SIMULACIÓN 18

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Perspectiva de Marie.

Mientras mis compañeros abrumaban al señor Ezekiel con preguntas, observé con asombro cómo se transformaba de nuevo en su forma joven. Su capacidad sobrenatural era increíble y parecía desafiar las leyes de la naturaleza. Me sentía curiosa por saber el origen de sus habilidades, pero antes de que pudiera hablar, Isabella llamó la atención, y todos se volvieron hacia ella, expectantes.

-¿Si Joseph está aquí, eso significa que el sacerdote también lo está?

El señor Ezekiel asintió con solemnidad.

-Exactamente. Y eso no es lo peor. Tienen que ver esto. Imitamos sus pasos hasta salir de la catedral, y lo que vi al otro lado me dejó sin aliento. La vista que se abrió ante mí era la de una pesadilla. La exuberante vegetación y los colores veraniegos habían desaparecido, reemplazados por un paisaje desolado y grisáceo. Las plantas y los árboles estaban marchitos y agonizantes, y el cielo estaba oscurecido por una nube negra de humo y polvo. ¿Qué ha pasado en este lugar? Sentía como mi corazón empezaba a latir más rápido.

-¿Qué está pasando? -pregunté, acariciando con tristeza una pequeña planta moribunda.

-Nadie lo sabe con certeza -respondió el señor Ezekiel-, pero parece que Miguel está absorbiendo el poder de la energía natural en Barahills, igual que hizo en el páramo. Esto no solo le está pasando a la vegetación; las familias también están enfermando, el peligro se extiende rápidamente.

-Si no hacemos algo, Barahills quedará destruido -advirtió Joseph con voz firme- incluso todo el país. Mi estómago se revolvió al escuchar sus palabras.

-¿Todo el país? -pregunté con tristeza, mirando a los demás.

El silencio incómodo que siguió hizo que me sintiera como si hubiera dicho algo inapropiado.

-¿Por qué dices eso? -preguntó David.

-¿Yo? Lo ha dicho Joseph -me apresuré a responder, señalando hacia él con la mano.

"¿Puedes escucharme?", escuché la voz de Joseph resonar en mi cabeza, pero lo más extraño era que él ni siquiera estaba moviendo sus labios. Mis ojos se abrieron de par en par al darme cuenta de que estaba escuchando sus pensamientos. Joseph notó mi reacción y pareció emocionado al confirmar su sospecha.

-¡Puedes leer mentes! -exclamó con entusiasmo, dejando a los demás confundidos.

-¿Puedes leer mentes? -preguntó David con cierta curiosidad. Me sentí abrumada por su pregunta. ¿Qué debía responder? ¿Sí?

Antonio, con emoción, ofreció su mente para que la leyera, pero rápidamente se arrepintió. Isabella, en cambio, parecía más que dispuesta a ser la siguiente en la fila.

-Lee mi mente -dijo con una sonrisa cómplice hacia Antonio, sugiriendo que no tenía nada que ocultar. Concentré mi atención en Isabella, tratando de captar cualquier pensamiento que pudiera estar flotando en su cabeza. Sin embargo, todo parecía un caos desorganizado y confuso. Ni siquiera sabía porque lo estaba intentando, todo esto era ilógico.

-No puedo -protesté frustrada ante mi fracaso. Pero Joseph no estaba dispuesto a dejarme rendirme tan fácilmente.

-Sigue intentando -me alentó con voz firme. Decidí hacer caso a su consejo y cerré los ojos, enfocándome en mi objetivo. Mientras tanto, una extraña sensación empezó a invadir mi mente. Era como si estuviera tratando de escuchar una emisora de radio con interferencias, pero poco a poco la señal fue mejorando. Entonces, de repente, una voz clara y distinta resonó en mi cabeza: "Tú puedes". Era la voz de Joseph de nuevo, animándome a continuar. Me quedé boquiabierta, sin poder creer que estuviera escuchando sus pensamientos. Era como si hubiera entrado en una película de ciencia ficción, sintiendo la emoción y el misterio de descubrir nuevos poderes sobrenaturales.

LARIMAR: Un misterio bajo tierra ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora