Un gato que predice la muerte y una adolescente curiosa que ama vivir.
Quizás no sea una buena combinación, pero este encuentro termina cambiando la vida de ambos.
Ya sea para bien o para mal.
La vida y la muerte se juntarán en esta historia rebas...
- No entiendo tú pregunta -menciono la joven sin saber que decir- Pero estoy segura que nunca antes te había visto, considerando que te conocí como gato..
El chico pensó aquello, era lógico, toda su vida había sido un gato así que si alguna vez lo vio fue como un gato más de la calle, solo negó suave y decidió no hablar al respecto con ello.
- Vamos a sentarnos allá -señaló unas bancas cómodas y camino hacia el sitio para sentarse, le siguió Yoongui quien miro alrededor, no sabía que más preguntar pues ya había descubierto parte de lo que tenía Hara quien decidió hablar ante el silencio - ¿Y haz descubierto algo sobre tu transformación?
Esa era una pregunta arriesgada para la chica quien temía que él se alejará por saber sobre aquello, pero sabía que no podría tenerlo para siempre y lo mejor era saberlo directamente de él.
- No mucho.. casi nada, he intentado recordar pero no tengo muchos recuerdos de cuando era menor -sus recuerdos eran borrosos y además nunca antes se había detenido a recordar el pasado, era un gato eso no le servía de mucho pero ahora siendo un humano le eran de mucha ayuda.
-¿Siempre viviste en las calles? O quizás alguien te adopto y no lo recuerdas -menciona la chica y el contrario negó enseguida-
-No estoy seguro.. mi único recuerdo es que siempre estuve en la calle, a veces golpeado o también golpeaba a otros gatos -comentó frunciendo el ceño- Y si alguna vez fue adoptado.. me gustaría saber por quién.
-Eras un gato rebelde -apunto al chico imaginándoselo- Y lo sigues siendo en tú forma humana -sonrió suave mientras lo veía- Ojalá pudiera ayudarte pero ahora es difícil -menciona suspirando
-No te preocupes, por ahora solo quiero estar contigo -y es que a pesar de todo la chica le mostraba amabilidad y cierto cariño, algo que el chico no podía negar que le gustaba- Aún tengo tiempo antes de regresar ¿Hay algo divertido que se pueda hacer en este lugar?
-No estoy segura..-respondió mirando a todos lados- Además no puedo salir -declaró suspirando-
-¿y si nos escapamos? No hay ningún doctor detrás de ti, vamos, conozco una salida fácil de aquí.
- No soy tan rebelde como tú -apunto a decir la chica sonriendo- Pero.. quiero divertirme un poco fuera de este hospital -finalmente acepto y se levantó- Vamos
Con ello fue suficiente para que el más alto llevará a la chica a la salida fácil y lograrán dejar el hospital, Hara no temía pues siempre estaba sola en la cama y su mamá la iba a visitar los fines de semana a causa del trabajo, por ello no tenía miedo en cuanto a ese tema.
-¿A dónde te gustaría ir? -pregunto Yoongi mientras se alejaban del hospital
-Me gustaría ir a mi antiguo barrio
El chico creyó que mencionaría algún sitio con juegos o algo así pero termino siendo diferente, no dijo nada y solo asintió
-¿Y dónde es?
-Ya lo verás.
Y con esas palabras el chico se dejó guiar por ella llegando a lo que el claramente conocía pues había estado en ese barrio hace poco.
-Aquí es donde crecí, con mi madre y con mi abuela.
Cuando la escucho decir eso frunció el ceño recordando a la anciana y lo que le había dicho ¿Y si esa mujer era su abuela?
-¿Tú abuela sigue viviendo aquí?
-Cuando me mude mi abuela no quiso ir con nosotras así que se quedó aquí, la venia a ver cada vez que podía, su edad es avanzada y se le dificulta caminar largas distancias.. y tampoco le gusta salir mucho, así que me gustaría verla.
Era muy probable que esa mujer fuera su abuela pero solo faltaba confirmarlo.
-Su casa queda a una cuadra vamos -animo la chica caminando delante, pronto Yoongi la alcanzó.
No falto mucho antes de que lleguen y efectivamente, era la misma casa que recordaba el chico.
Ahora podía encontrar una conexión y la respuesta del porque aquella mujer le dijo que vaya con Hara, pero la parte más importante y lo que planeaba descubrir era como es que ella sabía su nombre si ni siquiera llevaba puesto el collar que antes tenía, y ahora como ya sabía el estado de la chica tenía todo el derecho de saberlo, solo tenía que encontrar el momento adecuado para hablar seriamente con ella.
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