-¿Qué pasa? Me asustas - se levantó rápidamente al oírla tan afectada.
-Ven a casa por favor, está Joe, enloqueció - dijo lo más bajo posible.
-En cinco minutos me tienes ahí - tomó rápido su bolso - te amo.
-Yo también te amo - soltó un par de lágrimas.
-Asi que la amas - dijo Joe jalandola del cabello - ¿A quién amas? ¿A la rulienta esa?
-Ya sueltame Joe - lloraba - me lastimas, lo nuestro no llegará a ningún lado, no insistas.
-¿Chicas donde están? - preguntaba Isa desde la cocina - ya me voy.
-No Isabel, la negra viene en camino - gritó sin importarle Joe - viene a ver lo de la gira.
-Ahora sí no te la acabas María Teresa - le dio una bofetada - si la veo la mato.
-Estas loca - se levantó del sofá - vete de mi casa o llamo a la policía.
-¿Qué pasa aquí? - entró Isa al escuchar eso ultimo.
-Nada Isa, solo una pequeña discusión... - dijo Joe sonriendo a medias.
-Vete Joe - se aferró a su hermana.
-¿Qué no oíste lo que dijo? - Isabel se interpuso al ver como se acercaba a su hermana.
-Esto no se va a quedar así Mayte - tomó sus llaves y salió azotando la puerta.
-¿Qué fue todo eso? - abrazó a la rubia.
-No se que me hubiera hecho si no llegabas gordita - lloraba - tenía mucho miedo.
Isabel notó las marcas que su hermana tenía en el cuerpo, no podía creer que su amiga fuera capaz de hacer semejante cosa.
-¿Por que hizo esto May? - secó sus lágrimas.
-Porque le dije que no quería seguir más con ella, enloqueció Isa, quiso tomarme por la fuerza - sollozaba.
-La tienes que denunciar Mayte - dijo horrorizada.
-No Isa no, se armaria un escando mediático gigante y Pandora jamás se caracterizo por eso - suspiró ya calmada.
-Pero te golpeó, estuvo a punto de violarte hermana - dijo más fuerte - de violarte.
De repente se sintió el timbre. El miedo volvió a invadir a la rubia, se podía notar hasta en sus ojos.
-Yo voy - dijo Isabel levantándose.
Mayte se quedó acurrucada en un esquina del sillón pero de inmediato se levantó al oír la voz de su negrita.
-May - corrió hacia ella - ¿Estas bien?
-Tengo miedo - se aferró a ella inhalando su fragancia.
-Ya estoy aquí - acariciaba su espalda - no temas mi vida.
Isabel observaba la escena desde la entrada a la sala, le pareció raro pero al fin y al cabo eran como hermanas.
-¿Qué fue lo que pasó May? - se sentó con ella aferrada a su cuerpo.
-Quise dejar a Joe y se puso muy violenta - escondió su cara en el cuello de la morocha - fue horrible.
-Si no llegaba yo - Isabel se sentó - abusaba de ella.
-¡¿Qué?! - se exaltó - ¿Se atrevió a eso?
-La lleno de moretones Fer - negó con su cabeza - mira sus muñecas.
-Ay mi amor - observó las muñecas de May - la mataría con mis propias manos.
Charlaron un poco más, hasta que Isabel se marchó a preparar un té para su hermana.
-Ya vuelvo - se fue hacia la cocina.
-Amor - acarició su cabello - mírame.
Mayte levantó su mirada, encontrándose con los grandes ojos de la morocha, quien notó lo rojos que estaban de tanto llorar.
-Dame un beso por favor - suplicó la rubia.
-Oyeme bien - le dio un tierno beso - mientras yo este viva, nadie te pondrá una mano encima.
-Te amo - soltó un par de lágrimas.
-Y yo a ti, con mi vida - la volvió a besar.
-¿Cómo te fue con Héctor? - se volvió a acurrucar en ella.
-¿Qué pasó con tu esposo Ne? - preguntó Isa entrando con te y galletas.
-Ay Isa que... - observó a May - me voy a divorciar, mañana mismo comienzo con los trámites.
Una leve sonrisa se formó en los labios de la rubia. Por lo menos, algo había salido bien ese día.
-¿De verdad? - se sorprendió - ¿Por qué Fer? Todo parecía ir bien entre ustedes...
-Ya no hay amor Isa - jugaba con el cabello de May - mi corazón le pertenece a otra persona.
-Wow - le dio un sorbo a su té - no sabíamos nada negrita, lo lamento.
-No lo lamentes - acariciaba la espalda de May - es la mejor decisión que pude haber tomado.
-¿Tu que opinas May? - bajó la vista hacia su hermana quien estaba profundamente dormida en el regazo de Fer - pues se durmió.
Fer observó a May y se agachó a darle un beso en la cabeza - debe estar exhausta.
Isabel notaba algo fuera de lo normal, Fer actuaba de una manera sobreprotectora y no solo acariciaba a su hermana sino que también la besaba, y Mayte no oponía resistencia alguna.
-Fer...
-¿Si?
-¿De quien te enamoraste? - preguntó seriamente.
-Yo... es complicado - bajó la mirada - ya lo sabrás en su momento.
-¿Y por qué no ahora? Somos amigas, las tres - remarcó esa última palabra - ¿O no?
-Si Isa - suspiró - pero no es ni el lugar ni el momento.
-Tienes razón... - observó su reloj - ¿Puedes quedarte tú con May? Tengo que buscar a Joss de casa de su amigo.
-Ve tranquila, yo me quedo - sonrió.
-Me marcas cualquier cosa - se acercó a darle un beso - regreso en un par de horas.
-Esta bien - la vio irse.
Minutos más tarde Mayte despertó agitada y exaltada, pues había tenido una pesadilla. Al ver a la morocha se aferró a ella.
-Mi amor, no me dejes - lloraba desconsoladamente.
-Tranquila - la acomodó en su regazo mientras la mecia - ya pasó, estoy aquí y no me pienso mover.
Al rato logró calmarla, cuando Fer notó que volvería a dormirse la llevó hasta su recamara.
-Quedate aquí conmigo - dijo en un tono algo cansado.
La morocha se quitó los zapatos y abrazó a la rubia por la espalda, atrayendola a su cuerpo. Mientras que dejaba un par de besos en su cuello.
Un par de horas más tarde
-Hijo, no hagas tanto ruido - decía Isabel suavemente pues Fer le había informado que Mayte se había vuelto a dormir.
-Quiero ver a mi tía - respondió angustiado.
-Debe de seguir dormida - dejó las bolsas que traía - igual vamos a ver.
Subieron y al entrar a la habitación, se encontraron con aquella escena. Mayte acurrucada en los brazos de Fer, sus piernas enlazadas y la cabeza de la rubia escondida entre los rizos de la morocha.
Isabel, observó la imagen y luego a Joss, quien hizo lo mismo y se encogió de hombros.