Nathan estaba hambriento, por lo que consideró comprar comida hecha antes de regresar a casa. No tenía ganas de cocinar y tampoco de ir a un restaurante, así que evocó algunos sitios con servicio de delivery pensando en cuál le convendría más. Luego vio a una de sus alumnas con una pila de viandas en un gran bolso, y frunció el ceño; no estaba seguro de que estuviera bien eso de vender comida dentro del campus, pero tampoco podía ser tan grave. Muchos alumnos tenían empleos y emprendimientos que los ayudaban a ganar dinero extra, así que se acercó a ella a averiguar.-Señorita Wilson, ¿puedo saber qué está haciendo?
-¡Profesor Price! Mire, este… no estoy haciendo nada malo, en primer lugar. Averigüé si estaba infringiendo alguna norma al vender comida aquí dentro y no es así, de modo que decidí intentarlo de nuevo para ahorrar un poco. No sé si me entiende…
-Por supuesto que la entiendo, no necesita preguntarlo. Y está bien, ya me parecía a mí que no estaba prohibido, pero, ¿esto no le quitará tiempo para sus estudios, verdad? Porque es usted una de las alumnas más atrasadas con sus trabajos. Debe concentrarse todo lo posible en ello.
-Lo sé, señor, y por eso he pedido ayuda a un amigo para que reparta las viandas mientras voy a la biblioteca a retirar unos libros. Le doy mi palabra que no me atrasaré más, y… disculpe, ahí está mi amigo. ¡Leo, aquí!
Nathan no era curioso, pero cuando alguien saludaba a otra persona agitando el brazo era normal mirar en esa dirección: y al hacerlo, su corazón se detuvo unos segundos al reconocer ese rostro de ensueño, esos ojos brillantes como joyas cuya belleza no era opacada por las ojeras, ese cuerpo delgado y perfecto que tanto admiraba cada noche. Neon estaba allí, su Neon, su amor imposible cuyo verdadero nombre era Leo y al parecer era amigo íntimo de su alumna Elaine. No supo cómo reaccionar y por primera vez en su vida se sintió débil, llamando la atención no sólo de Elaine si no de otros alumnos que cruzaban el campus y no estaban acostumbrados a verlo con esa expresión aturdida.
-Tengo que irme, tengo muchos libros que retirar y resúmenes que hacer… me haces el favor de entregar las viandas a los de Filosofía, ¿de acuerdo? Y luego te vuelves aquí y les vendes a los que pasen. Aquí todos van de prisa y muertos de hambre, no debería ser difícil. Bueno, ¡hasta luego! Adiós, profesor- se despidió también de su maestro, que seguía allí parado con el rostro húmedo. Estaba sudando por los nervios.
-Este… ¿usted es el profesor de Elle, verdad? Mucho gusto- se presentó Leo vacilante.- Mi nombre es Leo De Grazia.
-Ah… sí… un gusto, muchacho. Eh… si me disculpas, tengo asuntos… tengo asuntos pendientes. Debo irme. ¡Adiós! Y… buena suerte con eso- agregó señalando las viandas, para luego salir de allí tan rápido que poco le faltó para correr. ¡Qué vergüenza, por dios! Después de tanto tiempo admirándolo online, se le daba el milagro de verlo en persona y su reacción era la de un adolescente ante su crush. ¡Qué estúpida manera de arruinar su primer encuentro, y qué estúpido él en general! No quería ni pensar en lo que Neon estaría pensando ahora de él. Que era un viejo raro probablemente.
"Pues sí ese es el Terror… mi Terror… vaya. Es más apuesto de lo que imaginaba" pensó un tanto ruborizado, pero recordando las instrucciones de Elaine y poniéndose en marcha hasta encontrar a sus clientes, los estudiantes de Filosofía. Su cuerpo hizo eso de forma automática, pero su mente siguió pensando en el profesor, que quizás era también su admirador. Era una perspectiva de lo más emocionante.
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Offline Love
RomanceUn profesor universitario al que todos sus alumnos temen. Un streamer joven y entusiasta que no juega bien, pero lo hace con el corazón. ¿Qué lleva a uno a enamorarse perdidamente del otro? ¿Y de qué formas podrían ambos llegar a conocerse más allá...