Final (parte 4).

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Una hora después…
Un ruido solitario resonó pesadamente molesto. Caín abrió los ojos y vio que su enemigo se movía. Intentó moverse rápidamente, pero un golpe seco de dolor le hizo recordar que estaba herido; ahora, apenas lograba sentir las piernas, y un enorme charco de su sangre manchaba el piso.
Entonces, contempló horrorizado como los restos del tipo al que había dado muerte se movían. ¿Cómo era posible? Estaba seguro de haberlo matado. Hurgueteó en su cinturón y en su pecho, buscando la ametralladora, pero había desaparecido. Miró a su alrededor, a derecha e izquierda, y la vió cerca del lugar donde había recibido el disparo. Ahora lo entendía todo; se le había caído, sin darse cuenta, cuando se arrastró por el piso.
—De todas formas, no puedes hacerme nada —Le dijo a su rival—. ¡Lo único que puedes hacer es morir! —Y apenas terminó esta frase su mente se llenó de pavor…
La situación era peor de lo que pensaba; el sujeto se estaba convirtiendo en un zombie. Intentó arrastrarse desesperadamente hacia el arma, pero ya era demasiado tarde… el muerto se arrojó hacia delante, y comenzó a arrastrarse hacia él, cubriendo en poco tiempo los escasos metros que lo separaban del arma. Caín intentó escapar, ahora en la dirección contraria. Pero nuevamente le faltaron las fuerzas; su cuerpo no le respondía. Se arrastró con todas sus fuerzas, intentando escapar, mientras el pánico cubría toda su mente. Sin razón aparente, la vista comenzó a empañársele, se llevó una mano a los ojos y se dio cuenta de que estaba llorando, sin querer.
De pronto sintió que las manos del muerto alcanzaban sus pies. Intentó patear, pero de cintura para abajo nada se movió. El muerto siguió subiendo por sus extremidades, buscando su carne. Cuando estuvo en su espalda intentó arrojarle un codazo, pero eso sólo lo irritó más de lo que ya estaba. Intentó luchar y defenderse; sin embargo, nada servía… estaba demasiado débil.
— ¡Abel… lo siento! —Alcanzó a balbucear de manera patética, justo antes de que el zombie le diese el primer mordisco en la espalda.
Un chillido estrepitoso se escuchó en el bosque, seguido de llantos y mucho dolor. Luego, reinó el silencio…

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⏰ Última actualización: Apr 01, 2023 ⏰

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