CAPÍTULO XI

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En la mañana siguiente TaeHyung despertó dando un beso en la frente de la chica, ella despertó al momento y sonrió mientras lo abrazaba.

Cuando se despabilaron de inmediato bajaron a desayunar, él preparaba mientras ella lo abrazaba por detrás y reían en complicidad, jugaban y carcajeaban pareciendo olvidar muchas cosas de su alrededor, como él que olvidaba su otra vida en otro lugar y sin importar lo que estaba sucediendo en esa parte que esperaba con temor a unos kilómetros de allí, todavía quiso comer con ella y detener el tiempo si era necesario.
Era increíble que no le remordiera la conciencia, que como tal así acontecía y él parecía ignorar, pues en un punto específico de su interior le alertaba que estaba haciendo mal y como una luz parpadeante de una sirena de policía marcaba que podría arrepentirse de su falta y doble cara, pues siendo increíble ante su pasado donde demostraba una vida buena y una persona intachable porque así le nacía ser, ahora era un infiel a quien prometió nunca serlo. Posiblemente tarde se daría cuenta de eso.

La pareja terminó de comer y bromear para finalmente despedirse con un beso lento y abrazador que inició DahMoon y TaeHyung correspondió.

Y se fue prometiendo volver siempre y verla en el trabajo.

Cuando salió de la casa de la pelirroja se frotó su rostro con frustración y soltó un quejido mientras pensaba en qué iba inventar para no levantar alguna sospecha en lo que tomaba una decisión para acabar con esta doble vida. Se decía a sí mismo que HoSeok no merecía la mentira, nadie es merecedor de alguna, pero en caso de él, el peliblanco siempre fue en camino recto y aunque hubo altas y bajas épocas como pareja, y que incluso las tenían, no podía hacerle eso a él; sin embargo, DahMoon le gustaba mucho y supo que ella iba ser la indicada para vivir juntos siempre, su cambio fue muy repentino pero así era el amor para él. Esperaba que algún día HoSeok lo perdonara.

Subió a su auto pero antes de iniciar en manejar encendió su celular y en el transcurso del viaje entraron un sin fin de mensajes y llamadas perdidas de HoSeok que le hizo hacer un sonido cansado, se preparó para lidiar con él cuando lo viera en la noche al terminar su turno y aseguró que iba ser un problema extenso.

¿Era totalmente normal que una persona cambiase así de repente? Que después de ser un ángel que irradiaba una luz preciosa se convirtiera en un ser seco que todo el tiempo parecía ser molesto, en un tiempo realmente corto; HoSeok tenía un lío en su mente y por más que buscaba respuestas no las hallaba y en paralelo a ellas su corazón se vulneraba por esa indiferencia.
Justamente en esa mañana parecía que iba a hacer un orificio en el suelo, donde dejaría marcadas sus emociones a flor de piel, la tristeza y preocupación le carcomía el alma y sobre todo las cuestiones "¿Por qué no llega?" "¿Estará bien?" Que le martirizaba.

Cuando decidió sentarse no pudo despegarse del sillón siquiera para descansar un poco e incluso avisó a JungKook que llegaría un poco tarde, agradeciendo que él nunca le negaba algo y que el día le tocaba solo laborar en la subdirección.

Demacrado y con ojeras prominentes solo estaba recostado en el sillón que daba en la entrada del hogar. Toda la noche anterior se la pasó llamando a TaeHyung pero no tenía respuesta y llamó a NamJoon también pero tampoco sabía dónde estaba su hermano pero fue de gran ayuda para buscarlo, preocupado también le apoyó en tratar de localizar aquel castaño.

Reflexionó que esa fue la primera vez que no llegaba a casa incluso sin avisar o responderle sus llamadas, anteriormente estaban complicadas las cosas pero eso no perjudicaba el preocuparse y saber si estaba bien. En la misma posición subió ligeramente sus piernas para flexionar las rodillas y dejarlas junto a su pecho sintiéndose frustrado. Si tardaba más tiempo estaba decidido ir a la policía y denunciar su desaparición pero esperó un rato pequeño hasta oír las llaves abriendo la puerta.

ÉL.TÚ Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora