15: El pasado

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Un par de días después, ya se encontraban camino a México. Dada la situación, Isabel había pedido sentarse con Yuri, aunque también por ella se sentía traicionada. Mientras que Mayte y Fernanda se sentaron juntas.

Durante esos días no se demostraron afecto delante de Isabel, pues sabían que debían darle tiempo de asimilar las cosas.

-Amor - Fer llamó su atención - creo que llegando a México hablare con María y Paloma, te molesta si lo hago en la casa?

-Por supuesto que no, sabes que las quiero como si fueran mías - sonrió levemente - pero ¿Estas segura?

-No - suspiró enlazando sus dedos - pero prefiero que se enteren por mi boca, no queremos que algo más suceda y nos terminen odiando.

-Tienes razón - volteó la mirada para contrarse con la de Isabel, quien las observaba atentamente.

Una vez el avión aterrizó, tomaron sus maletas y se despidieron. Yuri pido disculpas nuevamente, Isabel quedo de pasar al día siguiente por casa de su hermana y cada una se marchó a su respectivo hogar.

Casa de Isabel

-¡Ma! - Joss corrió a abrazarla.

-Hola José Manuel - correspondió el abrazo fríamente.

-¿Que te sucede? - frunció el ceño.

-¿Cuando pensabas decirme que tu tía Mayte y tu tía Fernanda están juntas? - dejó su bolsa sobre el sofá.

-Veo que ya lo sabes...

-Si, y me hubiera gustado enterarme de otra manera - suspiró.

-Ma - le tomó la mano - yo jamás te ocultó nada, al menos nada mío, pero eso no me correspondía decírtelo. Mis tías simplemente necesitaban tiempo hasta para asimilarlo ellas. Esto es complicado para todos pero más para ellas, no debe ser lindo tener que esconderse, tener que fingir ser algo que uno no es.

Isabel escuchaba atentamente las palabras de su hijo. Ella, no había pensado de esa manera la cosas. Había sido egoísta, había pensado en su dolor, cuando era mínimo a comparación de todo lo que sentían su hermana y su amiga.

-Ay hijo - rascó su cabeza - tienes razón.

-No estoy diciendo que tus sentimientos no importen, es solo que la situación es complicada y...

-Lo sé Joss, ahora entiendo - se sentó - creo que tendré que disculparme.

-¿Ellas te dijeron?

-No, fue así - le contó cómo pasaron las cosas.

Casa Meade-Lascurain

-¡Dios! De verdad necesitaba esto - Fer se dejaba acariciar por Mayte, mientras las burbujas e incienso la relajaban aún más.

-Yo igual - le daba masajes en el cuello - fueron unos días muy tensos. Creo que la gente lo notó.

-No creo amor - se recostó sobre el pecho de Mayte - sino ya algo hubieran comentado los críticos o los medios.

-Si, ahora solo espero que Isabel lo acepte - recostó su cabeza en el borde de la tina.

-Ya verás que si - se volteó para darle un beso - ¿Salimos? El agua y se está enfriando.

-Si vamos - salieron y se colocaron sus batas - ¿Miramos una peli?

-Shi - le dio un tierno beso.

En ese momento, el timbre de la casa sonó. Alguien estsbs buscando a alguna de ellas.

-Voy yo - dijo la morocha - tu ve si hay palomitas ¿Si?

-Si amor - de dirigió hacia la cocina.

Fernanda por su parte, abrió la puerta, llevándose una grata e ingrata sorpresa a la vez.

-¡Manuel! - frunció el ceño - tanto tiempo.

-Hola Fer - sonrió ampliamente - si bastante. ¿Como has estado?

-Pues, bien. Excelente, ¿Tu?

-Me alegra oír eso - observaba dentro de la casa - yo bien, estoy buscando a Mayte.

-Ah si - abrió un poco más la puerta dejándolo entrar - pasa, ya le digo que estas aquí.

-Bien - asintió - gracias.

Fernanda, aún sorprendida por la repentina aparición de Manuel, entro en la cocina.

-Mi vida - llamó su atención - esta Manuel, en la sala.

-¿Manuel? ¿El gordo? - frunció el ceño.

-Ese mismo, dijo que quiere hablar contigo - levantó una ceja.

-Que raro - dejó el paquete de palomitas sobre la mesada - iré a ver que quiere.

-Bueno - suspiró - pero cubrete un poco.

-Esta bien - notó sus celos y se aproximó a besarla - te amo.

A pesar de que ellos no habían tenido una relación, Fernanda sabía que Manuel había sido una persona muy importante en la vida de Mayte y eso la atemorizaba un poco. No tenía dudas de el amor profundo que la rubia sentía por ella, tenía dudas de las intenciones de Manuel.

-May - sonrió al verla - disculpa la hora, es que necesitaba hablar contigo.

-¿Como estas gordito? - le dio un fuerte abrazo - disculpa mis fachas, acabo de salir de la ducha, apenas hoy llegamos a México.

-¡Caray! Que pena con ustedes, yo aquí molestando - se apeno.

-No pasa nada - le sonrió - dime que es eso tan urgente.

-Este yo... - quedo pensando - no se ni donde comenzar.

-Pues por el principio hombre - río.

Fernanda, quien estaba pasando, casi sufre un infarto al escuchar lo que salía de la boca de Manuel.

-Te amo - soltó sin más - fui un tonto al no darte el lugar que te merecías. Quiero que me des la oportunidad de amarte, de respetarte pero sobre todo, hacerte la mujer más feliz del mundo.

Vivo por ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora