Se había levantado con un mordaz vomito que volcó su estomago de cabeza. No había tenido muy buenos días recientemente. Le dolía demasiado la cabeza, se irritaba con facilidad, se ahogaba en ansiedad y terminaba desbancando el refrigerador por las madrugadas, tragando lo que hubiera a su paso. Aquello le había costado cuatro kilos... menos.
Se miraba al espejo con un ligero bulto en la parte baja de su abdomen, mordiéndose fuertemente los labios. Escuchó a lo lejos la puerta cerrarse, por lo que supo que Frank se había ido ya. Habían discutido hacia un par de noches debido a su cínico comportamiento con Jamia en la noche de bar. De tan solo recordar como había llegado con ella de la mano en su noche, le hirvió la sangre. No es que la odiase, ni que tuviera celos, claro, no al menos lo que él podía percibir, pero aquella actividad era algo que Frank y él hacían desde la universidad. Era su mejor amigo por todos los cielos, era obvio que es algo que exigía exclusividad.
Se la pasó toda la noche atacando a la pobre chica, y bueno, quizá admite haberse sobrepasado, pero no lo pensó. Tampoco pensó en que tanto causaría aquello molestia en el castaño que se aseguró de mostrarle su inconformidad en la cabina del baño.
Le sonrió de forma risueña, era como salirse con la suya, Frank lo sabía, pero parecía más irritado delo normal.
–¿Qué estás haciendo?
–Nada... nada en particular–negó. Se acomodaba la camisa mientras miraba a Frank acomodarse los pantalones.
–Deja de molestarla.
–¿Por qué te importa tanto?
–Es mi novia, Gerard–apretó los labios rascándose la nuca.
–¿No le has dado el anillo?–soltó sin más. Quizá era algo que le estaba molestando hacia bastante, atreviéndose a decirlo al fin. Frank le miró con seriedad sin responderle enseguida.
-¿Terminaste?
–Si.
–Genial–lo vio salir de la cabina, llenándose de frustración, siguiéndole los pasos.
–No, espera, no he terminado–se adelantó a cerrar la puerta del baño a punto de abrir, con el castaño retrocediendo un par de pasos hacia atrás–. ¿Cuándo lo harás?
–¿Qué es lo que te ocurre hoy?
–Yo solo quiero saber, soy tu mejor amigo, ¿no?, ¿lo soy?
–Gerard, estas muy insoportable.
–¿Por qué?, ¿por preguntar por el anillo en tu cajón?
–¿Estuviste hurgando mis cosas?
–Eso no importa.
–¿Desde cuándo haces eso?
–No mucho en realidad–le miró largos segundos, se sintieron como una eternidad–. El punto es...
–¡Excelente!, ya llegamos al punto.
–¡Frank!
–¿¡Qué!?–apretó los labios con miedo de decir sus siguientes palabras.
–Es solo... nosotros.
–¿Nosotros?
–Sabes a lo que me refiero. Esto, Frank–se señaló a ambos al mismo tiempo–.Esto, sea lo que sea, esto–. Suspiró, creyó que entraría en negación pero fue sorprendido cuando sus labios se estamparon a los suyos con sumo cuidado, como si fuese algo que pudiera romperse en cualquier instante.
Pasó a caerse con el piso húmedo de aquel lúgubre baño, siendo sostenido enseguida por sus tatuados brazos al rededor de sus caderas, llevando sus manos a envolver su cuello, atrayéndole hacia él.
–¿Frank, estás aquí...?
Había sucedido en tan solo un segundo. Los ojos tan abiertos de Jamia y la quijada tan distendida que se le caería en cualquier instante, los brazos de Frank alejándose de él, su cuerpo estremeciéndose por completo. Cuando ella se fue y él fue tras ella, quedando por completo solo, fue como si un balde de agua fría cayera sobre él.
No le había dirigido la palabra desde entonces, sin querer aceptar la resolución de su relación, algo que se había repetido constantemente cada que podía analizarlo desde entonces, después de todo, Frank es su mejor amigo, ¿no?, lo seguía siendo, quería cree, lo sería siempre. Se aferraba al pensamiento.
Las vísperas de agosto no daban tregua al calor de la ciudad, alguna que otra lluvia que solo creaba humedad. Ir a trabajar en su estado era delirante, pero cuando vomitó sobre uno de los basureros frente a su oficina por simplemente mirar a su jefe comer un hot dog mientras pasaba a su lado, supo que no podía continuar así.
Salió temprano, fue al médico, le sacaron análisis de sangre y le dieron un par de días de incapacidad junto al recetario de un antiemético y un multivitamínico. Regresó temprano a casa y él no estaba ahí. Se dio una ducha y miró la palidez de su piel en el espejo. Recibió una llamada de su amiga Lindsay invitándole a una fiesta por la noche, negándose al tiempo en el que su cabeza le daba vueltas de tan solo pensar en darse un trago de tequila. Hizo un poco de pasta pesto para la cena mientras cantaba plácidamente "I Think we 're alone now" y se encontró, literalmente, completamente solo cenando mientras miraba la puerta de la entrada como lo más interesante del mundo.
Frank no llegó a dormir.
Él tampoco durmió muy bien, se la pasó con nauseas toda la mañana y agradeció a los cielos cuando un mensaje llegó a su bandeja de entrada de e mail anunciando que sus resultados estaban listos. Se vistió como pudo sintiendo sus fuerzas cada vez disminuir más, escuchando entonces, al salir de su habitación, ruidos provenientes de la de Frank. Dudó en tocar hasta que la puerta se abrió viendo su mirada avellana analizarle meticuloso, instaurando preocupación.
–Estás aquí–alcanzó a decir, no pudo pensar en nada mas inteligente. Frank pareció meditarlo un buen rato antes de responder.
–¿Te ha dado un resfriado?
–Eso, eso creo. Yo, iré a buscar mis análisis en este momento.
–¿Análisis?
–Si, yo–negó–, debe ser algo sin importancia–. Él le miró dubitativo, asintiendo.
–Cuídate–le pasó de largo dejándole con la palabra en la boca, sin poder contenerse a seguirle.
–Espera un momento, Frank. ¡Espera!
–Gerard, no–se paró frente suyo y le miró suplicante.
–¿Hice algo mal?
–¿Qué?, Gerard. No es... necesito pensar un momento.
–Ya pasaron varios días.
–Gerard–advirtió.
–¡Solo háblame!
–¿Y qué se supone que te diga?, ni yo mismo se que pensar ahora mismo de esto–le miró con un gesto afligido, cansado, casi desorientado, de nuevo sentía sus fuerzas perderse.
–¿Arreglaron las cosas?–Frank sacó el aire con hastío negando.
–Mejórate, nos vemos luego.
Y eso fue todo. Le dejó ir de nuevo. No por que no tuviera el valor de enfrentarlo. Frank era el tipo de persona que era difícil de confrontar por su personalidad, y él era bastante bueno en sacar a Frank del capullo, pero en ese momento, algo más grande le estaba ocurriendo, y eso solo le explotaría en la cara.
~
Damas y caballeros, les presento: el drama.
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Amigos~ Frerard.
FanficMPREG. Gerard y Frank son mejores amigos, muy a pesar de sus diferencias conductuales, lo cual no evita que cohabiten el mismo departamento, ni que algunas veces compartan la misma cama. Después de todo, aún siendo Gerard abiertamente homosexual...