SIMULACIÓN 4

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Antonio había pasado por muchas dificultades durante su adolescencia, pero decidió que quería hacer algo bueno para él y para su madre, por lo que se esforzó al máximo para obtener una beca para la universidad. Una vez que comenzó a estudiar ingeniería civil, estaba emocionado por las oportunidades que se le presentaban. La universidad era un ambiente totalmente nuevo para Antonio, pero le encantó. Estaba rodeado de personas que compartían su amor por el aprendizaje y su pasión por la ingeniería. Al principio, las clases eran un poco abrumadoras, pero pronto se dio cuenta de que era capaz de mantener el ritmo y entender los conceptos. Encontró una gran satisfacción en la resolución de problemas y en el trabajo con números. Durante su tiempo en la universidad, Antonio también se involucró en varios grupos y actividades estudiantiles. Formó parte de un equipo de robótica y también se unió a un grupo de voluntariado que trabajaba en la construcción de viviendas para personas sin hogar. Estas experiencias le ayudaron a crecer como persona y le enseñaron habilidades valiosas como el trabajo en equipo y la resolución de conflictos. A medida que avanzaba en su carrera universitaria, Antonio comenzó a tomar cursos más avanzados en ingeniería civil. Disfrutaba de las clases teóricas, pero también tenía la oportunidad de aplicar sus conocimientos en proyectos prácticos de construcción. Trabajó en varios proyectos de la universidad, incluyendo la construcción de un puente peatonal y la planificación de una carretera de circunvalación.Isabella estaba en su segundo año de estudios de medicina en la universidad cuando su familia decidió mudarse a otro país. La noticia la tomó por sorpresa y se sintió un poco abrumada por el cambio. Dejaría a sus amigos y a su vida en su país natal, pero sabía que tenía que seguir adelante con su educación. Una vez que llegaron a República Dominicana, Isabella se sorprendió de la belleza de su nueva ciudad. Había muchos edificios y una gran cantidad de actividades culturales para disfrutar. Isabella se inscribió en la universidad local y continuó con sus estudios de medicina. Aunque la carrera era exigente, ella estaba comprometida a tener éxito. Incluso tomaba clases adicionales de biología y química para fortalecer su conocimiento. A veces se sentía abrumada y solía llamar a sus amigos y familiares en Venezuela para recibir apoyo y ánimo. Afortunadamente, ellos siempre estaban ahí para brindarle su apoyo. También se unió a un grupo de estudiantes internacionales en la universidad, lo que le permitió hacer nuevos amigos y tener una vida social. Disfrutaba explorar la ciudad con sus nuevos amigos y descubrir nuevas culturas. A medida que avanzaba en sus estudios, comenzó a considerar diferentes especialidades médicas. Le interesaban la obstetricia y la ginecología, pero también la cirugía. Marie se mudó de su país natal hacia uno nuevo junto a su padre. La decisión no había sido fácil, pero sabían que era lo mejor para su futuro y el de su familia. Habían dejado atrás a su madre, a su abuela y a sus hermanos, pero se mantenían en contacto a través de videollamadas y mensajes. Al llegar al nuevo país, Marie se sintió abrumada por la cantidad de cambios que debía hacer. Adaptarse a un nuevo idioma, que aunque había estudiado español en el pasado, no estaba acostumbrada a hablarlo y todo era desconocido para ella. Pero estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para adaptarse y comenzar a construir su vida allí. Comenzó a estudiar administración de empresas en la universidad y se esforzaba cada día por destacar en sus clases. Había aprendido a ser muy trabajadora y esforzarse al máximo desde que era joven, y ese esfuerzo no había desaparecido en su edad adulta. En su tiempo libre, Marie exploraba la ciudad y trataba de conocer a nuevas personas. Descubrió un amor por la comida local, visitando pequeños restaurantes y mercados de alimentos para probar platos nuevos y emocionantes. La ciudad también tenía una vibrante escena artística, lo que la llevó a asistir a museos y galerías de arte. A medida que pasaban los meses, se acostumbró cada vez más a su nueva vida. Comenzó a sentirse más cómoda hablando en el idioma local y haciendo amigos en la universidad. Aunque extrañaba a su madre y hermanos, estaba decidida a hacer que la mudanza valiera la pena. Se esforzó en sus estudios y trabajó arduamente para construir un futuro mejor para ella y su familia. A medida que avanzaba en su carrera universitaria, se emocionaba al pensar en las oportunidades que le esperaban después de graduarse y comenzar su carrera en el mundo empresarial.David había terminado la escuela secundaria y no sabía qué carrera elegir. En su interior, sentía una gran pasión por el diseño gráfico y la fotografía, pero también sentía la necesidad de ayudar a su madre. Su madre había estado luchando contra la adicción a las drogas y la depresión durante años, y él quería hacer todo lo posible para ayudarla. Después de mucha reflexión, David decidió estudiar psicología en la universidad. Sabía que no era su verdadera pasión, pero sentía que era la mejor manera de ayudar a su madre y de hacer una diferencia en el mundo. Estaba comprometido a aprender todo lo que pudiera sobre la mente humana y sobre cómo ayudar a las personas que luchan con problemas mentales. Los primeros años de la universidad fueron muy difíciles para él. No estaba interesado en la mayoría de las clases y encontraba difícil concentrarse en el material. Pero estaba decidido a no darse por vencido y a hacer todo lo posible para ayudar a su madre. Estudiaba mucho y se esforzaba por obtener buenas calificaciones. A medida que avanzaba en sus estudios, comenzó a darse cuenta de que su verdadera pasión era el diseño gráfico. Miraba con envidia a los estudiantes de diseño gráfico que trabajaban en proyectos interesantes y creativos, y anhelaba estar en su lugar.A pesar de todo, siguió adelante con su carrera en psicología. Sabía que tenía que terminar lo que había comenzado, y todavía sentía que podía hacer una gran diferencia en la vida de las personas a través de su trabajo.En su primera clase de Metodología de la investigación en la universidad, Antonio, Marie, Isabella y David se encontraron entre un mar de estudiantes de diversas carreras. Al principio, la clase era silenciosa y nadie interactuaba demasiado. Antonio, ansioso por aprender, tomó asiento en la primera fila, mientras que Marie, un poco más reservada, se acomodó en la segunda fila. Isabella, con una actitud curiosa y abierta, se ubicó en la tercera fila, mientras que David, con una personalidad tranquila y observadora, optó por sentarse en la cuarta fila.En medio de la clase, el profesor les asignó una tarea en grupo que debían presentar en la siguiente semana. Los estudiantes se miraron unos a otros, preguntándose con quién trabajarían. Sin embargo, cada uno decidió emparejarse con alguien diferente, lo que eliminó cualquier posibilidad de interacción más profunda entre ellos. A pesar de todo, estos cuatro jóvenes no sabían que el destino les depararía un encuentro más significativo en el futuro.

LARIMAR: Un misterio bajo tierra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora