Parte 100: Caos separado

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Lillia estuvo a punto de ser atacada por un bestial Rhaast, que la dejó temblando y llorando. Casi podía notar esa guadaña en su cuello, solo que no llegaba.

Cuando abrió los ojos se vio en los brazos de Yone, que la había apartado del peligro.

Irelia intentó detener al darkin, que se marchó una vez creó una distracción.

"Yone... al fin..."

"Irelia..."

"¿Por qué has tardado?"

"Inconvenientes... ¿no funcionó el poder de Lillia?"

"No, no lo hizo..."

"Te dije que era un plan poco fiable..."

"Yo... Yone..."

"¿Lillia?"

La chica estaba con los ojos llorosos por la situación que acababa de pasar, además del hecho de que estaba siendo sujetada por Yone.

"Po... podrías bajarme..."

"Claro" - dijo seriamente antes de hacerlo - "¿Estás bien?"

"Te... tenía miedo..."

"Se fue nada más aparecer tú" - dijo Irelia algo angustiada - "Eso es que sabe que le supones un peligro, ¿no?"

"No sé si el truco de Shen funcionó... quizás sí..."

Una hora aproximadamente después...

Zed se encontraba esquivando los diversos intentos de Rhaast de cortarle, llegando incluso a crear dos clones suyos de sombra.

Los clones fueron a atacarle en puntos vitales, solo que el demonio usaba su velocidad y arma para destruirlos.

"Tus clones son patéticos, Zed"

"¿No me llamas humano?"

"Estaría desperdiciando ese nombre que te pusiste después de traicionar a tu padre y a tu hermano..."

"¿Crees que esas palabras me afectan?"

"Sí... aunque lo niegues..."

Rhaast golpeó con su puño en suelo, rompiéndolo y levantando rocas con su energía darkin. 

Zed le lanzó sus shurikens, que cortaron las rocas en su camino hacia él, pero siendo repelidos por su guadaña.

"¿Shurikens? ¿En serio?"

"........"

El ninja hizo unos movimientos con sus manos, ennegreciendo sus shurikens y haciendo que explotasen justo detrás del darkin.

Luego se acercó para darle un fuerte golpe en el cuello.

"¿Intentando una llave?"

"........"

"Eso dejaría inconsciente a un idiota humanizado como Varus... conmigo no, Zed..."

"........"

"Mírame a la cara, humano detestable"

Utilizando su guadaña generó una especie de energía roja que cortaba todo a su paso, siendo esquivada por Zed por muy poco.

"Soy tus pecados..."

"¿Pecados?"

"No supiste enseñar al crío... fracasaste..."

Zed desenvainó sus cuchillas y se lanzó contra él, siendo que aunque acertara sus cortes no podía atravesar su piel con facilidad.

"Como hijo... como hermano... como maestro..."

"........"

"Mereces que te mate..."

"No digas idioteces"

"¿Eh?"

"Un darkin no va a darme clases de humildad..."

"Grgrrr..."

"Qué vergüenza que no hayas podido matarme... poderoso darkin..."

"Tu no te achantas ni frente al diablo, eh"

"Convivo con sombras peores"

"Como la muerte, ¿no?" - le dijo desafiante - "Te reuniré con ella"

Rhaast se abalanzó sobre el ninja, golpeando a las dos copias de sombras que generó y casi rebanándolo con su guadaña. 

Lamentablemente al esquivarlo Zed fue alcanzado por su puño, que le agrietó la máscara de hierro parcialmente.

Su peto de hierro también se vio quebrantada por la energía darkin.

"Arggf... arff..."

"¿Creías poder aguantar eternamente? Eres humano, aún con las sombras puedes cansarte... qué débil..."

"Quizás él se canse..."

"¿Mmm?"

"Yo no..."

Yone finalmente había hecho acto de aparición, haciendo que por primera vez en toda la pelea Rhaast dudara sobre qué hacer.

"Cazador..."

"No soy el mayor defensor de Zed..."

"........"

"Pero situaciones desesperadas..."

Rhaast se dispuso a avanzar con guadaña en mano, momento en que se vio completamente paralizado por la magia sombría de Shi.

Fue a usar la misma técnica de la anterior vez, golpear el suelo. 

La diferencia fue que Zed se aferró a su brazo, presionando algunos puntos musculares que le impedían moverlo.

"Malditos humanos... ¿qué creéis que hacéis?"

"........"

"No podéis matarme... soy inmortal..."

"Tu nombre es Rhaast... ¿correcto?" - preguntó Yone - "Por lo general exorcizo demonios... pero por ser tú..."

"Grgrrr..."

"Haré una excepción..."

Yone usó su espada demoniaca enfrente de Rhaast, siendo que su cuerpo estaba reaccionando de mala manera a su presencia.

La magia de la katana era claramente sobrenatural, procedente de un ente espiritual.

La sangre que componía la mayoría de su ser reaccionó de forma extraña, no pudiendo reconocer aquello que entraba en contacto con él.

La magia que lo componía no sabía cómo salvaguardarlo de aquel poder... solo encontró un modo de defensa...

Abandonar el cuerpo de Kayn...

La Sombra de ZedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora