CAPÍTULO XIII

74 19 7
                                    

Se despidieron de cada uno de los hombres que estaban fuera del establecimiento. Siendo un poco tarde y al haber terminado ya la comida y bebidas, tuvieron que separarse para ir a casa y al otro día seguir con la misma rutina.

JungKook y HoSeok se fueron al coche despidiéndose por última vez con las manos mientras ingresaban en él, anteriormente dentro del local y mientras conversaban platicaron la situación que pasaron por el coche sin función de HoSeok y la enorme dicha de conocer al perrito Bam, como le comenzaba a llamar JungKook de forma de juego y porque inevitablemente empezó a tomarle más cariño conforme lo observaba siquiera.

-Realmente es un cachorrito bonito- mencionó JungKook mientras fugazmente acariciaba de forma tierna al perrito, creando aún más esa conexión con él.

-En definitiva. También es muy tierno- respondió HoSeok mientras sonreía y acaricia las orejitas.

JungKook lo observó y de igual forma sonrió que para entablar otra de las tantas conversaciones que ya habían tenido, decidió preguntar y sobre todo sentirse más cerca de su amigo como él estaba a consideración propia. HoSeok era un gran hombre, que le hizo llevarse a otra perspectiva de la vida. Él y JiMin, quien en definitiva y objetivamente no podía dejarlo fuera del crédito, le hicieron sentirse bien, en casa, porque también vieron en él una gran persona.

JungKook con el tiempo reía más y más, se sentía que pertenecía ahí y de alguna forma decía que iba a cambiar en su vida, que algo sería tan perfecto que no dudaría soltar jamás que sacara lo mejor de él y lo hiciera crecer humanamente...o ese algo podría ser...un alguien.

Perdido en los pensamientos realmente inquietantes en un buen sentido y sentir el pelaje de la cabecita del cachorro en su mano derecha mientras el semáforo estaba en rojo sonrió cuando vio a HoSeok pronunciar más sus labios, juntándolos en un gesto de decepción.

- ¿Qué sucede?- preguntó JungKook con una sonrisa.

-Mi celular se descargó y no pude avisarle a Tae que ya voy en camino, había olvidado escribirle incluso cuando nos fuimos con los demás chicos.

JungKook comprendió el pequeño problema y comenzó a buscar una pila de emergencia que siempre tenía para cargar su celular, sin embargo esta vez no la llevaba; se reprochó por ser descuidado, siempre la llevaba consigo y ahora que era una situación en la que se necesitaba no estaba en donde debía. Por su parte, HoSeok entendió el gesto de su amigo sintiéndose un poco apenado por causarle la molestia aunque bien sabía que para él, y por sus propias palabras, siempre lo apoyaría.

-No entiendo el por qué no está la batería en el auto, siempre la traigo aquí- mencionó apenado.

-Tranquilo Kook, no hay problema- sonrió.

JungKook se mantuvo un poco pensativo hasta que le surgió una idea, sin embargo, dudó en siquiera proponerla pero realmente HoSeok necesitaba cargar su celular y es que no sólo era para que pudiese avisar a su esposo sino, que quería que también pudiese mantenerle al tanto por cualquier situación.

-Sabes...podríamos ir a mi casa rápidamente para que puedas cargar tu celular y también para arropar a este pequeñín- mencionó mientras volvía a acariciar al cachorro-. Si no logra cargarse más de la mitad traemos de igual forma la pila en lo que te llevo a tu casa ¿Qué dices?

HoSeok analizó la propuesta de su amigo y sonrió asintiendo tan gratamente.

Mientras seguían en el camino, no faltaba mucho para llegar a su casa del pelinegro, sin embargo HoSeok seguía muy pensativo a pesar de que constantemente platicaban de temas distintos; él, observaba los árboles que se encontraban a cada costado de la carretera y contemplaba las pequeñas flores rosas que se mostraban al nacer de esas ramas y tallos, divagaba y recorría su mente con una constante mortificación de que no había podido comunicarse con TaeHyung pero por alguna razón llegó a un rumbo donde se preguntaba ¿Por qué debía preocuparse siquiera en reportarse si su esposo últimamente parecía mostrar desinterés? por muy profundo que sea el dolor una pequeña parte de su ser le mantenía un orgullo y coraje al pensar así, y es que, no tenía caso porque realmente se estaba cansando pero estaba asustado, asustado de que su relación pudiese terminar porque lo amaba, porque amaba con cada fibra de su ser a su esposo y el cambio repentino de actitud al grado de ni siquiera prestar atención hacia él le dolía y sentía que el mundo se le caía encima.

ÉL.TÚ Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora