Parte 4: Sombras

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Era bastante temprano en la región de Jonia, con la mayoría de sus habitantes aún durmiendo, o en su defecto empezando a despertar.

Esto no fue el caso para el hombre llamado Royce, quien se encontraba corriendo desde muy tempranas horas.

Paró a descansar bajo un árbol, sin saber que lo veían.

"Artf... arf..."

"¿Cansado?"

"Qui... ¿quién está ahí?"

"No vamos a hacerte daño..."

"Sal... ¡sal ahora mismo!"

Una sombra pareció caer desde uno de los árboles, lo cual le dio un auténtico sentimiento de pavor, pues podría ser Zed...

Pero no, se era justo lo contrario. El Ojo del Crepúsculo, Shen, y una joven.

"Saludos..."

"T... tú..."

"Nos hemos visto en el campo de batalla, pero ese no es el propósito con el que hemos venido hoy..."

"No... tengo... tú no lo entiendes..."

"Has desertado de la Orden de las Sombras..."

"........"

"Y ellos no son muy comprensibles respecto a esa decisión, ¿cierto?"

"A... así es..."

"........"

"Yo... yo era parte del ejército noxiano..."

"¿Del ejército noxiano?"

La joven Yinfeng se extrañó un poco, al menos hasta recordar la invasión noxiana que tuvo lugar hace ya más de catorce años.

Aunque también era cierto que en tiempos recientes Jonia había sido visitada por entes y personas de distintos lugares...

"Me uní a la Orden porque estaba muy descontento con Noxus..."

"........"

"Kayn me tentó con sus palabras, pero..."

"........."

"Siento que estos años han sido en vano... sigo sin estar conforme con mi vida y solo... solo quiero irme de aquí..."

"¿Y a dónde pretendías ir?"

"No sé... quizás regresar a Noxus o..."

"Puedo ayudarte"

"........"

"Yo... no, nosotros... podemos llevarte allí..."

"Yo no sé... no sé si confiar en..."

"Yo tampoco estoy de acuerdo"

Una especie de látigo negro hecho de sombras envolvió a Royce, tirando de él antes de que Shen pudiese hacer algo.

No es que tuviese una reacción lenta, sino que prefirió defender a su aprendiz de un shuriken que habían lanzado en su dirección.

Zed había aparecido, acompañado de Yusari y Ji Hun.

Esta última fue la que había creado desde sus manos el látigo sombrío.

"Zed..."

"Veo que no te cansas de inmiscuirte en mis asuntos..."

"Busco ayudar a un jonio..."

"Ayudar... lo llamas ayudar, eh..."

"........"

"El Ojo del Crepúsculo no se inmiscuye si no es de vida o muerte... si no altera el equilibrio... ¿qué pinta este desertor con eso?"

"No altera el equilibrio..."

"........"

"Si vive o muere es indiferente para el equilibrio de Jonia... así pues la decisión de ayudarle se vuelve una decisión, no una obligación..."

"Qué vergüenza, Shen..."

"........"

"Perdiendo el tiempo con un inútil en lugar de cumplir con tus obligaciones"

"Esto es una obligación, moral..."

"Eres un kinkou, Shen... no me hables de moral..."

"........"

Royce estaba muerto de miedo, con Yusari acercándose con sus armas para dejarle en claro que no hiciese movimientos bruscos.

"Royce... siempre fuiste un mal estudiante..."

"........"

"Nunca practicabas, siempre te peleabas con los demás, incluso llegaste a decir que nuestras leyes eran... Ji Hun, ¿cómo las llamó?"

"Extremas"

"Sí... extremas... ¿recuerdas lo que te dije cuando me pediste irte?"

"Arrf... arf..."

"Tú puedes irte... nuestros secretos... no"

Zed alzó su mano, provocando que Royce se retorciera de dolor.

Sombras de oscuridad empezaron a salir de su cuerpo, formando una especie de orbe sombrío que Zed recogió en su mano.

El pobre hombre perdió musculatura, parecía mucho más deteriorado y herido.

"La mayoría de nosotros toma el poder de las sombras una vez... y luego entrena para dominarla adecuadamente..."

"Maestro Shen, ¿qué le ha..."

"Este hombre no se conformó con solo una vez...

"Arff... arf..."

"Ahí lo tienes, Shen... ya es todo vuestro..."

Y con una bomba de humo, lanzada por Yusari, es que la Orden de las Sombras se marchó con su cometido cumplido...

La Sombra de ZedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora