No sabía con exactitud cómo es que había llegado a ese extraño lugar, él solo estaba jugando con las flores de fuego en el jardín del castillo y luego como si algo le atrajera simplemente flotó. Flotó y flotó tan alto que se asustó, chilló y grito por ayuda. Nadie llegó a su rescate.
No creyó que fuera posible caminar en las nubes, pero eso era exactamente lo que estaba haciendo y tan curioso cómo podía ser un niño de cinco años decidió explorar el extraño lugar. Combinaciones de colores, castillos que se alzaban casi tocando las estrellas, pero una prominente tonalidad negra que impedía ver más allá. ¿Las nubes eran tan oscuras? En su reino se reflejaban violetas y desde que pudo caminar solo le gustaba apreciar la noche. Era como recibir un mensaje en código que él solo entendía, como si alguien siempre le observará desde arriba.
Sus piececitos resonaron con fuerza, con un movimiento de sus manos las esferas de fuego se esparcieron por el sitio iluminando el camino. Abrió tanto ojos como boca al observar a una extraña criatura que se quejaba con dolor.
—¿Estas bien? — Corrió tan rápido como pudo, el ser era hermoso. Alas grandes que salían de su espalda, escamas brillantes de un precioso color negro, ojos tintados en rojo escarlata. Un hermoso dragón negro. —No te haré daño, soy Park Chanyeol príncipe del reino Fuego.
La criatura se quejó, movió su cuerpo y de sus ojos brotaron lágrimas. Chanyeol mordisqueó sus infantiles labios, las esferas de fuego se alzaron sobre ellos. Una lanza parecida a la tierra atravesaba el costado de la criatura, un líquido dorado que Chanyeol adivino era sangre coloreaba la piel oscura del dragón además el resoplido del dragón le hacía darse cuenta que sus pulmones estaban comprometidos.
—Quédate quieto, voy a ayudarte.
Tal como si el dragón le entendiera, detuvo sus movimientos. Chanyeol agradeció a la estrella Red el haber prestado atención a sus clases de medicina básica. El fuego no solo era capaz de generar caos y eso lo había aprendido de un sabio hechicero enmascarado, el hombre le enseño uno que otro truco para que el fuego que brotaba de sus poderes pasara de un rojo-naranja a un azul-verde. El fuego de la vida.
Chanyeol cerró sus ojos, estiro sus manos y concentrándose en cada cosa que le hacía feliz empezó a invocar los complejos hechizos. El dragón chilló unos segundos hasta que el niño abrió los ojos, el dragón le miraba con una expresión similar a una sonrisa. Los labios del príncipe se curvaron hacia arriba.
—¿Mucho mejor? — El dragón asintió. Chanyeol se acercó hasta la criatura acariciando su hocico, para un ser majestuoso, mítico y mágico al cual se le atribuían calamidades era 'pequeño' o por lo menos el príncipe se los imaginaba tan enormes y voraces que podrían derriban murallas, ciudades completas. —Lo siento, pero... ¿estás bien? Es que eres algo pequeño.
—Soy un cachorro. — Chanyeol dio un paso hacia atrás, miró hacia todos lados intentando buscar a la persona que le había hablado. Pero el dragón resopló moviendo su cabeza de arriba abajo. —¿Sorprendido? Me estas escuchando. Eres un diminuto humano que flota y produce fuego de la nada y aun así te parece irreal escucharme ¿cierto?
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Boy Concubine || ChanSoo [Terminada ]
FanfictionPara poder ser coronado como el rey de las tierras de fuego Chanyeol debe cumplir con una misión importante, por lo cual varias mujeres han sido meticulosamente seleccionadas para dar cumplimiento a la tarea del serio príncipe. Pero entre esa gran c...