Estarán bien, lo prometo.

11 2 3
                                    

40

¿Y como lo sabré? Es decir, ¿como sabremos que serán los últimos minutos?

Esa pregunta me ha surgido más de una vez mientras hacemos un día normal con cosas especiales y todo lo que pide Conor.

Comemos hamburguesa de desayuno, sobrepasamos los límites de velocidad, vamos de un lado a otro en carretera, nos sentamos en lugares vacíos y allí me hace suya, vemos las olas Del Mar, e intentamos ignorar la muerte que nos acecha.

Por fin nos encontramos nuevamente sentados en la playa más cercana a casa, dejo mi cabeza sobre su hombro y por fin me atrevo, por primera vez en el día, a preguntar algo relacionado con el tema. 

—¿Cuando sabremos que es la hora?— preguntó cuando el cielo poco a poco se va apagando.

Mi miedo crece más y la negación aumenta en potencia.

—No lo se, H, no lo sé. Pero quiero decirte que han sido las mejores cuarenta y ocho horas de mi vida. Gracias por todo, H, Te amo, gracias por...— no puedo dejar que siga.

—No lo hagas por favor, no te despidas, aún no... todavía nos queda la noche entera, por favor— lagrimas se escurren en mis mejillas

—Lo siento tanto, H, lo siento tantísimo— me abraza se separa y me limpia las lagrimas—Pero te lo tengo que decir ¿vale?— niego con la cabeza pero en me levanta del suelo y en silencio caminamos y ni me doy cuenta a donde vamos por centrarme solo en él, en intentar gravar a fuego todo lo que me provoca y como se ve, como me quiere.

Cuando entramos a un restaurante lujoso y siento las miradas me encojo un poco pegándome instintivamente a Cono, una chica nos guía a la mejor mesa de todo el restaurante, en la azotea con vistas al mar con luces pequeñas y flores adornando la estancia, es precioso.

Nos sentamos y Conor pide por los dos ya que son incapaz de gesticular palabra, cuando nos traen los platos hablo.

—Lo siento, debería estar con otra actitud... yo ... lo siento— pero el me coge de la mano y aprieta un pco.

—No lo sientas, creo q ue estaría igual si fuera al revés.— su mirada me tramite tranquilidad.

—Te amo ¿lo sabes?—prehuntl—Te amo tanto... Bluey, tanto que no se que voy a hacer cuando te marches, Cono... yo no sé si pueda respirar después de eso... yo no sé si...—

—Lo harás ¿vale?— me interrumpe con lagrimas resbalando de sus ojos.—Tienes que seguir, H, tienes que seguir caminando sin mi, chica ruda, te amo y haría cualquier cosa por no verte romper poco a poco pero no podemos... no podemos plr más fuerte que sea nuestro amor... el destino no lo desea y eso está bien ¿vale? Pero estaré aquí contigo así no me veas, siempre estaré ¿vale? Siempre te amare.—

—No sigas—ruego llorando

—Tengo... lo siento— corre su silla a mi lado y me rodea con un brazo para atraerme hacia su cuerpo.—Prométeme que seguirás, por favor, no te puedes rendir por mi culpa... logra todo eso que planeamos, hazlo por los dos, pero nunca te rindas, nunca lo hagas. Se que habrá días que parece imposible seguir respirando, pero tú prides hacerlo, debes hacerlo. Prométemelo por favor H—

—Lo prometo.—

—Y debes entender que no está mal volver a enamorarse, lo tendrás que hacer, H. Eres joven y tienes toda la vida por delante, enamórate mil veces, ríe, llora, disfruta, vive... ni está mal, nunca estará mal por que te estaré acompañando, jamas te dejaré sola como prometí— si voz se quiebra de vez en cuando pero no nos importa.

—No te despidas, por favor, aún no estoy lista... no quiero...— me rompo un pco mas.

—Yo tampoco, H, pero no nos queda otra opción.— se limpia las lagrimas pero a uno su rostro en mis manos y limpio mas nuevas.

—Siempre te amare, Bluey, siempre. Una parte de mi te pertenece, mi corazón es tuyo...— dejo beso suave y saldo en sus labios.

—Es mejor que comamos, Trek estará fuera dentro de poco.— sugiere pero como está claro yo no pruebo bocado, solo lo observo mientras él come.

Guardo cada detalle de su sonrisa aparentando como si no estuviera apunto de morir...

Recuerdo el lugar exacto
Y Tú y yo allí.
Intentando asimilar cómo sobreviviría a esta tormenta.

Salimos cogidos de la mano y nos encontramos con Trek apoyado en su Audi gris oscuro, nos saluda como es costumbre y Lis tres caminamos hacia la playa, nos sentamos en la orilla, yo con la cabeza en las piernas de Conor, Bluey apoyado en una rica mientras me acaricia en pelo y Trek junto a él.

Nos quedamos así durante horas, hasta que él sol vuelve a aparecer en el horizonte.

—Gracias chicos, ha sido increíble, gracias— dice con la voz apagada, me reincorporo y lo miro, no logro ocultar mi pánico y cojo su cara entre mis manos lo examino pero parece bien... solo luce un poco cansado.

—No... aún no, Coni, aún no... no estoy lista—

—Hermanito—llora Trek pero el solo nos sonríe.

—Has sido un dolor de culo, Trek pero te amo. Gracias por ser mi hermano y por estar siempre ahí, te quiero.—

—No no, por favor no— ruego cogiendo sus manos y acercándome más a él, su mano acuna mi mejilla y me mira con amor puro.

-Te amaré, incluso, después de
la muerte.— es lo único que dice pero yo no paro de llorar

-¿Y si no hay nada después?—mi voz es aguda y rota

-Tendrás a alguien que te amó hasta el último día de su vida.— me sonríe—Colwyn Miguel— susurra el autor de la frase que acaba de citar.

No yo no quería que me amaras hasta el último día de tu vida, yo quería que vivieras conmigo y amarnos hasta morir... juntos... no así.

—Yo también te amare hasta el último momento de mi vida, siempre—

—Tienes que continuar... vive por los dos, H— pide con la voz cada vez más débil y sus ojos parpadean cada vez más pesados.

—Nononono...— cojo su cara entre mis manos y lo beso pero no me responde con intensidad, aunque lo intenta—Aún no...— pido con mi frente en su pecho, acercó mi oreja a su corazón y escucho sus latidos hasta que estos se vuelven débiles pero siento su mano en mi pelo dándome caricias.

—Estarán bien, lo prometo.— jura y escucho el último latido que da su corazón, su mano queda inerte en mi pelo y siento como Trek se aleja.

Y se había ido...
Esta vez si se había ido...

—No por favor...— Me aferro a su camisa y gritó hasta desgarrarme la garganta.

Se había ido... se había ido y yo consigo...

APOSTAR A LA SUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora