parte 40

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Imagina dos alfas dominantes mostrando los colmillos en una discusión.

- No pongas esa expresión asesina, no le hice nada al Omega. - dijo Inu no Taisho tratando de minimizar la situación. Sesshoumaru ya ha acomodado a Inuyasha en la habitación, aún se encuentra dormido.

- Su nombre es Inuyasha, y para no haberle hecho nada, el pobre estaba aterrorizado de ti.

- Ver otro alfa cerca de su nido lo asustó es todo.

- ¿y qué mierda hacías cerca de su nido?

- quería conocerlo.

- siempre eres así, siempre te sientes el dueño del mundo. Este edificio es mío, no puedo creer que seguridad te dejará pasar así nada más.

- sigo siendo tu padre, Sesshoumaru.

- Eso no te da derecho de lastimar a mi familia.

- Solo es un omega.

- Su nombre es Inuyasha y es mí Omega, el Omega que lleva mis cachorros en su vientre, él es mi familia ahora. ¿Crees que como alfa voy a permitir que los lastimes?

- Yo no quería lastimar a nadie, solo quería asegurarme que el Omega que lleva a mis nietos fuera digno de la familia Taisho.
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Inuyasha abrió los ojos, se encontró a solas en la habitación, con una manta cubriéndolo del frío, Sesshoumaru había llegado a ayudarlos, ¿no es cierto? instintivamente se llevó las manos al vientre, parece que todo está bien, se hace un ovillo, tiene muchas ganas de llorar, a veces los alfa lo aterran.

- ¡No es tu maldita decisión! - escuchó la voz de alfa de Sesshoumaru retumbar en todo el departamento, se levantó envuelto en la manta que le hacía sentir una inocente seguridad.

- ¡¿Cómo es que algo como un heredero a mi apellido no es de mi incumbencia?! - la respiración de Inuyasha se paralizó por un momento.

- ¡tú y el maldito apellido se pueden ir a la mierda! Si te vuelves a acercar a MÍ OMEGA o a MIS CACHORROS no me voy a contener, ¿esta claro?

- Hijo, no estás siendo razonable, parece que piensas que yo lastimé al Omega de alguna forma pero solo vine a conocerlo, él sobre reaccionó, pensé que era mejor calmarlo.

- Y creíste que tú voz de alfa dominante lo sometería. - Inuyasha miraba por el espacio de la puerta entre abierta como Sesshoumaru se sonrió irónico.

- Eso sería lo normal.

- ¿que sintió el gran Inu no Taisho cuando un Omega no le obedeció?

- No empieces...

- No, yo no empecé. Para que lo sepas, Inuyasha es mi Omega destinado, además es un Omega dominante, tan dominante que no se doblega ante otros alfas, y ahora que hemos hecho un vínculo, nada nos puede separar.

- Está bien, entiendo que estés siendo sobreprotector con él, pero no puedes mantenerlo en secreto como hasta ahora. Tiene que ser presentado ante la sociedad, tienes que darle su lugar en la familia Taisho, tiene que saber las obligaciones a las que se enfrenta como Omega de esta familia, y los retos que tendrán sus cachorros. Dices que son más de uno. - Inuyasha sintió su cuerpo estremecer, la verdad nunca se planteó que su vida cambiaría tanto cuando se ligó a Sesshoumaru.

- Son gemelos, escucha... yo sé que Inuyasha no está acostumbrado a nuestro ambiente, pero es mi familia ahora y voy a protegerlo, así que no quiero someterlo a tanto estrés en su estado.

- Piénsalo, vale, lamento que lo alterara tanto mi presencia, no fue mi intención. No tuve tacto. Tu madre insistió que lo conociera y todo eso. Pero podrían ir a la casa, a cenar o algo.

- Y podrías disculparte con él adecuadamente. - añadió Sesshoumaru.

- ....

- Lo pensaré y le diré, si él quiere ir está bien pero, no voy a obligarlo.

- Está bien. Nos vemos en la empresa. - Sesshoumaru vio ir a su padre, Inuyasha solo veía su amplia y fuerte espalda.

- Ya puedes salir, Inu. - Inuyasha se sonrojó, no esperaba que supiera que estaba espiando.

- perdón...alfa...

- Está bien, ¿te encuentras bien tú? ¿cómo están los cachorros? - dijo el alfa revisando su semblante y posando su mano sobre su vientre, Inuyasha tembló ligeramente.

- Estamos bien, gracias a alfa por protegernos.

- Lamento lo que pasó, mi padre es un impertinente.

- Es aterrador.

- ¿Lo es? - Inuyasha solo asintió, se dirigen al sillón y se acurrucan juntos, el Omega sigue envuelto en la suave manta. - ¿y yo también?

- Alfa es mi familia ahora... - dijo el Omega mientras comparten su olor frotando sus cuellos. Eso lo reconforta y le hace sentir seguro y tibio.

- Le pediré a Miroku que venga a revisarte mañana, y a los gemelos. Tuviste una fuerte impresión no puede ser saludable tanto estrés. Perdóname debí estar aquí.

- Está bien, estamos juntos es lo único que me importa...y alfa, sobre ir a la casa de tus padres....

- No tienes que hacerlo.

- Pero, yo quisiera, tus papás dan miedo pero si alfa está conmigo, puedo hacerlo, no quiero que los gemelos pierdan contacto con su familia solo porque soy cobarde.

- Tú no eres cobarde, Inuyasha, eres el más valiente, hace unos meses no sabías que eras Omega y ahora llevas un par de cachorros en tu vientre, eso es lo más valiente que he visto.

- ¿has pensado si quieres que sean alfa u Omega? - dijo Inuyasha con curiosidad.

- Pues podrían ser incluso betas, dado tu lado de la familia, ¿has pensado en eso? ¿que te gustaría?

- para mí es suficiente con que nazcan sanos. Ya quiero conocerlos... - Inuyasha sonríe tan dulcemente mientras acaricia su vientre que Sesshoumaru se siente como si de pronto estuviera más enamorado que nunca. Hay una luz especial en los ojos de su pareja, como si tuviera una galaxia en las pupilas que hacen a su corazón palpitar. Suavemente lo abraza y llena de besos y mimos.

Los días pasaron, Inuyasha aceptó mudarse con Sesshoumaru para estar juntos más tiempo, a pesar del estrés los bebés estaban bien, solo fue eso, mucho estrés, ahora se mantenía tranquilo en el departamento, para no aburrirse, Inuyasha comenzó a tomar varios cursos, de cocina, de alimentación, comenzó como algo natural, nacido de su curiosidad innata, paseándose por la biblioteca de Sesshoumaru comenzó a leer, y a interesarse en temas variados. El asunto de la invitación a comer a casa de sus suegros se dejó de lado por más de un mes, ya han pasado tres meses y apenas se nota el pequeño bulto.

- ¿has hablado con tu madre últimamente? - preguntó Sesshoumaru durante la cena que Inuyasha ha preparado.

- No, no me he atrevido aún... esperaba que ambos le dieramos la noticia.

- Ya veo, ¿cómo te sentirías en invitarla a casa de mis padres? podríamos matar dos pájaros de un tiro, decirle sobre los cachorros y anunciar nuestro compromiso.

- ¿nuestro qué? - ambos se miraron con asombro, por un lado el alfa lo tomó como algo evidente, mientras el Omega trata de entender las palabras del otro, ¿compromiso?

solo imagina.

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