Pov Joy
Después de haber subido a ese avión y haber llegado a Londres pensé que todo iba a cambiar para bien, no tenía idea de lo equivocada que estaba. Al llegar a la casa de Jesse me quedé asombrada de lo linda que era.
-Hace mucho no venía para acá, tu casa está muy cambiada. - Dije pasando a la sala.
-Bueno la última vez que viniste fue cuando recién la había comprado, imagínate.
-Cierto, nunca pensé que tuvieras tan buen gusto para decorar.
-Y no lo tengo, Alexandra fue quien me ayudó un poco por aquí.
-Debí imaginarlo.
-Ven, te enseñaré dónde te quedarás.
Seguí a Jesse hasta una habitación que estaba muy ordenada, estaba la cama matrimonial, el closet, un tocador y la televisión en la pared. Las paredes blancas, todo estaba impecable.
-Como verás no tiene muchas cosas, pero si quieres puedes ir metiendo las cosas que tú quieras con el tiempo.
-Esta bien, mientras tenga dónde dormir con eso estoy conforme.
-Bueno entonces dejare que te instales, tengo que salir un momento, te quedas en tu casa.
-De acuerdo.
Jesse salió de la habitación y fui por mi maleta para ponerla encima de la cama y empezar a desempacar todo. De verdad había deseado tanto que me fuera bien aquí.
*****
Cuando entre a la universidad todo fue muy nuevo para mí, no conocía a nadie y para mí era difícil hablar con las personas porque me ponía realmente nerviosa, pero supongo que así sería por un tiempo ya que no es lo mismo que estar en Houston.
Los primeros días no cruce palabra con nadie, conforme fueron pasando los meses empecé a tener pequeñas conversaciones con otras personas, pero nunca llegaba a hacer algún amigo.
Al final dejo de importarme si las personas querían o no acercarse a mi, no vine aquí a hacer amigos, vine a cumplir mi sueño más grande que es ser una gran pediatra algún día.
*****
Pasaron tres años y yo estaba disfrutando mi carrera, por supuesto no era fácil pero nadie dijo que lo era y mientras me esté gustando las complicaciones no serán un impedimento para seguir.
Un día que estaba regresando de la universidad a casa, decidí desviarme para ir a tomar un café, entre a la cafetería que me quedaba de pasada y ví que había una fila muy corta así que me forme y espere, solo que no imaginé lo que pasaría después.
-Disculpa, se te cayó esto. - Escuché a mis espaldas y voltee.
Un hombre alto, cabello negro y corto, cejas pobladas, ojos cafe claro y bien vestido me había dirigido la palabra.
-Oh gracias. - Dije al darme cuenta que mi llavero estaba en su mano y lo tome.
-De nada.. ¿Eres nueva por aquí? Nunca te había visto?
-Bueno hace más o menos tres años vine a vivir a Londres pero hace poco empecé a venir a esta cafetería.
-Ya veo, entonces mucho gusto, mi nombre es Cristian. - Se presentó con una linda sonrisa.
-Yo me llamo Joy.
-Bonito nombre, ¿Te parece si te invito un café y charlamos un rato.
-¿Por qué no?
Le regale una sonrisa, después pedimos los cafés y nos fuimos a sentar a una mesa del local, estuvimos bastante tiempo conversando ese día, resulta que Cristian es tres años mayor que yo y es un importante ejecutivo en la empresa de su padre.
