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Sofia

—¡Ja! Es obvio que eres mejor en esto— dejo el control del Nintendo aun lado y cruzó mis brazos —Pero te aseguró de que jugamos fútbol real y te gano—

Nos encontrábamos en la sala de juego, Samuel quiso ir a jugar fútbol en el Nintendo y es claro que es mucho mejor en estas cosas que yo.

—Oh no nena, soy bueno jugándolo en la vida real, eso te lo aseguro— Samuel me mira con una sonrisa egocéntrica —Además tu perdiste cuando jugamos basket—

—Pues obvio, ustedes son unos gigantes de casi dos metros y yo una enana de 1,60— Bufo molesta —Te reto a jugar fútbol ahora mismo—

—Oh oh— Samuel me mira retadoramente —No me retes bebé—

—Pues lo hago— Lo miro de la misma forma —Veamos quien gana—

Los demás nos miraba con una sonrisa divertida, todos disfrutaban mi pequeña pelea que tenía con el menor de ellos y mi ahora rival.

—Bien, juguemos— Se levanta —Seremos los capitanes de cada equipo, vamos a cambiarnos y nos encontramos en el jardín—

—Bien— Me levanto con una sonrisa.

A los pocos minutos ya todos estábamos en el gran jardín, los chicos sacaron dos porterías de algún lugar. Los equipos quedaron de esta manera, el equipo de Samuel esta Oscar, Camillo y Amos, en el mío esta Leonardo, Marius y Marko.

Yo por fin me pude poner mi propia ropa traía unos shorts negros muy ajustados y una blusa corta, mis zapatos deportivos y me había echo una coleta alta para no tener problemas al jugar, y los chicos vestían deportivamente, haciéndolos ver muy sexy.

Samuel y yo teníamos nuestra frente pegadas mirándonos con una sonrisa sádica en nuestro rostro, somos muy competitivos —No vayas a llorar cuando te gane— Trato de no ofenderme por sus palabras.

—Cuando me veas jugar, sabrás que el que saldrá llorando vas a ser tu— Le doy un pico —Disfruta mientras dure, porque te voy a ganar y me burlare de ti—

Ríe —Veamos qué tan buena eres preciosa, si te ganamos tu nos hará un baile sexy a mí y a mi equipo— Se escuchan gruñidos de su equipo atrás de él.

—Bien— Sonrió de lado —Si nosotros ganamos, ustedes se encargarán de hacer la cena, lavar los platos y darnos de comer en la boca— Mi equipo ríe satisfechos por mi propuesta —Así que vayan pensando que cocinar y no se vale pedir a domicilio—

Nos separamos para ir a nuestros puestos, una vez comenzamos el partido pude ver como todos me miraban sorprendidos al ver que soy demasiado buena corriendo, esquivando y robando la pelota. Cada vez que el equipo de Samuel hacia un gol, ellos hacían un movimiento de su pelvis y nos señalaban sus pollas en forma de burla, cada vez que mi equipo hacia un gol yo bailaba y movía mi trasero a su dirección también en forma de burla y para provocarlos.

Estábamos empatados, solo nos faltaban un punto para ver quien ganaba. Esquivo rápidamente a Amos y a Camillo, peleó un poco con Samuel por la pelota, pero logró escaparme con ella y correr a la portería donde estaba Oscar esperando, sonrió de lado y de un movimiento confuso pateo la pelota logrando un gol.

—¡En sus caras!— Me burlo de Samuel y su equipo —Son unos perdedores— Les saco mi lengua y corro a mi equipo quienes me cargan.

—Joder, esta chiquilla es buena— Amos cruza sus brazos.

—Fue suerte— Dice Samuel —Perdimos porque teníamos a Camillo en nuestro equipo—

—Oye oye, nosotros tenemos a Marius y aun así ganamos— Bromeó.

Mujer De Los MartileniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora