Sentí un calor invadir mi cuerpo, crei estar soñando, "es el alcohol" pensé. Pero no, no lo era. De repente, sentí una mano acariciar mi cuello. Rápidamente, abrí mis ojos, todo se encontraba oscuro.Un peso sobre mi cuerpo impidió que me levantase. Unos labios, unos dulces y suaves labios, callaron esa pregunta que no logré formular. En ese momento, mi mente dejó de pensar, era consciente de lo que estaba sucediendo, pero mi cuerpo me pedía que no me detuviera.
-Te amo - la oí susurrar a mi oído, su cálido aliento rozando mi cuello me excitaba. Coloqué mis manos sobre sus piernas, estaban desnudas, las acaricie. Su suave piel bajo mis dedos parecía arder, ella gemía casi inaudiblemente a mi oído, comencé a subir mis caricias por su torso desnudo. Mis manos encontraros sus pechos, cubiertos por una fina y simple tela de seda.
Había perdido la razón, la razón del tiempo, la facultad de razonar. Mi mente se puso en blanco, lo único que quería era sentirla. La besé, la bese con pasión, con una pasión que jamás pensé llegar a sentir. La necesitaba tanto como ella me necesitaba a mi.
Narra Mayte
Me correspondía, al menos en mis sueños si lo hacía.
Dejé besos húmedos por cada parte de su cuerpo, la despoje de cada prenda que lo vestía. El calor que sentía era insoportable a pesar de estar casi desnuda. Todo parecía tan real, cada sensación, cada susurro.
Me apodere de su cuerpo, la manejé a mi antojo, mi boca se abrió paso entre sus piernas. La oi gritar de placer, algo que jamás pensé oír, algo que jamás pensé causar. De repente, me vi recostada, esta vez ella había tomado el mando. Me besó, primero lento y luego salvajemente. ¿Cómo era posible que un sueño se sintiera tan bien?
Su mano rozó mi intimidad, comenzó a acariciarla con delicadeza, sin apuro alguno me dio placer. Por fin, me sentía plena. Mi cuerpo temblaba, sudaba y de mi garganta solo escapaban gemidos. No quería despertar, me aferre a ella y antes de perderme en mis sueños logré escuchar un "También te amo"
Al otro día
Aquella habitación que la noche anterior estaba en penumbras, ahora se encontraba repleta de luz. En el suelo habían prendas de vestir, en la cama se encontraban aquellas mujeres con sus brazos y pies enlazados, ninguna había vuelto a la realidad. La cruda realidad, aún.
Lentamente, y quedando cegada ante la luz proveniente de afuera, Mayte abrió sus ojos. Lo primero que vio fueron unos rulos negros sobre su hombro, Fer se encontraba allí, recostada sobre ella. La observó por unos momentos, acarició su rostro, hasta que se dio cuenta de que algo no cerraba. Estaba durmiendo con Fernada, a quien había dejado en el lugar del concierto con su hermana, de quien había escapado.
-Mijo, apaga la luz - dijo cubriéndose con la almohada.
Mayte quedó helada al notar que ninguna traía nada puesto, estaban cubiertas por una simple sábana.
Dios, no fue un sueño - cubrió su boca al pensarlo.
-¡Que apagues la luz Héct... - se sentó encontrándose con Mayte - ¿Mayte?
-Fer - observó su torso desnudo - cubrete...
Los recuerdos de la noche anterior invadieron a la morocha. Había hecho el amor con su mejor amiga, y se había sentido tan bien. Las mejillas de ambas se ruborizaron.
-¿Qué sucedió anoche? - preguntó la rubia sin poder mirar a la morocha.
-No se... bebiste, me quedé a cuidarte y terminé la botella de vino. Lo próximo que recuerdo es a ti... tu cuerpo... - miró hacia otro lado - nosotras...
-¿Hicimos es amor? - la observó a los ojos.
-S...si
-¿Tu lo querías? - no quitaba la mirada de la suya.
-Yo... no se - titubea la morocha.
Mayte se acercó más a ella, haciendo que se llenase de nervios, la besó. La beso lentamente disfrutando de saberse conciente.
-May - se separó para tomar aire - esto... nosotras.
La rubia la calló con otro beso, se sentó en su regazo sin pena alguna - te amo, te amo con mi vida, vivo por ti Fernanda.
En ese momento, el timbre sonó, el celular de Mayte le informaba que su hermana estaba llamando. Decidió no contestar, miró a Fer en busca de alguna respuesta pero nada salió de sus labios más que un simple "Fue un error"
La rubia se levantó y corrió hacia el baño para encerrarse.
-May - corrió tras ella, le hablaba pero era inútil, lo único que se escuchaba era su llanto.