CAPÍTULO IX

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JiMin entró con una sonrisa enorme y con su bolso en brazo se dirigió a la recepción donde afortunadamente se encontró con HoSeok, el peliblanco le había platicado en la mañana antes de llegar al hospital que el director ya había llegado y que justo ese día necesitaba verlo, estaba muy nervioso y no sabía el por qué.

— ¡Hobi!, ¡Hobi!— gritó mientras se acercaba.

— ¡Jiminie!— respondió haciendo sobresaltar a Lily al espantarse. Algún día la iban a matar de tantos sustos que le daban.
La chica sonrió genuinamente por la forma en que se llamaron los dos médicos y por el gran abrazo que se dieron hasta dar un pequeño balanceo.

— ¿Ya fuiste a ver al director?

—Aún no, me dijo Lily que todavía no llega, bueno, que ya venía en camino.

—Oh, bueno— encogió sus hombros—, vamos caminando a su oficina mientras llega— salió con HoSeok tomado de la manga de su bata, sin antes agradecer a la recepcionista y caminaron hacia el asesor, sin embargo, parados cada uno en un espacio de lado a lado se interrumpieron ante unos trotes que se dirigían al elevador.

JungKook ya había llegado, saludó a Lily quien le comentó que el doctor ya había llegado hace veinte minutos, el pelinegro sabía bien que el médico era muy puntual por un comentario fugaz de la enfermera que le apoyaba a HoSeok cuando habían charlado el día anterior y se reprochó casi golpeando su frente por su falta de responsabilidad e impuntualidad cuando él debió llegar aún más temprano, apenado se despidió de la recepcionista sin dejarle hablar antes para explicarle que apenas el médico Jung y el médico Park se habían ido hacia el asesor, y que posiblemente los podía encontrar ahí, pero ante la apuración de Jeon, salió disparado trotando para no resbalar por el limpio piso.

Trotó y aceleró sus movimientos mientras tomaba su mochila de las correas que rodeaban sus hombros y el interior de estos para que no se resbalaran, sus manos rojas de los nervios y los tatuajes visibles en la derecha ahora se veían en contraste con su piel.

Cuando estaba por llegar al elevador agradeció al cielo por estar aún abierto y trató de adentrarse en él, pero cuando llegó su zapato resbaló justo una pieza de marmol antes de la puerta y al tratar de dar un paso largo para estabilizarse, volvió a tropezar con esa línea con la que se topó el día anterior y volvió a salir volando.

— ¡Ay mamá!— gritó, pero no lo suficiente como para llamar la atención de todos los demás a excepción de los dos hombres que se encontraban dentro.

Su cara de satisfacción cuando llegó a la caja se transformó por una de asombro por los repentinos problemas en su calzado y en su falta de atención, sabía que debía tener más cuidado en ese paso entre el suelo fijo y el del asensor pero se le olvidó cuando el tiempo le pisaba los talones. Su cuerpo se abalanzó hacia adelante y sus brazos hicieron un aleteo rápido que lo único que logró fue tomar del pantalón a cada persona que se encontraba ahí, por sus brazos abiertos y caer con una rodilla flexionada y otra hincada.

La rapidez por la que sucedió las cosas sólo logró escuchar un exaltado "Cuidado" que le brindó alguien de ahí, su respiración se reguló y pasó su otra mano en agarrar ahora a un sólo pantalón de quién estaba a su derecha, HoSeok se apenó un poco por la acción del hombre y se inclinó lentamente para que pudiera ayudar al joven tomado de su pantorrilla y pantalón.

— ¿Estás bien?— preguntó y JiMin de inmediato se acercó para también tratar de ayudar a la persona reprimiendo con su alma la carcajada atorada desde que vio la escena, pero no era momento, si veía el chico reírse por su incidente con mucho gusto lo iba a acompañar en su gesto, sin embargo, vio la mirada de reproche que su amigo le dio mientras el chico se levantaba.

ÉL.TÚ Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora