Examen de admisión

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El sol del alba apenas asomaba al horizonte de los edificios a las persianas entrecerradas de la habitación y el bullicio del molesto canto de aves al otro lado de la ventana.

La alarma del teléfono sonó a temprana hora como era costumbre, Katsuki sencillamente estiró una mano hacia la mesita para postergarla con pereza y bostezó, pretendió quedarse un poco más sucumbido en el éxtasis del edredón con esa persona a su lado.

Se giró hacia Izuku y como serpientes, sus manos deslizaron para rodearlo en un suave abrazo y apegarlo consigo, no obstante, en ese movimiento Katsuki percibió algo anormal. Sintió la respiración de Izuku más frenética por como inflaba el pecho, quedó rígido y extendió las manos bajo la camisa de algodón para tantear directamente la piel, estaba a una temperatura anormal.

―Hey, tienes fiebre ―llamó ligeramente sorprendido.

De un salto tomó asiento en la cama y giró unos grados el mentón de Izuku para visualizar esa facie con un rubor por la alta temperatura, los ojos entreabiertos y esa respiración agitada por el malestar.

―Rayos... justamente hoy... ―susurró decaído Izuku cerrando la vista.

Katsuki se rascó la cabellera con un suspiro en resignación y le retiró el edredón de encima. Era raro cuando alguno de ellos se enfermaba, pero cuando lo hacía era para tumbarlos en la cama.

―No vas a poder salir así, guardarás reposo.

Mencionó Katsuki poniéndose de pie para buscar el termómetro y de una vez algunos fomentos con agua para ayudarle con la fiebre. La puerta de la habitación se escuchó tocar desde el otro lado.

―Ya me voy ―comunicó Kazuku abriendo despacio y se asomó al cuarto. ―Deseenme suer-... ¿estás bien?

Preguntó al percibir a Izuku en cama con el rubor en cara y la agitación en su respiración, inmediato dejó caer la pequeña maleta deportiva que llevaba en mano para acercarse.

―¿Mamá qué tienes? ―Preocupado le agarró la mano reclinando para verle de cerca.

―Debió pescar algun bicho, ha estado trabajando tanto que no descansa como debe ―intervino Katsuki buscando en el armario el termómetro.

Izuku arrugó el entrecejo con culpa y giró con el menor.

―Perdón, al menos quería llevarte... ―susurró apretando el agarre de la mano― a tu examen de admisión...

Kazuku otorgó una sonrisa ladina mostrando los dientes.

―No es necesario, será algo rápido. Tú descansa y ni se te ocurra intentar ir a la agencia ―amenazó con seriedad de conocer la dedicación de Izuku para el trabajo.

―Desde luego, no va levantar el trasero de esa cama ―culminó Katsuki volviendo para ponerle el termómetro el pliegue de la axila.

―¿Papá vas a quedarte con él?

―Yo sí tengo que ir a la agencia, hay muchos pendientes ―respondió con tozudez, giró hacia el bicolor inspeccionandolo. ―¿Qué estás esperando? Ve a volar máquinas o lo que sea la prueba que les darán.

―All Might será uno de los instructores que calificará, recuerda los consejos que te dio... buena suerte ―farfulló Izuku con debilidad levantando un brazo con signo de venía.

―Los veré en la tarde ―despidió levantándose de la cama a tomar la maleta del suelo con una apacible sonrisa que irradiaba emoción.

Al quedar ambos padres solos y el pitido del termómetro sonó fue retirado para indagar, al ver que marcó los 38.6°C arrojó el aparato al colchón con desagrado.

Tengamos un hijo [BkDk MPreg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora