7: ¿Felicidad?

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Joe bajó del coche y abrió la puerta para que Mayte bajase - llegamos mi reina.

-Gracias por traerme - tomó su bolso y le dio un tierno y largo beso.

A la distancia, se encontraban una Fernanda llena de celos y un Isabel completamente anonadada.

-¿Esas son mi hermana y Joe? - preguntó con la boca abierta.

-Si - dijo seria.

En la cabeza de Fer la única idea que rondaba era como recuperar Mayte, la estaba perdiendo.

-Te paso a buscar en tres horas - acarició su cabello - te amo.

-Te esperaré - le dio otro beso - saludame a Montse.

-Va - subió al coche - nos vemos preciosa.

Cuando Joe se fue, Isabel se acercó a su hermana - ¡María Teresa! ¿Qué rayos fue eso?

-Hola Isa, yo muy bien, y tu? - volteo los ojos.

-No estoy para chistes Mayte - se cruzó de brazos.

-Estoy saliendo con Joe, no te lo quería decir porque es muy pronto y... - se cruzó con la mirada de Fernanda que se encontraba detrás de Isabel escuchando atentamente todo.

-Hola Mayte - dijo sin ánimo.

-Hola - respondió cortante aunque en su interior lo único que quería hacer era correr a sus brazos y besarla.

-Mayte por dios, ¿Desde cuando te gustan a ti las mujeres? - preguntó Isabel.

-Desde que... - observó a Fer - desde que tengo uso de razón.

-¿Cómo no me dijiste?

-Isabel, no tengo porque contarte todo ¡Caray! - dijo algo enfadada.

-Pero...

-¿Y si vamos a ensayar? - preguntó Fer.

-¿Acaso tu lo sabías? - volteo a verla - no te ves nada afectada por cierto.

-No, ella no sabía nada - la defendió Mayte.

-¡¿Entonces por que...

-Bueno ya basta Isabel, si lo sabia desde que... - iba a decir toda la verdad.

-Desde que comencé a andar con Joe, Fernanda nos descubrió - mintió - ya ¿Contenta?

-¿Por qué no dijiste nada? - observó a la morocha.

-Porque yo se lo pedí - dijo la rubia - ya Isa, luego te explico ahora vamos a ensayar ¿Si?

-Esta bien - comenzó a caminar rápido y sola.

-¿Crees que se enfadó? - le preguntó a Fer.

Fer quien tampoco respondió y fue tras Isabel, dejando a Mayte detrás, pensando en su actitud.

Al otro lado de la ciudad

-¿Y?

-No se Montse, no quiero que se acerque a ella...

-Es imposible que estén alejadas y lo sabes, trabajan juntas, toda su vida convivieron...

-Si ya lo se - suspiró - si solo hubiera una forma de que Mayte se alejara de Fernada...

-La única forma es terminar con Pandora y claramente eso no sucederá - volvió la vista a su celular.

Al no oír respuesta de Joe volvió a mirarla - ni se te ocurra.

-Esa es la única forma - sonrió.

-No no, ni se te ocurra Yolanda...

Horas más tarde

-¿Entonces ya esta listo? - preguntó una Mayte ya fastidiada.

-Si ya te puedes ir con tu noviecita - dijo Fernanda apretando los puños.

-No - intervino Isabel - aún tenemos que hablar María Teresa.

-Mañana Isa ¿Si? - suspiró - no estoy de humor...

-Bueno - tomó sus cosas y se fue sin despedirse.

-¡Dios que carácter! - dijo la Rubia.

-Nada que no te merezcas - dijo Fer tomando sus cosas.

-Ahora resulta - se paró frente a ella - necesitamos hablar.

-No quiero hablar contigo Mayte, no ahora - intentó pasar.

-Pero yo si - se acercó más a ella, sus respiraciones se hicieron una.

-May... - no logró decir nada más, los labios de la rubia estaban sobre los suyos fundiéndose en aquel largo beso.

-Ves - sonrió - ves como si me amas, como si me deseas. No podemos ser amigas Fernanda, no puedo tenerte cerca y no querer besarte.

-Yo... - su celular sonó - es mi esposo. Hola mi amor...

Mayte sintió como otra vez más su corazón se partía en dos. Tomó sus cosas y salió de allí, cuando Fernanda volteó para decirle que la amaba, que la quería como algo más que su amiga, la rubia se había esfumando.

-Mi amor - se entusiasmó Joe - hasta que sales.

-Vamos - dijo secando una lágrima que caía por su rostro.

-¿Qué tienes hermosa? - se acercó a ella.

-Nada - suspiró pesadamente - es solo que son muchas emociones juntas, nada más.

-Lo imaginé - la abrazó por la cintura - ¿Qué te parece si vamos al centro comercial y te compras todo lo que quieras?

-Mhh - sonrió - me parece una muy... - la besó - muy buena idea.

-Pues vamos mi reina - le abrió la puerta del coche.

A lo lejos y muerta de celos, Fernanda observaba la escena. Luego de conducir por media hora, llegó a su casa, donde la esperaban sus hijas y su esposo.

-Amor - la pegó a el - ¿Cómo te fue?

-Bien - suspiró.

-¿Segura?

-Si.

-No me mientas...

-¡Que me fue bien Héctor! - alzó la voz.

-Pues informaselo a tu cara - la alejó bruscamente y salió de la habitación.

-Hec... - suspiró pesadamente.

-¡Ma! - gritó una de sus hijas - ¿Si vamos de compras? Necesito ropa.

-Si hija, vamos - tomó su bolso, no quería estar en su casa.

En el centro comercial

-Ya Joe... - reia sin parar.

-No no - le hacia cosquillas - me encanta verte feliz.

-Tu me haces feliz - le dio un beso.

Vivo por ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora