De entre todos los alumnos de la carrera de Literatura, la única que sabía el motivo del repentino cambio del profesor Price era Elaine. Y aunque moría por un buen chisme, le había prometido a Leo que no diría nada sobre el asunto y debía cumplir esa promesa, o no sería una buena amiga. Aunque claro, eso no impedía que le pidiera todos los detalles posibles a Leo; ver a Nathan Price de buen humor era un milagro de la naturaleza, y teniendo a mano al autor del milagro no podía no interrogarlo.-Dime la verdad, ¿seguro que todavía no han…? Tú sabes. ¿Tenido relaciones? ¿Mimos? ¿Aunque sea un chat caliente? Porque de otra forma es aún más inexplicable el buen humor del profesor, está todo el día sonriendo con cara de tonto y mirando su teléfono. Parece adolescente con novio nuevo.
-Mi respuesta es la misma de siempre, Elle. No, no hemos tenido relaciones sexuales, ni chats subidos de tono. De hecho, no somos pareja, ¿no te lo he dicho? Solo somos amigos.
-¡Ay, ya! Amigos un cuerno. Es obvio que están loquitos el uno por el otro, ¿así que cuándo van a admitirlo y a ponerse de novios? O al menos hagan el amor, eso siempre ayuda a dejar las cosas en claro…
-¡Ellie, por favor!
-¿Qué? Eres mayor de edad, ¿o no? No me vas a decir que te asusta el sexo.
-Claro que no- contestó con firmeza Leo, esbozando una sonrisa entre tímida y apasionada.- Pero Nathan es especial, ¿entiendes? Y no quiero arriesgarme a arruinar las cosas, así que estamos jugando un poco mientras nos conocemos. Él me dona dinero para mis gastos privados, yo le envío mensajes de WhatsApp mostrándole lo que he comprado…
-Ahhhh, así mejora mucho la cosa. Lo convertiste en tu sugar daddy, ¿eh? Travieso- bromeó Elaine guiñándole un ojo, mientras Leo miraba a todos lados para asegurarse que no los habían oído. Por suerte la tienda estaba bastante vacía a esa hora, así que pudo contestarle con sinceridad.
-No sé si decirle así porque, bueno, eso suena bastante feo. Los sugar daddy suelen ser viejos calientes que pagan a muchachos por su cuerpo, para cumplirles los caprichos y los fetiches, y nosotros no tenemos eso.
-Pero, por otro lado te da dinero porque le gustas, y no hablo de tu contenido precisamente- especificó Elaine, sin juzgarlo, más bien ayudándolo a aclararse.- No digo que no le guste verte jugar, seguramente le gusta. Pero más que tus streams le gustas tú, le ha de resultar una picardía estimulante el darte donaciones y que tú le respondas con fotos. ¿No lo crees?
-En realidad, sí… ese es el motivo- admitió.- No sé si decir que es excitante, pero sí, lo es. ¡Listo, lo dije! Me excita saber que le gusto y por eso acepto sus donativos- se corrigió sobre la marcha, echándose a reír por su propio atrevimiento.- Ahhh, es tan difícil hablar de esto sin sentirse idiota… pero tú eres mi amiga y no me juzgas, ¿verdad, Elle?
-Para nada- contestó ella dándole un abrazo y un beso en la mejilla.- Es más, yo te felicito. Aún sin ser su pareja lograste que el profesor cambiara por completo de actitud, le alegraste la vida y por ende a nosotros. ¡Para mí eres un maldito héroe, nene! Así que espero que lo suyo siga viento en popa, y que pronto los juegos se conviertan en realidad.
-¿Eh?
-Lo que tienen es erótico y me alegro, pero apuesto a que un poco de amor físico les vendría todavía mejor- sugirió con lascivia, logrando que él se sonrojara al pensar en esa posibilidad.
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Offline Love
RomanceUn profesor universitario al que todos sus alumnos temen. Un streamer joven y entusiasta que no juega bien, pero lo hace con el corazón. ¿Qué lleva a uno a enamorarse perdidamente del otro? ¿Y de qué formas podrían ambos llegar a conocerse más allá...