CAPÍTULO LI: CLUB DE TEATRO AL RESCATE

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Pasando una semana. El día lunes los de teatro estaban muy emocionados.

—Ahí viene, ahí viene—decía viéndolas a lo lejos.

Mery y Bélida se acercaron al portón.

—Hola chicos—dijo Bélida.

—Bélida ¿el profesor a ti te responde?—preguntó Karen.

—No, pensé que a ti sí—

—Que vamos a hacer, ni siquiera respondió a las presidentes del club. Como vamos a organizarnos para la nacional—dijo Reik.

—Está desconectado desde las seis de la tarde del domingo—dijo Bélida.

—¿Será que le pasó algo malo?—

—Karen no digas eso. Se sabe muy bien que es un cuarentón soltero y vive solo con su gato—se preocupó Reik.

—Hola amor—la abrazó—¿Pasa algo?—Will miró a los demás.

—El profesor no responde y nadie lo ha visto salir de su casa—dijo Reik.

—Será ir a dirección a preguntar—

—Tienes razón—

Se estaban dirigiendo a dirección cuando toca la sirena.

—Diablos, será formar y ya en recreo preguntamos—dijo Will.

Cada uno se fué a formar en su lugar por sección.

Ambas dirigían su mirada al portón preocupadas porque no llegaban. Mientras tanto ellos estaban que se terminaban de vestir dentro del auto. Habían asistido a una reunión de las empresas de sus padres y el vuelo fué cansado por eso se quedaron dormidos.

Ya al llegar al portón bajaron inmediatamente y se hicieron los que no veían a los demás siendo castigados. Se pasaron sin mirarlos.

—Alumnos, tenemos una mala noticia. Ayer en la noche el profesor de Arte Cesar Montés sufrió un grave accidente. Se cayó del segundo piso quedando fracturado su craneo, su brazo y su pierna. Ahora mismo está internado en cuidados intensivos. Vamos a hacer una colecta para ayudarle—

Todos los de teatro se quedaron inmoviles. No podían creer lo que habían escuchado. Al terminar la formación se reunieron.

—Lo que temíamos—dijo Reik.

—¿Qué vamos a hacer? Ya no iremos ¿verdad?—murmuraron.

—Eso es lo que menos importa. La pregunta es ¿cómo lo ayudamos?—dijo Bélida.

—¿Alguien sabe si el profesor tiene familia quien esté acompañándole en el hospital?—preguntó Karen.

—¿En que hospital está?

—¿Dónde encontraremos a sus familiares?

—¿Cuánto dinero necesitará?

Nadie sabía nada acerca del profesor. Eran muchas dudas y pocas respuestas.

Kamíl llegó a su lado. 

—¿Qué piensan hacer?—dijo al verlos reunidos en circulo.

—No sabemos que hacer—dijo Bélida.

—Chicos, por favor, vayan a sus salones. Sé que están preocupados, por eso tienen libre las dos últimas horas para que podamos conversar—

—Está bien director—

Cada uno se fué a su salón.

Pasaban las horas y no se podían concentrar. Ya al tocar la campana para recreo salieron inmediatamente. El director les dijo que se reunieran en la biblioteca.

AMAR COMO LAS ESTACIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora