parte 27

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- Inu, ¿qué te pasó? - las manos de Izayoi tiemblan un poco, mira incrédula la apariencia de su pequeño, para ella, Inuyasha siempre será su pequeño. Sus delicados dedos llegan hasta las orejitas, Inuyasha cierra los ojos fuertemente mientras su mamá acaricia su cabeza. - Mi niño hermoso. Que bonito te ves. - le dice dulcemente, Inuyasha abre los ojos llenos de lágrimas y la abraza, escondido en su pecho como cuando era en verdad tan pequeño.

Sesshoumaru se enternece, era obvio para él que la madre iba a amar a su hijo, Omega, beta, alfa, no importa para una madre.

- mamá, soy Omega. - dice con el nudo aún presente en su garganta.

- entiendo, lo eres, y uno muy bonito. ¿Por eso estás con él? porque es un omega bonito? - pregunta a Sesshoumaru sin soltar a su hijo, como si sintiera de pronto que debe protegerlo.

- Es un Omega muy bonito sin duda, pero nuestra conexión es más profunda que su apariencia o mi dinero. Inuyasha y yo estamos destinados, como alfa y Omega, nuestros lobos se reconocieron y de ahí que Inuyasha se presentara cómo Omega tardío.

- Entonces, conocerlo te hizo Omega.

- De acuerdo al médico siempre fui Omega, solo no se habían presentado los ciclos de celo ni mi lobo. Y como mis padres eran betas siembre creímos que yo era beta. He vivido siempre como beta, ha sido difícil para mí aceptarme.

- Ya veo. - Izayoi puso una expresión más sería y terminó el abrazo entre ella y su hijo. - Inu, por favor déjame sola con tu novio un momento. - Inuyasha bajó las orejas y salió al pasillo en silencio. - Es un buen muchacho y no lo digo porque sea su madre.

- Lo es.

- Usted tiene que jurarme que va cuidar, amar y respetar a mi único hijo, Inuyasha es la luz de mi vida, es lo único que tengo desde que su papá murió, usted tiene que jurar por lo más sagrado que posea que no va a usar ni lastimar a mi hijo como muchos alfas hacen con los omegas. ¿Entiende? No me importa si dinero, ni su estatua social, no me importaría si fuera un trabajador del campo o del gobierno o el rey de Francia, ese niño es todo mi universo, y no voy a dejarlo en manos de cualquiera. Necesito que lo jure. Que si un día no es capaz de cumplir su promesa va a devolverlo a mia brazos sano y salvo.

- Lo entiendo. Le juro que tengo las mejores intenciones con su hijo. Inuyasha es lo más importante para mí. No tengo intenciones de lastimarlo, es mi deseo y mi instinto ponerlo por delante y preservar su vida incluso sobre la mía. Sé que como beta habrá escuchado muchos prejuicios sobre Alfas y omegas pero le aseguro que fui criado bajo la tutela de mi madre que es una Omega dominante y si algo me enseñó fue a apreciar y respetar a los omegas. Me encantaría que se conocieran.

- Eso quiere decir que, ¿planean vivir juntos?

- No sé lo he pedido a Inuyasha, él está empecinado en encontrar un departamento para él en el barrio Omega, le estoy ayudando con ello. También va a cambiar su trabajo así que creo que aún no es el momento. Pero si quiero que vivamos juntos, incluso tener cachorros.

- Pareces sincero.

- Lo soy.

- Voy q confiar en ti, porque Inuyasha te ama. Eres la primera persona que me presentw formalmente. Así que se que van muy en serio con esto. Sólo, no lastimes a mi hijo.

- No lo haré, y de nuevo gracias por abrir las puertas de su casa y de la rica cena.

Inuyasha volvió a dentro, su madre lo abrazó amorosa, volvió a acariciar las orejas y sonrió ampliamente.

- Solo quiero que seas feliz.

Cuando la joven pareja se fue, dejaron un beso en la mejilla de cada lado del bello rostro de Izayoi.

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