Muchas veces había fantaseado con conocer a Neon en persona. Había soñado con poder verlo y sonreírle, con poder besar su mejilla, con poder tomarlo de las manos. Sueños de adolescente en un cuerpo adulto que se daba perfecta cuenta de la idiota que sonaría si lo decía, y era por eso que agradecía el anonimato. Porque así no tenía que poner en evidencia sus sentimientos cursis ni decir nada. Todo quedaba en su mente.Por eso, ahora que su sueño se había cumplido y tenía a Neon delante, no estaba feliz. Estaba más bien triste y silencioso, sabiendo que era el final de su tiempo como espectador. Neon, Leo más bien, no querría saber nada con un seguidor que probablemente fuera un viejo verde. A lo mejor otros lo eran, pero no les conocía la cara y lo que no se sabe no duele. Pero a él lo estaba conociendo. Y seguramente no le gustaba lo que veía.
-Supongo que debes estar muy incómodo aquí, en un sitio tan lúgubre- intentó bromear sobre su oficina, después de haberle ofrecido asiento.- Así que permíteme ser franco, si no te molesta.
-Por favor. Escucharé lo que sea que quieras decirme… Terror.
-Sí, empezando por eso. Ese apodo me lo pusieron algunos alumnos, vaya a saber cuáles, por mi carácter difícil a la hora de dar clases. Tu propia amiga la señorita Wilson me llama así cuando cree que no puedo oírla, pero no importa, ya me acostumbré y realmente no me afecta. Y como no me afecta, me puse ese nombre cuando creé mi cuenta actual, la que uso para cosas personales. Como…
-¿Cómo seguir a un streamer?
Nathan enrojeció un poco, pero asintió.- Creí que sería más fácil mantener mi anonimato si tomaba el primer apodo absurdo que se me ocurriera en vez de mi nombre real. No se me ocurrió que el streamer que elegí para admirar… o sea tú… sería amigo de una alumna mía. Justamente para no correr riesgo de ser descubierto busqué streamers con pocos seguidores, y así llegué a ti.
-¿Y por qué exactamente yo? Solo por la cantidad de seguidores no puede ser, hay cientos de streamers con comunidades pequeñas y que se dedican a todo tipo de contenido. ¿Te gustaban los videojuegos y querías ver algo así, o qué?
Nathan suspiró y dejó de mirar a un punto cualquiera detrás de Leo para mirarlo a los ojos, porque se merecía ese respeto.- Incluso si me lo preguntas, no lo sé, Leo. No sé qué me llevó a entrar en tu directo y no en el de otro esa noche, no tengo la menor idea de si fue el destino, o qué… solo sé que lo hice y no me arrepiento. Pero tal vez tú sí.
-¿Qué cosa?
Las palabras de Nathan le habían hecho sentir un cosquilleo en el estómago, pero esa última frase lo descolocó de tal manera que se quedó mirándolo sin entender. Nathan por su parte tampoco entendía, así que se molestó en repetirlo a pesar de la vergüenza que lo estaba comiendo por dentro.
-Bueno, llevas tiempo recibiendo apoyo y donaciones de un sujeto amable y respetuoso, pero ahora sabes que solo soy esto, un profesor de mediana edad bastante gruñón y patético. ¿Eso no te decepciona?
-¡Claro que no!- exclamó desde el fondo de su corazón, con una mezcla de enojo por la forma en que Nathan hablaba de sí mismo y de vergüenza por no saber controlar su excitación.- ¿Por qué habría de decepcionarme que seas mayor que yo, o que tengas un carácter serio en tu trabajo? En mis streams siempre me has hablado con gentileza y respeto, jamás me has pedido cosas raras a cambio de tus donaciones… has sido generoso porque, según tú, te alcanza con verme disfrutar de lo que hago. ¿Así que por qué pensaría mal de ti ahora que te veo?
A Nathan lo conmovió aquella respuesta tan apasionada, pero no estaba seguro de si estaría bien abrazarlo. Quería hacerlo, quería descargar toda la tensión que sentía estrechándolo entre sus brazos, pero no se animaba. Por suerte para él Leo no era tan vacilante, y se le acercó hasta apoyar la cabeza en su pecho. El corazón casi se le sale de lugar.
-¿Leo… qué haces?
-Intento mostrarte lo que siento, Terror. Que… estoy muy feliz de conocerte en realidad. Y qué no me importa si me sigues en secreto, está bien si así te sientes más cómodo. Solo te pido que no desaparezcas como estos días pasados, eso me hizo preocuparme.
Nathan no podía contener sus emociones más, de modo que lo abrazó por completo y lo mantuvo pegado a él por espacio de un par de minutos enteros. Si eso lo delataba ya le daba igual, no quería soltarlo. Y estaba tan ocupado gozando esa tibieza que no se percató de la sonrisa feliz y satisfecha de Leo.

ESTÁS LEYENDO
Offline Love
RomansaUn profesor universitario al que todos sus alumnos temen. Un streamer joven y entusiasta que no juega bien, pero lo hace con el corazón. ¿Qué lleva a uno a enamorarse perdidamente del otro? ¿Y de qué formas podrían ambos llegar a conocerse más allá...