parte 33

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imagina

Bankotsu, Jakotsu y Kohaku han venido a visitar a Inuyasha, quién permanece en cama a petición médica.

El viaje del barrio beta al alfa fue por decir lo menos interesante, pero llegar hasta la torre de departamentos de lujo ha sido toda una experiencia a parte.

- Bienvenidos caballeros, por aquí, por favor. - les dice la ama de llaves mientras los conduce a la habitación donde se instaló a Inuyasha.

Al abrir encuentran a Inuyasha en la cama y al alfa sentado en el escritorio aparentemente trabajando en algo, lo que les hace detenerse a la entrada.

- Amor, llegaron mis amigos. - dijo el Omega suavemente para llamar la atención de Sesshoumaru, quién levanta la mirada y se pone de pie.

- Pasen. - les dice ante la sinceramente dudosa intención de entrar de los tres. - Inuyasha insistió mucho en verlos, pasen.

Jakotsu se acerca y lo saluda de mano sonriendo para después ir directo a la cama y subirse para abrazar a Inuyasha. Pareciera que el Omega acepta bien que se acerquen a su nido.

Sesshoumaru se acerca del otro lado y le da un beso en la frente.

- iré al estudio, ¿está bien? - le dice el alfa.

- Sí, gracias. - responde Inuyasha sonriendo.

- Pónganse cómodos. - les dice y se retira en silencio. Los tres terminan en la cama de Inuyasha, sus amigos lo miran preocupados.

- Estoy bien. - les dice con una sonrisa.

- Nos asustamos mucho. - dijo Kohaku.

- Nos diste un susto horrible, estás tan delgado. - dijo Bankotsu.

- Pero, Alfa te cuida bien ahora, ¿verdad? - pregunta Jakotsu.

- Sí, ha estado muy al pendiente, trabaja desde casa y se la pasa a mi lado. Miroku, mi doctor, dice que estoy fuera de peligro pero alfa sigue cuidando de mí. Lamento haberlos asustado, nunca antes había sentido una tristeza como esa. La tristeza de mi lobo.

- ¿la tristeza de tu lobo? - dice Kohaku sin entender nada.

- Sí, mi lobo estaba muy deprimido. Ni siquiera lloraba. De pronto no sentía ganas de nada. No quería levantarme de la cama. Sabía que debía hacerlo pero, no tenía fuerzas para hacerlo. La sola idea de levantarme para ir por la despensa a mi puerta, la sola idea de calentar agua y hacer una sopa instantánea, me daba ganas de llorar. Solo pensar en moverme, incluso respirar me pesaba. Tenía un nudo en la garganta y los ojos llenos de lágrimas todo el tiempo.

- Inu... - Bankotsu lo miraba con tanta preocupación. - el mundo no se acaba por un Alfa. - dijo al fin.

- No lo sé explicar. Yo sé que mi vida es más que ser el Omega de Sesshoumaru. No es que quiera existir sólo por él o para él. Pero era muy honda mi tristeza. Tanta que no la podía llorar. Me ahogué en ese sentimiento de desesperanza y sufrimiento y no supe salir por mi cuenta. Pero ya estoy en tratamiento médico, me siento mejor ahora. Él también me está sobreprotegiendo. Sé que poco a poco debemos volver a una distancia prudente, pero por ahora estoy a gusto con él. Me siento mejor.

- Al menos estás comiendo.

- Sí, alfa en persona me trae de comer, y se queda a mi lado hasta que termino todo.

- Es su trabajo proveerte. - dice Jakotsu. - eso es un buen alfa. No debió dejarte solo acababan de pasar el primer celo y no te marcó, tu lobo está muy sensible después de eso, y te deja solo, obviamente te ibas a deprimir.

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