarde, ¿no? De haber sabido hubiera hecho más, solo estaba haciendo comida para mí.

―Vine a recoger un par de archivos ―carraspeó soltando la mejilla de Izuku, algo en todo eso le llamó la atención. ―¿Qué pasó con el mocoso?

―Hoy es su excursión escolar, ¿lo olvidaste? Va a volver hasta la noche.

―¿Qué mierda? ¿Y desde cuándo se programó? ―Quejó indignado de no tener esa información, Izuku parpadeó con ligera sorpresa sobándose la irritada mejilla.

―¿Eh? ¿No te dijo? Desde hace un par de semanas firmé el permiso...

Izuku quedó abstraído pensando en eso, podría ser que tenían horarios muy irregulares, pero eso no era motivo para que Katsuki no se enterara. Han pasado siete años desde el incidente que los unió y ahora cronológicamente ese niño oscilaba en los catorce. Era curioso ver cómo los padres apenas y le doblaban la edad.

Eso ya no era tanto lo que le preocupaba a Izuku, ahora mismo su inquietud era ver lo apartado que se volvió Kazuku de su padre, eran poco los momentos que podían congeniar en la mañana, en la tarde y no le sacaban para nada provecho. Él era otro término con su hijo, como madre aún conservaba las charlas casuales y un vínculo fuerte que deseaba que lo fraternal se incluyera en Katsuki, el cual no daba mucha relevancia a esa indiferencia acordando que solo era esa dichosa etapa de rebeldía.

Negó un par de veces la cabeza para entrar en razón y avanzó a la alacena a tomar cubiertos.

―De cualquier forma vas a volver a salir, así que come esto. Más adelante yo prepararé algo para mí, después de todo es mi descanso y estaré en casa sin problemas todo el día.

Indicó Izuku con la noble intención de darle a Katsuki ese almuerzo recién hecho al verle tan atareado que apenas y se había quitado parte del traje de héroe para volver a casa.