Capítulo 10.

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Nathan estaba cansado, muy cansado, pero no del trabajo o la vida si no de fingir que estaba bien. No estaba bien y lo sabía, se recriminaba su actitud para con Leo, el día que lo vio en persona por primera vez, y se recriminaba no participar de los streams desde hacía días solo porque le daba vergüenza hablarle. Es que ahora que había visto su rostro de cerca y había hablado con él, se sentía como un idiota al decirle algún piropo, o al donarle dinero para sus gastos como creador de contenido. Se sentía como uno de esos viejos que pagaba por la compañía de un muchacho, y eso lo hacía todo peor a sus ojos. 

"Estoy hecho un desastre", pensó, molesto. "Me mortifico por cosas que solo están en mi cabeza, dado que él no sabe que yo soy su admirador. ¿O lo sabe? ¿Habrá escuchado el apodo con el que me llaman en la universidad? Por dios, ¡espero que no lo haya oído, me moriría de vergüenza!".

Neon era un ángel, era tan tierno que costaba explicarlo con palabras. ¿Qué había visto aquella tarde, además de un profesor gruñón al que ya le habían salido canas en la cabeza? Y para colmo, que se había marchado casi corriendo, como un adolescente tonto. Por todo eso se negaba a participar demasiado en los streams, por si acaso Neon lo había reconocido y le resultaba incómodo. Pero tampoco podía dejar de verlos, así que usaba una cuenta secundaria para espiar de a ratos su nuevo material.

Después de hacer una encuesta los suscriptores habían votado porque jugara el Crash Bandicoot 4, un juego que hacía ver al Unwritten como cosa de niños en cuanto a completarlo se trataba. Pasar los niveles no costaba tanto, dijo, pero pasarlos al 100% con todo y sus insignias insanamente perfectas, era casi imposible después del primer mundo. Al menos para él, que se reconoció como mal jugador.

-He jugado otros Crash de niño, y siempre me resultaron difíciles- admitió Neon, al que se veía bastante irritado.- Siempre falta alguna maldita caja por romper y eso me vuelve loco. ¿Acaso soy el único idiota que no puede con un juego de niños o qué?

No era su intención dejar que los suscriptores notaran su mal humor, pero no lo podía evitar. Nathan todavía no había regresado a sus streams, no había donaciones ni bonitas palabras de aliento para él. Desde que Elaine lo había interrogado en el campus, se vio obligado a pensar en el hombre de forma más personal y a tomar una postura. Y lo único que había sacado en limpio es que le gustaba Nathan. No estaba seguro que fuera amor ya que al fin y al cabo no lo conocía a fondo, pero se había acostumbrado a sentirlo como un amigo, alguien de confianza que lo hacía sentir cómodo, y eso ya era algo. Y luego lo había visto en persona y la cosa solo había mejorado, porque le pareció un sujeto muy apuesto en verdad. Un hermoso cabello oscuro, apenas salpicado de algunas canas, buena presencia, un aire indefinido de señor intelectual que no toleraba las tonterías de nadie. Y sin embargo, el saber que ese señor duro era alguien dulce en privado, como lo atestiguaban sus mensajes, le resultaba irresistible. Le hacía querer conocerlo más a fondo, pero, ¿cómo se supone que lo conocería si parecía haber dejado de seguirlo?

-Bueno, al diablo el Crash 4- explotó de golpe, tras caer por enésima vez en la boca de un tiburón en el segundo mundo.- Lo siento a todos, de verdad lo siento, pero tengo la cabeza en cualquier parte. No quiero seguir haciendo esto, me largo.

"¿QUÉ? ¿No hablas en serio, o sí?"

"¿Te vas tan pronto, por qué? 

"No te vayas, por favor, al menos no así de enojado. ¿Alguien te molestó en el chat?"

-Nadie me molestó, Patrick30, es solo que estoy muy de malas hoy y fallar tanto en el juego no me ayuda. No puedo concentrarme, y así no merece la pena seguir el stream. Les estoy haciendo perder el tiempo, y lo mejor es que me retire para que puedan hacer algo más divertido que verme perder sin parar.

A Nathan se le rompió el corazón. ¿Por qué Neon estaba tan mal? Él siempre era muy alegre aunque perdiera.

"No importa por qué está mal. Lo que importa es como puedes ayudarlo, idiota" le dijo su voz interna de golpe, haciéndolo actuar con rapidez. Cerró sesión y volvió a abrirla con su cuenta principal, se conectó enseguida al stream de Neon y le donó 200 dólares con un mensaje que al joven le hizo aparecer una sonrisa débil en los labios.

"Me destroza verte tan triste, así que te envío esto para que compres alguno de tus pasteles favoritos, y hagas de cuenta que es un regalo mío. Ojalá un dulce te levante el ánimo, pero si no, siempre nos tienes a nosotros y sobre todo me tienes a mí, que soy tu fiel neoner y te quiero mucho".

-Ah… TerrordelasLetras, ¿volviste? ¿Dónde… dónde habías estado, hombre? ¡Hiciste que me preocupara!

Los espectadores llenaron el chat de emojis de corazones y mensajes de apoyo a Terror, quien quiera que fuera; porque, si alguien era capaz de hacer sonreír a Neon en medio de su tristeza, esa persona valía la pena.

Offline LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora