La obsesión de Miguel Del Rosario Troncoso por la piedra larimar comenzó como un simple deseo de poder. Como sacerdote en la iglesia local, siempre había sentido un vacío en su alma, como si algo le faltara en su vida. Cuando escuchó por primera vez sobre la piedra larimar, sintió que había encontrado lo que había estado buscando. Quiso empezar a buscar la piedra, sin embargo, su solicitud en el ministerio de minería para obtener una licencia para buscar la piedra fue rechazada. Pero eso no detuvo al sacerdote. Él sabía que había larimar en Barahills y estaba decidido a encontrarlo, incluso si eso significaba hacerlo de manera ilegal. Durante siete años, el sacerdote trabajó en su mina secreta, excavando en busca de la piedra larimar. Finalmente, un día, encontró una piedra larimar que era diferente a todas las demás. El azul era más intenso y su brillo parecía emanar energía de ella. Cuando la tuvo en sus manos, supo de inmediato que debía esconderla de todos. Durante los siguientes tres años, Miguel examinó la piedra larimar exhaustivamente. Descubrió que tenía un poder increíble, uno que podía manipular la realidad misma, e incluso creó una ciudad subterránea en un abrir y cerrar de ojos, donde personas de todas las áreas, desde familias agricultoras hasta trabajadores de fábricas, podían vivir bajo la superficie. Pero su mayor hazaña fue resucitar a los taínos, una tribu indígena que había sido aniquilada hace siglos. Ahí fue cuando realmente entendió todo el poder que tenía la piedra larimar. Con el tiempo, creó una sociedad secreta, compuesta por personas de todo el país, cuyo único propósito era proteger la piedra y asegurarse de que su secreto se mantuviera a salvo. Exploró todo el poder de la piedra al máximo.
Un día, mientras rezaba, el sacerdote tuvo una visión. En ella, vio a cinco jóvenes buscando la piedra. En ese momento, no entendió la visión, pero estaba obsesionado con el poder de la piedra, así que se asustó de que quisieran quitarle su poder y se sumergió aún más en el mundo subterráneo y la escondió. Convocó una reunión urgente con los delegados de las ochos ciudades donde estaba establecida la sociedad secreta, quienes llegaron a la ciudad subterránea a través de puertas que servían como portales que habían sido creadas con el poder de la piedra original. En la reunión, creó una historia falsa de que cinco jóvenes habían robado la piedra larimar original, creando así una búsqueda eterna para los miembros de su sociedad mientras la piedra aún seguía en su poder.
Otro día, el sacerdote tuvo otra visión. En esta, vio a uno de los jóvenes que buscaban la piedra: Joseph. Hizo que los miembros de su sociedad lo buscaran por todo el país hasta que lo encontraron. En ese momento, era un niño de diez años. El sacerdote decidió que, en vez de matarlo, lo haría parte de la sociedad secreta para usar su propio poder en su contra. Los años pasaron y la sociedad secreta creada por el sacerdote Miguel Del Rosario Troncoso seguía en su búsqueda incansable de la piedra larimar.
Los miembros más antiguos de la sociedad recordaban la historia de los cinco jóvenes que habían robado la piedra, pero nunca habían logrado encontrarlos ni recuperar la piedra.
Un día, un jóven llamado Ezekiel, descubrió algo. Durante sus investigaciones sobre la historia de la piedra, se topó con una leyenda que hablaba de un lugar llamado "El páramo", donde se decía que se encontraba una piedra larimar diferente a todas las demás. Él compartía su descubrimiento con los demás, pero siempre lo tachaban de loco, así que sin decirle a alguien, se dispuso a investigar sobre el lugar. Después de varios meses de búsqueda, finalmente encontró el sitio donde se suponía que estaba el páramo. Era una zona remota en las montañas, difícil de acceder y peligrosa. Después de varios días de caminata, finalmente llegó a una entrada oculta en la roca, que parecía ser la entrada a una cueva. Al entrar, se quedó impresionado por lo que veía. La cueva estaba llena de extrañas luces azules que emanaban de la piedra larimar, y se podía sentir una extraña energía en el aire. Pero lo más sorprendente de todo era lo que había encontrado en el centro de la cueva. Allí, sentado en un trono de piedra, estaba el Padre Miguel Del Rosario Troncoso. Ezekiel se sorprendió al verlo, ya que creía que había escuchado sobre su muerte hacía mucho tiempo.
El sacerdote lo recibió con una sonrisa malvada en su rostro, como si lo hubiera estado esperando. Doce hombres lo rodeaban, dos de ellos apuntando con lanzas hacia su cabeza, lo hicieron que Ezekiel cayera sobre sus rodillas de temor.
-Se supone que estás muerto -vocalizó Ezekiel.
-Oh, sí, claro, fingí mi propia muerte -dijo el sacerdote con una sonrisa irónica y un tono psicópata-. ¿Por qué compartir el poder de la piedra con los demás, cuando puedo tenerlo todo para mí? He estado viviendo en el páramo durante años, descubriendo los secretos de la inmortalidad gracias a esta piedra. ¿No es maravilloso? ¿y sabes que es lo mejor de todo? ¡No, no sabes! ¡Voy a triplicar su poder! -expresó con emoción a Ezekiel.
-¿Qué quieres decir con que vas a triplicar su poder? -preguntó intrigado.
-En cincuenta años, un cometa pasará cerca de la tierra y su energía será absorbida por la piedra, triplicando su poder -respondió el sacerdote con una sonrisa siniestra.
Ezekiel frunció el ceño ante su respuesta.
-Pero, ¿a qué costo? -preguntó con una voz temblorosa.
-Así es, todo tiene un precio -respondió con una mirada fría-. La tercera parte de la humanidad dará su último aliento al caer la noche después de que la piedra absorba la energía del cometa. Pero realmente lo veo como hacerle un favor al mundo.
Ezekiel se echó hacia atrás, sintiendo la presión de las lanzas en su espalda, aterrorizado por la idea de que alguien pudiera estar dispuesto a pagar un precio tan alto por el poder. ¿Qué tipo de ser humano sería capaz de cometer semejante atrocidad?
La desaparición del sacerdote fue un misterio que dejó a todos desconcertados. Aunque algunos de los miembros de la sociedad secreta trataron de buscar respuestas, nunca pudieron encontrar ninguna pista sobre lo que había sucedido. El sacerdote se adentró en lo profundo del páramo, llevando consigo la piedra larimar. Se preparó para el ritual que le otorgaría el poder y la vida eterna que tanto anhelaba. Con cuidado, colocó la piedra en el centro del círculo de piedras que había construido y comenzó a entonar las palabras sagradas que conocía desde su juventud. El viento empezó a soplar más fuerte y las nubes se oscurecieron, anunciando la presencia de una entidad oscura que se acercaba. De repente, la piedra larimar comenzó a brillar intensamente, como si un fuego ardiente estuviera ardiendo dentro de ella. El sacerdote sintió una ráfaga de energía recorrer su cuerpo, elevándolo a un nuevo nivel de poder. Sin embargo, pronto descubrió que el precio que había pagado por su inmortalidad era demasiado alto. Las personas del páramo que había creado para protegerse de los demás comenzaron a morir a su alrededor, incapaces de soportar la fuerza de su poder. El cuerpo del sacerdote se marchitó y encogió, su piel se volvió gris y sus ojos se hundieron en las cuencas. Pero lo peor de todo fue que su alma quedó atrapada en el páramo, condenada a una existencia eterna en ese lugar desolado. A pesar de todo esto, los doce guardianes que había elegido para protegerlo durante su eternidad continuaron fieles a su deber. Mientras él seguía buscando una forma de escapar del páramo, aumentar su poder, y recuperar su humanidad perdida.
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LARIMAR: Un misterio bajo tierra ©
FantasíaEn la tranquila ciudad de Barahills, los jóvenes Antonio, Marie, Isabella y David se embarcan en un proyecto universitario que cambiará sus vidas para siempre. Su investigación sobre la piedra Larimar les lleva a descubrir un mundo subterráneo que d...