Joey conocía a Nathan desde que ambos estudiaran en esa misma universidad, años atrás, así que podía decir con honestidad que era quien mejor lo conocía de todos cuanto lo rodeaban. Le conocía las manías, la rigidez al enseñar, los gustos y hobbies, hasta qué tipo de hombres prefería a la hora de tener citas. Lo había visto tener aventuras con señores más o menos de su edad y estilo, como aquél curador del museo, el profesor de piano del conservatorio o una breve historia con un profesor de antropología a quien habían transferido a una filial en otra ciudad, el año anterior.Por eso, que de repente toda la universidad hirviera de rumores sobre Nathan teniendo una relación con un muchacho de veinticinco años que estaba iniciando como streamer, destruía todo lo que conocía sobre él.
"A ver, que es mi amigo y no lo juzgo si quiere salir con un hombre más joven. Eso estaría bien, si se enamoró… pero, ¿por qué no me lo ha dicho si es así y está en una relación seria? ¿Por qué deja que todos hablen de eso cuando siempre ha sido de lo más discreto en sus relaciones amorosas?".
Le resultaba imposible de creer que el serio Nathan, acostumbrado a mantener su privacidad, ahora retozara con un muchacho de aspecto tan corriente. Sin ánimos de ofender al chico, pero eso parecía, alguien común y corriente.
Todo había empezado algunas semanas atrás, cuando unas alumnas vieran salir de la oficina de Nathan al chico que repartía viandas por el campus para ayudar a una amiga suya, estudiante allí. Él conocía a la chica, la señorita Wilson, y conocía al muchacho porque también lo había visto repartiendo su comida a muchos alumnos y profesores, e incluso le había comprado almuerzos alguna que otra vez. Pero esta vez, las jóvenes aseguraron que habían visto al profesor Price besarse con el repartidor; y después de eso no hubo forma de parar la bola de nieve en que se convirtió aquella historia, con gente asegurando que eran novios, amantes, que usaban las viandas de excusa para poder verse y muchas otras cosas que no podía recordar ahora. Con semejante panorama, no tardaron nada en vigilar al muchacho, Leo, cada vez que pisaba la universidad, a ver si era cierto que pasaba por la oficina de Nathan. Y era cierto, lo hacía. Sin falta en cada visita le llevaba una comida, aunque él dudaba que a Nat le interesaran las viandas. Cuando su curiosidad llegó al límite, se las arregló para obtener algo de información de Frank Weaver, el novio de la señorita Wilson, quien también era alumno de la carrera de Literatura.
-Leo ha sido amigo nuestro desde la secundaria. Es un gran chico, muy trabajador y muy simpático. Se ofreció a ayudar a Elle con las viandas aún cuando eso le quita tiempo para preparar sus streams.
-¿Sus… streams? ¿Es un streamer?- preguntó con incredulidad, pues recordaba perfectamente las veces en que Nathan hablara con desprecio de aquel entretenimiento de mocosos.
-Ah, sí. Empezó este año, pero está creciendo bastante rápido para ser que no juega de maravilla.
-¿Juega?
-Es gamer, es un poco malo pero se lo pasa en grande jugando y a sus suscriptores les gusta verlo. ¿No es eso lo importante?
"Pero, ¿quién es este sujeto y qué ha hecho con mi amigo? El Nat que conozco jamás se hubiera dignado a mirar a alguien más jugando videojuegos, y menos se habría fijado en él como hombre… ¿qué rayos pasó con él?".
-Te diré lo que me pasó- le contestó Nathan sin inmutarse, esa misma tarde, cuando apareció sin previo aviso en su oficina para saber la verdad de una vez por todas.- Sí, es cierto, Leo y yo estamos saliendo y estamos muy enamorados. Y sí, yo lo conocí primero a través de sus streams, hace algunos meses. ¿Eso te parece muy loco?
-Hombre, ¡pues claro que me parece una locura! Normalmente jamás te hubieras fijado en un muchacho de su edad, con sus gustos, con una vida tan diferente a la tuya. No me culpes por sentir curiosidad o exigirte una respuesta, ¡soy tu amigo más cercano y creo que me la merezco!
-Es cierto, lo reconozco. Me porté un poco egoísta contigo, te oculté cosas como si fueras cualquier otra persona y no lo eres… eres mi amigo, debí ser más sincero sobre lo que me estaba pasando. Pero, ¡era tan difícil de explicar! Hasta para mí mismo fue difícil.
-Prueba. Puedo creer cualquier cosa que me digas, si lo haces con sinceridad.
-Estaba cansado. Cansado de ser el Terror de las Letras, cansado y aburrido de ser solo un ogro al que todos le huyen porque le tienen miedo. Claro que yo me lo busqué, con mi carácter espantoso y mi severidad, pero eso no significa que no me doliera. Así que un día quise relajarme viendo videos, algo simple, que absorbiera mi mente, y entré a Twitch a buscar algún stream con pocos seguidores…
-¿Porque así corrías menos riesgo de ver entre los fans a algún alumno nuestro?
-Exactamente. No hubiera podido meterme al stream de alguien famoso y "convivir" con tanta gente que de seguro es más joven que yo, y menos si por algún motivo me reconocían, ¡no lo habría soportado! Y allí entre los streamers desconocidos encontré a una joya. Mi Neon, ese es su apodo, él solo con cincuenta suscriptores, jugando un juego que se le daba fatal pero haciéndolo con una sonrisa y un entusiasmo que me atrapó… ¿lo puedes entender?
-Bueno…
-No lo entiendes. Lo veo en tu cara- se contestó Nathan a sí mismo, suspirando y terminando de guardar unos papeles en su maletín.- Mira, solo te puedo decir esto al final: encontré a Leo por azar, pero me quedé con él por amor. Me enamoré de él primero virtualmente y luego en persona, y él me corresponde. Nos divertimos juntos, yo lo ayudo a mejorar sus hábitos, él me ayuda a ser más expresivo, ambos nos ayudamos a ser mejores. Y nos la pasamos genial en la cama. Nunca había tenido un sexo tan bueno como el que…
-¿Necesito saber qué tan bueno es el sexo que tienes?
-De acuerdo, sin detalles. ¿Pero ves? Antes no hubiera sido capaz de expresarme con esta libertad, ya fuera por vergüenza, orgullo o por lo que sea, pero ahora puedo. Ahora tengo a Leo a mi lado y puedo hacer cualquier cosa, o al menos así lo siento.
-De acuerdo, Nat, no tienes que decirme más nada… supongo que todo lo que importa es que seas feliz con él, así que mientras lo seas da igual que venga de un mundo diferente a ti. Los apoyaré, aunque espero que me lo presentes pronto, ¿eh?
-Dalo por hecho, Joey. Ahora mismo tengo una cita con él, y le diré de vernos en algún bar un día de estos. Después de todo somos oficiales, ¡ya es hora que empecemos a conocer al entorno del otro!
Nathan terminó de recoger sus cosas y se marchó, dejando a Joey algo más tranquilo con respecto a su repentina relación. Pero aún así, era tan fantástico… ¿cuántas personas se enamoraban de alguien por ver sus videos y luego terminaban juntos y felices? Parecía algo más propio de un fanfic, pero no podía juzgar. No estaba en los zapatos de Nathan o de Leo para entender por qué se habían flechado tan irremediablemente.
"Sí quisiera entenderlo de verdad, tendría que hacer lo mismo", pensó. "Tengo la vieja cuenta de Twitch que me abrió mi hermana hace un año, después de todo".
A su hermana pequeña Andrea le había parecido una idea estupenda hacerle una cuenta de Twitch y suscribirlo a un par de canales "cultos", con streamers que hablaban de cine y obras de teatro, y por cierto que los disfrutaba a ambos con regularidad. Pero para esto tendría que seguir los pasos que Nathan y buscar entre comunidades pequeñas que hicieran un contenido más ligero.
"Gamers hay muchos, son la mayoría por lo que veo, pero no tengo muchas ganas de ver a alguien jugando ahora… ¿Mh?", se detuvo al ver el canal de un tal Pop Food. Su directo más reciente era de la noche anterior, y el título rezaba:
"Enyesado por dos meses mínimo, así que aprovecho a probar el nuevo menú de Wendy's".
Joey enarcó una ceja y luego entró al canal de Pop Food. Había sido creado hace apenas un mes, y contaba con unos 35 suscriptores. Mirando los títulos de sus videos anteriores se dio cuenta que Pop subía videos probando comidas, o hablando de locales gastronómicos, y si había sufrido algún accidente como sugería su último video, era comprensible que gastara su tiempo libre en probar menús nuevos. Sería algo interesante para hacer en lo que se recuperaba.
"Bueno, no he ido nunca a Wendy's y él parece saber más de locales que yo. Veamos que tienes para decirme, Pop. Puedo dedicarte un poco de tiempo antes de regresar a casa".

ESTÁS LEYENDO
Offline Love
RomanceUn profesor universitario al que todos sus alumnos temen. Un streamer joven y entusiasta que no juega bien, pero lo hace con el corazón. ¿Qué lleva a uno a enamorarse perdidamente del otro? ¿Y de qué formas podrían ambos llegar a conocerse más allá...