Joe bajó del coche y abrió la puerta para que Mayte bajase - llegamos mi reina.
-Gracias por traerme - tomó su bolso y le dio un tierno y largo beso.
A la distancia, se encontraban una Fernanda llena de celos y un Isabel completamente anonadada.
-¿Esas son mi hermana y Joe? - preguntó con la boca abierta.
-Si - dijo seria.
En la cabeza de Fer la única idea que rondaba era como recuperar Mayte, la estaba perdiendo.
-Te paso a buscar en tres horas - acarició su cabello - te amo.
-Te esperaré - le dio otro beso - saludame a Montse.
-Va - subió al coche - nos vemos preciosa.
Cuando Joe se fue, Isabel se acercó a su hermana - ¡María Teresa! ¿Qué rayos fue eso?
-Hola Isa, yo muy bien, y tu? - volteo los ojos.
-No estoy para chistes Mayte - se cruzó de brazos.
-Estoy saliendo con Joe, no te lo quería decir porque es muy pronto y... - se cruzó con la mirada de Fernanda que se encontraba detrás de Isabel escuchando atentamente todo.
-Hola Mayte - dijo sin ánimo.
-Hola - respondió cortante aunque en su interior lo único que quería hacer era correr a sus brazos y besarla.
-Mayte por dios, ¿Desde cuando te gustan a ti las mujeres? - preguntó Isabel.
-Desde que... - observó a Fer - desde que tengo uso de razón.
-¿Cómo no me dijiste?
-Isabel, no tengo porque contarte todo ¡Caray! - dijo algo enfadada.
-Pero...
-¿Y si vamos a ensayar? - preguntó Fer.
-¿Acaso tu lo sabías? - volteo a verla - no te ves nada afectada por cierto.
-No, ella no sabía nada - la defendió Mayte.
-¡¿Entonces por que...
-Bueno ya basta Isabel, si lo sabia desde que... - iba a decir toda la verdad.
-Desde que comencé a andar con Joe, Fernanda nos descubrió - mintió - ya ¿Contenta?
-¿Por qué no dijiste nada? - observó a la morocha.
-Porque yo se lo pedí - dijo la rubia - ya Isa, luego te explico ahora vamos a ensayar ¿Si?
-Esta bien - comenzó a caminar rápido y sola.
-¿Crees que se enfadó? - le preguntó a Fer.
Fer quien tampoco respondió y fue tras Isabel, dejando a Mayte detrás, pensando en su actitud.
Al otro lado de la ciudad
-¿Y?
-No se Montse, no quiero que se acerque a ella...
-Es imposible que estén alejadas y lo sabes, trabajan juntas, toda su vida convivieron...
-Si ya lo se - suspiró - si solo hubiera una forma de que Mayte se alejara de Fernada...
-La única forma es terminar con Pandora y claramente eso no sucederá - volvió la vista a su celular.
Al no oír respuesta de Joe volvió a mirarla - ni se te ocurra.
-Esa es la única forma - sonrió.
-No no, ni se te ocurra Yolanda...
Horas más tarde
-¿Entonces ya esta listo? - preguntó una Mayte ya fastidiada.
-Si ya te puedes ir con tu noviecita - dijo Fernanda apretando los puños.
-No - intervino Isabel - aún tenemos que hablar María Teresa.
-Mañana Isa ¿Si? - suspiró - no estoy de humor...
-Bueno - tomó sus cosas y se fue sin despedirse.
-¡Dios que carácter! - dijo la Rubia.
-Nada que no te merezcas - dijo Fer tomando sus cosas.
-Ahora resulta - se paró frente a ella - necesitamos hablar.
-No quiero hablar contigo Mayte, no ahora - intentó pasar.
-Pero yo si - se acercó más a ella, sus respiraciones se hicieron una.
-May... - no logró decir nada más, los labios de la rubia estaban sobre los suyos fundiéndose en aquel largo beso.
-Ves - sonrió - ves como si me amas, como si me deseas. No podemos ser amigas Fernanda, no puedo tenerte cerca y no querer besarte.
-Yo... - su celular sonó - es mi esposo. Hola mi amor...
Mayte sintió como otra vez más su corazón se partía en dos. Tomó sus cosas y salió de allí, cuando Fernanda volteó para decirle que la amaba, que la quería como algo más que su amiga, la rubia se había esfumando.
-Mi amor - se entusiasmó Joe - hasta que sales.
-Vamos - dijo secando una lágrima que caía por su rostro.
-¿Qué tienes hermosa? - se acercó a ella.
-Nada - suspiró pesadamente - es solo que son muchas emociones juntas, nada más.
-Lo imaginé - la abrazó por la cintura - ¿Qué te parece si vamos al centro comercial y te compras todo lo que quieras?
-Mhh - sonrió - me parece una muy... - la besó - muy buena idea.
-Pues vamos mi reina - le abrió la puerta del coche.
A lo lejos y muerta de celos, Fernanda observaba la escena. Luego de conducir por media hora, llegó a su casa, donde la esperaban sus hijas y su esposo.
-Amor - la pegó a el - ¿Cómo te fue?
-Bien - suspiró.
-¿Segura?
-Si.
-No me mientas...
-¡Que me fue bien Héctor! - alzó la voz.
-Pues informaselo a tu cara - la alejó bruscamente y salió de la habitación.
-Hec... - suspiró pesadamente.
-¡Ma! - gritó una de sus hijas - ¿Si vamos de compras? Necesito ropa.
-Si hija, vamos - tomó su bolso, no quería estar en su casa.
En el centro comercial
-Ya Joe... - reia sin parar.
-No no - le hacia cosquillas - me encanta verte feliz.
-Tu me haces feliz - le dio un beso.