14 de noviembre

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Jamás había tenido un bloqueo creativo. Al menos, no hasta ahora. Siempre que tomaba un pincel y miraba el lienzo la inspiración fluía por sí sola, convirtiendo así un trazo en cualquier cosa que a mi imaginación se le ocurriera.

Pero ahora...

Cuando me coloco frente al lienzo ya no hay nada. Tomo el pincel y no siento nada. Miro las diversas tonalidades de pintura y escojo la misma cada vez: Negro. Sólo pinto oscuridad. Y no, no me refiero a un paisaje nocturno o cualquier cosa en blanco y negro. Son manchas y trazos sin sentido de pintura negra sobre el blanco lienzo. Siento que entro en modo automático con cada pincelada y es jodidamente frustrante porque es como si no pudiera pintar nada más que eso.

Para acabarla de joder, las pesadillas me atormentan cada noche ahora, y a veces, incluso me da miedo dormir. Le conté a Nathan lo que me pasaba y lo único que dijo fue “De seguro no es nada”, luego sólo cambió de tema. Eso me molestó mucho y acabamos teniendo una discusión bastante fuerte; terminó por colgarme el teléfono después de llamarme «loca». No sé si lo haya dicho enserio o sólo fuese por la ira del momento, pero poco a poco acabé por creérmelo.

—Sam.

Retratos en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora