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Cuando un consejero le mencionó antes de su partida que el aire en el reino fuego era distinto no pensó que se refería de manera literal a dicho hecho, las nubes eran violetas, el agua tenía un leve tono rojizo y los árboles estaban tan secos que ...

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Cuando un consejero le mencionó antes de su partida que el aire en el reino fuego era distinto no pensó que se refería de manera literal a dicho hecho, las nubes eran violetas, el agua tenía un leve tono rojizo y los árboles estaban tan secos que daban un aspecto a otoño eterno. No era la mejor vista de todas, pero se le hacía más soportable a la enorme pared de ladrillos verdes del palacio tierra. Su madre le había dicho cuando era un niño que él estaba destinado a grandes cosas, pero su problema en los pulmones y su frágil cuerpo nunca le permitieron dar un pie por fuera del castillo. Era solitario.

Se crío escuchando las grandes aventuras de su hermano mayor, el príncipe heredero, fuera de las murallas de las tierras del rey. Incluso sonreía cuando su hermana gemela le contaba sobre las técnicas de tejido y como se sentía las gotas de lluvia mojar su rostro. Él era un gran secreto en el reino tierra, todos los pobladores conocían de su existencia, pero desconocían su grandeza, nombre, características físicas e incluso sexo. Siempre se preguntó el porqué, pero ahora que el carruaje se acercaba al castillo del reino fuego lo comprendía. Su padre siempre lo estuvo reservando como un botín, un enorme 'por si acaso'.

Las instrucciones de su padre habían sido demasiado claras, tenía prohibido hablar en voz alta, prohibido quitarse las prendas que cubrían la inexistente presencia de curvas, senos y atributos femeninos. Su cabello estaba tan corto como el de un hombre ordinario, así que una túnica en su cabeza solo hacía visible sus ojos, sus espesas cejas y parte de su nariz. "Es política, Kyungsoo". ¿Los adultos justificaban todos sus actos haciendo mención de la política? Probablemente, solo debía convencer el suficiente tiempo al príncipe para evitar tener relaciones sexuales, luego complacerle hasta el punto que el príncipe no rebelara su identidad. Aunque su padre le mencionó que eso último no debía de preocuparle, ¿su padre estaba planeando algo? No lo sabía, al menos no todavía.

—Hemos llegado princesa Soo. — El hombre de ropas negras y peinado pulcro se detuvo frente a unas enormes puertas de acero. — Debe estar nerviosa, pero no se preocupe. El príncipe no es como lo pintan en el reino tierra. Nunca haría algo que la asuste. Créame.

Kyungsoo asintió. El hombre luego de un suspiró espero a que la seguidilla de criadas con ropa roja abriese la puerta del carruaje, pero para su propia sorpresa parecía como si nadie los estuviera esperando. Eso ocasiono un conflicto en el interior de Kyungsoo, por una parte, agradecía no ser el centro de atención de personas desconocidas y por otro sentía que era tan insignificante que ni siquiera en el reino fuego les importaba recibirle como una 'princesa'.

—Su majestad. — El hombre habló en voz alta, Kyungsoo intentó mirar más allá de la pequeña ventana hasta que el aire cálido del viento le hizo cerrar los ojos. Escucho una pequeña risa gruesa, al abrir lentamente sus ojos una mano hacía acto de presencia en su campo visual. Una preciosa mano masculina, los bordes de un fino traje negro con perlas rojas.

—Bienvenida al reino fuego, querida princesa.

Era sin duda la voz más profunda que había escuchado, tampoco es que tuviera un gran repertorio con el cual compararlo pues a su solitaria habitación solo ingresaban dos criadas de confianza y un amable caballero que le obsequiaba algunas frutas de temporada, fuera de ellos y sin contar a su hermano o a su propio padre no existía mayor cosa.

Boy Concubine || ChanSoo [Terminada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora