- Hijas - dijo Fer haciéndose a un lado para que entraran - ¿Qué hacen aquí?
- Nada ma - la abrazó Paloma - pensamos en pasar a saludar, no te hemos visto en un par de días.
María también saludo a su madre y preguntó por su tía Mayte, la morocha le dijo que se encontraba en el jardín junto a Isabel y ambas corriendo a saludarlas.
- ¿Habías estado con otra mujer antes de estar con Fernanada? - le preguntó Isabel a su hermana, sin notar la presencia de las jóvenes.
- Pues no, la verdad que no. Siempre la he amado, desde que conoció a Hector, pero siempre he estado con hombres, los que tú conoces. Pero nada se iguala a estar realmente con la persona que amas. Tu lo sabrás - le dijo a Isabel - ni se trata de hombre o mujer, se trata de conexión y del amor de la vida.
Fer quien había seguido a sus hijas llegó justo a tiempo para cuando la pregunta ya había sido hecha. Cuando Mayte dejó de hablar, ambas jóvenes se dieron vuelta buscando a su madre.
- Es que esto es de no creer - gritó Paloma - por eso te separaste de papá. Y no tuviste el valor de decírselo. Ni de decírnoslo a nosotras.
Isabel y Mayte se voltearon rápidamente, notando el enojo de las jóvenes y la palidez de Fernanda.
- Me hubiera gustado decírselos en persona pero no había encontrado no la valentía ni el momento - soltó.
- Ay no inventes - dijo Maria señalando a May - nos abandonaste por ella, que todo este tiempo fue como una madre más. ¿Hace cuanto se revuelcan?
- María no hables así a tu madre - intervino Isabel - déjala que les de una explicación.
- ¿Tu tía Isa también eras cómplice de esto? - dijo Paloma riendo - ¿o también te tenían engañada?
- Isabel apenas se entero ayer - dijo Mayte - aunque buenos días primero ¿No?
- Buenos días - rió Maria - buenos para ti que te despiertas con mi madre en tu cama todos los días. Mientras que a nosotras nos quedó un padre que lo único que sabe hacer es lamentarse por haber perdido a esta...
- Mejor no sigas hablando - dijo Isabel tomó las manos de ambas - vengan vamos a caminar.
Isabel las convenció de salir a dar una vuelta para despejar sus mentes. Más que nada para que no siguieran hablando impulsivamente y luego arrepentirse. Como lo hizo ella.
- Me odian - suspiró Fernanda.
- El tiempo pondrá todo en orden amor - suspiró Mayte.
8 meses después
Y así fue, el tiempo trajo paz y tranquilidad a sus vidas. Fue difícil el que ciertas personas importantes de su entorno le dieran el visto bueno a su relación, pero el tiempo puso todo en su lugar.
- Buen día - sonrió Mayte al encontrarse con Fer observándola.
- Buen día - se abalanzó sobre ella - estaba esperando que despertarás para poder besarte mucho mucho.
- Te amo - la beso tiernamente.
- Te amo más - le hacía mimos - ¿Vamos por un café?
-Shi - se levantó rápidamente.
Luego de ducharse y arreglarse, enlazaron sus manos y emprendieron camino hacia una cafetería que quedaba a un par de cuadras.
- Hace bonito día pero esta muy frío, por suerte salimos con bastante abrigo - se acurrucó en su negrita - creo que prefiero que compremos el café y volvamos a casa.