Tengamos un hijo [BkDk MPreg]

Los colores de papá

Los días libres entre Deku y Dynamight eran impredecibles a ser el mismo. Últimamente los días de descanso eran diferentes, no hubo coincidencia por varias semanas.

En esta ocasión era Katsuki quien le tocaba por fin descansar del bullicio de la ciudad y el ajetreado trabajo de patrullaje como héroe. Ahora mismo en el ranking nacional estaba como el número dos peleando ese puesto ocasionalmente con Shoto.

Deku se había ido temprano, ese día tendría una jornada laboral bastante atareada advirtiendo que llegaría tarde así que no tendrían que esperarlo a la cena. Katsuki el día de ayer también tuvo un extenuante labor, apenas pudo enterarse de que Izuku había interceptado un simple civil llevándolo a la policía acompañado de Kazuku.

La noche anterior pudo percibir a Izuku llegar algo decaído, no le quiso dar muchos detalles con el pretexto de que estaba muy cansado y dormiría inmediato por el siguiente día que se le avecinaba con mucha demanda de pendientes heroicos.

Para haberse tratado de un simple civil que arrestó le afectó mucho, era lo que consideraba Katsuki, hurgaría hasta el mínimo detalle una vez que volviera esa noche independientemente de lo cansado que estuviera.

Por ahora le tocaba poner algo de orden en ese departamento hogareño, hacer quehaceres temprano y preparar la comida. Avanzó hacia la cocina pretendiendo iniciar el almuerzo de mediodía, sin embargo, en medio de su trayecto tropezó con una figura de plástico que le hizo ladear para no poder el equilibrio.

Chasqueó la lengua irritado, puesto que acaba de limpiar el lugar y ya había varios juguetes regados en el suelo.

—¡Kazuku te he dicho miles de veces que levantes tus juguetes cuando te aburras de ellos! —Carraspeó dirigiendo su mirada a la habitación del niño.

Una puerta blanca estampada con muchas calcomanías infantiles y adornos con un letrero del nombre del dueño del cuarto, su visagra rechinó un poco asomando apenas medio rostro del niño, el cual tenía una mirada apática.

—¿Qué? —Musitó áspero.

—Que levantes tus cosas, a la otra voy a tirar todo lo que yo mismo barra —amenazó retomando su camino a la cocina.

El niño abrió la puerta completamente desagradable de la idea, pero también estaba fastidiado de la orden. No se movió de su lugar suspirando pesado.

El rubio se dio una idea de lo que ocurriría, motivo del cual giró su cuello para mirar por encima de su hombro percatándose que sería real su pensamiento.

—No te atrevas —advirtió pausando su caminata para dar media vuelta acechando como el menor desenvolvía la venda de sus muñecas.

—Quieres que los levante, ¿no? —Reprochó con insolencia.

—Sin tu poder, mocoso.

El pequeño hizo una mueca desenvolviendo sus muñecas todavía, por otro lado, su padre quedó inmóvil cruzando sus brazos.

—Vas a dañarlos, ¿eso quieres?

—Son mis juguetes que más da, Dynamight —reprochó frunciendo el ceño.

—Para ti, soy papá —corrigió con tozudez.

La mirada escarlata en ambos afiló en desafío mutuo, Kazuku extendió un brazo en dirección de una figura mecha y Katsuki cerró sus ojos resignado, esperando el sonido de la detonación final para darle un castigo.

—No habrá televisión, no más paseos al parque, ni caramelos para ti, ¿escuchaste? —Dio una sentencia precavida. Kazuku chasqueó la lengua.

—¡Es injusto! Tú a cada rato usas tu poder explosivo incluso en la casa —reprochó indignado.