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PAULA

La semana había pasado volando, más o menos había construido mi rutina y me estaba acoplando perfectamente a ella: por las mañanas iba al gimnasio del edificio, me duchaba y me arreglaba, desayunaba e iba a la escuela; después toda mi tarde se iba en tareas de las asignaturas o cuando los chicos podían salíamos a algún sitio o a mi piso. También me había topado varias veces con Pablo.

— Chicos, váis a flipar.- dijo Martha de la nada. Estábamos comiendo en una cafetería a lado de la Uni junto a Sebastián y Ana, amigos de Martha que me había presentado y ahora me la pasaba siempre con ellos.

— ¿Qué ha pasado?.- dijo Sebastián con medio sándwich en la boca.

— Mi tío nos ha conseguido entradas para el partido de hoy a las 9.- dijo emocionada.

— ¿Qué partido?.- pregunté.

— Del barça.- dijo Ana como si fuese obvio.- Sólo a esta se le ocurre tener de tío al mismísimo Xavi Hernández.

— ¿De verdad?.- pregunté bebiendo de mi café.- ¿Y cuánto cuestan?

— Hombre nada.- dijo Martha restándole importancia.- Son un regalito para vosotros. Además a mi tío se los regalan como si fuesen cuches.

— Venga pues nos vemos ahí.- dijo Sebastián.- ¿A qué hora paso por vosotras?

— Yo me iré antes con él, pero gracias Sebas.- dijo Martha.

— Pues yo vivo casi que a lado.- dijo Ana dando a entender que tenía fácil el transporte.

En mi caso, el estadio quedaba a unos 15 minutos, si bien me iba, pero no quería que se molestase siendo la única a la que no le venía mal.

— Yo cojo el bus y ya está.- dije.

— Mujer que a esa hora hay mogollón de personas fuera, no llegas ni de coña.- dijo Martha.

— Pues yo voy por ti.- dijo Sebas.

— Si no puedes, no hay ningún problema.- dije, odiaba sentirme como alguna carga.

— Que va, llego a las 7.- dijo.

— Vale, mil gracias Sebas.

— No se diga más gente, vamos a comprar nuestros jerseys.- Ana se levantó y dejó un billete de 50 euros sobre la mesa y la mesera dejó el cambio minutos después.- Esta va por mi cuenta, no os preocupéis.

Todos le dimos las gracias y nos dirigimos hacia el Paseo de Gracia que quedaba muy cerca de la Universidad. Ahí estaba la nike store.

— Poco se habla de que Pau pronto estará sobando rodillas allá.- Martha dijo coqueta, mientras veíamos los jerseys colgados.

— Venga ya, soy más que profesional.- dije y sentí mis mejillas arder cuando vi colgada la playera con el dorsal número 8 de Pedri. Repito, este hombre es una plaga.

No les había mencionado a mis amigos nada sobre que Gavi vivía cerca de mi departamento, supuse que entre más guardado el secreto, mejor, por su privacidad.

Anatomía de Tú y Yo - [Pedri González]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora