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PEDRI

Hoy era el último partido de La Liga y el equipo y yo no podríamos estar más nerviosos ya que era nuestro único campeonato restante y tendríamos que ganarlo sí o sí después de la mala racha.

Gavi y yo entramos al estacionamiento del Camp Nou en el mini mientras trataba de no arrollar a toda la gente que pasaba a nuestros lados. Todo el equipo sentía una presión enorme; haber descendido de la Champions, la Europa League y la Copa del Rey era de lo peor que nos pudo haber pasado, además de tener a casi medio equipo lesionado.

Íbamos contra el Atlético de Madrid y no podíamos confiarnos aunque a lo largo de la temporada tuviésemos considerable diferencia de puntos, eso al final no nos aseguraba la victoria.

Salimos al entrenamiento en el campo después de una charla motivacional de Busquets, el capitán, y nos preparamos para dar inicio al partido. Mientras el himno sonaba y seguido nos acomodábamos en nuestras posiciones, pude ver a Paula en su asiento junto a sus padres, me saludó alegre con la mano seguido de un beso y la saludé de vuelta, ocultando mi nerviosismo con una sonrisa.

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— ¡Mierda!.- Gavi pateó el banquillo del vestidor mientras todos entrábamos.

— ¡Hombre, calmaros todos!.- Xavi gritó para calmar el aboroto de quejas que había dentro. Había terminado ya el primer tiempo y estábamos perdiendo 2-0, y a decir verdad nos estaba costando un riñón meter gol a este punto.- Yo sé que es frustrante, pero vais a volver a la cancha y vais a darlo todo ahí. Tenemos que ganar sí o sí ¿vale?.- dijo el míster señalándonos.

— ¡Venga, venga!.- todos corearon seguido de aplausos poco motivados.

Quince minutos después, volvimos al campo con la nueva alineación que el míster nos había asignado y el segundo tiempo comenzó mucho mejor que el primero, no pasaron ni 10 minutos cuando con un pase de De Jong fue suficiente para que yo marcase el primer gol. Todos los demás me abrazaron en una de las esquinas del campo e hice la celebración de los lentes para mi padre, ya que toda mi familia estaba presente en el partido.

El partido transcurrió con varios tiros al arco fallidos, tanto nuestros como de los oponentes, con tarjetas amarillas y faltas que despertaban nuestro coraje y el de la afición. En el minuto 90+5, Gavi logró anotar con un pase de Lewandowski, logrando al fin el empate que necesitábamos. Ahora iríamos a pénaltis y se decidía todo, la temporada en la que tanto habíamos luchado y la que mantenía al equipo motivado.

PAULA

Los nervios habían hecho que terminase con mis pobres uñas. Pedri me había hablado cientos de veces por cientos de noches sobre lo esperada que era esta final y lo mucho que le ayudaría al equipo para la siguiente temporada, por lo que perder no era ni de coña una opción.

— ¿Cuántos llevan?.- preguntó mi padre con las manos juntas sobre la boca.

— Dos de cinco.- respondí sin despegar el ojo de Ter Stegen quién se preparaba para parar el penal del oponente, pero por desgracia no fue así.- ¡Mierda!.

— ¿Cuántos lleva el Atlético?.- preguntó Emma a lado de mi madre estirando el cuello para no perder ningún detalle del siguiente penalti que tiraría ahora Matteo.

— Igual, dos de cinco.- susurré ya que toda la afición estaba hundida en un silencio expectante y afortunadamente, Matteo anotó.

Anatomía de Tú y Yo - [Pedri González]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora