Pov Joy
Estaba algo ansiosa por la llegada de Jesse, nos había dicho que no era necesario que fuéramos por él al aeropuerto y ahora estábamos esperando que llegara a casa, probablemente era la fecha que más ansiaba que llegara porque Jesse pasaba un poco más de tiempo aquí.
Estaba sentada en el sofá con mi pierna brincando de arriba-abajo cuando escuché un auto afuera, me levanté para ver por la ventana y era un taxi del cual se estaba bajando Jesse así que no espere más y salí rápidamente de casa.
Llegue hasta él tan rápido como pude y lo abrace sintiendo inmediatamente como él correspondía mi abrazo.
-Tardaste mucho tonto. - Fue lo primero que dije.
-Disculpa, a la próxima le pediré al piloto que se apresuré porque tengo una hermana impaciente.
Sonreí y me aleje para golpear su brazo débilmente.
-Bueno no es como si te tuviera aquí todos los días.
-Hijo que bueno que ya llegaste. - Salió mamá junto a papá para saludar a Jesse.
-¿Estuvo bien tu vuelo? - Preguntó papá.
-Si papá, todo tranquilo.
-Jesse, ¿Qué no me habías dicho que en estas fechas conoceríamos a tu novia?
-Claro, claro.
Jesse se fue acercar al otro lado del taxi y una chica iba bajando de él apenas, cuando estuvo afuera la pude ver mejor y estaba muy bonita. Era unos pocos centímetros más baja que Jesse, cabello negro, morena clara, ojos oscuros y pecas apenas visibles en su nariz.
-Bueno, les presento a mi novia Alexandra. - Dijo Jesse mirándonos esperando una reacción.
-Es un placer. - Dijo ella con una voz tímida.
-Por fin te conocemos, a Jesse no le para la boca cuando habla de ti. - Dije divertida tratando de sonar exagerada y solo los hice reír.
-Bienvenida a nuestra casa querida, espero te sientas cómoda. - Dijo mi madre acercándose.
Después de unas cuantas presentaciones y de más, ayudamos a Jesse con su equipaje para meterlo en la casa, estaba muy emocionada con la llegada de él y pensaba aprovechar los días, para conocer a su novia claramente también.
Ya eran prácticamente las ocho de la mañana y el estómago empezaba a pedir comida, por suerte mi madre había horneado una rica lasaña que no podía faltar en estos días, probablemente no había una más deliciosa que la de ella.
Ya habíamos tomado todos asiento, mi madre había puesto la lasaña en medio de la mesa para que cada quien pudiera servirse a su gusto, por supuesto me adelante a ser la primera en tomar la espátula.
-Tranquila Joy, hay para todos. - Dijo mi padre sonriendo y los demás solo rieron.
-Bueno papá sabes que la lasaña de mamá es muy buena y yo ya estoy muriendo de hambre, verás que no te arrepentirás de comer esto Alexandra.
-Estoy segura que no, y pueden llamarme Ale si les parece mejor. - Contestó.
-Esta bien, ¿Y como estás las cosas por allá? - Preguntó mi madre.
-Realmente no hay mucho que contar mamá, he tenido trabajo pesado en estas últimas semanas pero nada que no pueda resolver, y se que no les había contado esto pero Alexandra tiene un negocio propio, y le está yendo mejor de lo que esperaba.
-Me alegro mucho hijo, ¿Qué tipo de negocio tienes? - Preguntó mi madre viendo a Alexandra.
-Tengo una florería, hace un par de meses la inaugure y me tiene muy contenta que vaya bien hasta ahora. - Respondió con una sonrisa Alexandra.
